miércoles, 28 de diciembre de 2011

0 Balotelli, príncipe de la extravagancia (VI)

El Manchester City tampoco está precisamente feliz cuando tiene que lidiar con el comportamiento inestable y gamberro de Balotelli, una estrella que soluciona problemas al mismo tiempo que los crea. En su día tuvo que incoarle un expediente sancionador. Tenía motivos para hacerlo: días antes, mientras los juveniles del equipo ‘citizen’ estaban entrenando en la Ciudad Deportiva, ‘SuperMario’ se dedicó a lanzarles dardos, impactando varios de ellos en el cuerpo de los jugadores. El club admitió la irresponsabilidad del italiano en los hechos y le sancionó a través de un régimen de disciplina interno, aunque un portavoz aseguró: ‘Estamos convencidos de que Mario no quiso dañar a nadie con esto de los dardos’. Él lo ‘arregló’ a su manera. A lo Frank Sinatra, en My Way. Preguntado por su gamberrada, respondió: ‘Me aburría mucho’. Y como el aburrimiento tiene cura si existen amigos que ayudan, Balotelli recurrió a los suyos. Fue divertido al principio, pero se desmadró, como siempre, al final. El aburrido ‘SuperMario’ y cuatro de sus amigos se encerraron en la lujosa casa del futbolista y comenzaron a encender fuegos artificiales a través de una ventana abierta, en el baño de la vivienda. Las toallas, en un momento determinado, se prendieron y comenzaron a arder. En cuestión de segundos, el fuego se extendió por todo el edificio y ‘Locatelli’ y sus compinches tuvieron que salir de najas, asustados por el incendio. Dos dotaciones de bomberos tuvieron que sofocar el incendio, utilizandoun gran ventilador, dos mangueras y varios aparatos de respiraciónen los trabajos de extinción, apagando el fuego después de media hora de trabajo. Pero mientras su casa era pasto de las llamas y los bomberos se empleaban a fondo, un reportero de The Guardian fue testigo de la reacción de Balotelli. Penetró, a la carrera, en el interior de su hogar, que aún se consumía entre las llamas, para recuperar una maleta con pertenencias personales y un buen fajo de dinero. Con la pasta a salvo y días después, tras verse portada de los tabloides británicos por su penúltima travesura, declaró: ‘Juro que yo no le he prendido fuego a mi casa, fue un amigo’. Lo mejor del asunto llegó cuando el periodismo descubrió, con estupor, que el delantero del City había sido el elegido para protagonizar una campaña publicitaria… de prevención contra los incendios. La estrella menos ejemplar del momento, el menos indicado para prevenir la lucha contra el fuego y enviar un mensaje a los niños, se plantó delante de la cámara y con una sonrisa de oreja a oreja, exclamó: ‘Este es un mensaje muy importante para los jóvenes. Tienen que tener cuidado con los fuegos artificiales (sic), porque puede ser muy peligroso… si no se utilizan de una manera correcta’.
Rubén Uría
Jot Down/Diciembre 2011

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