Soleada tarde de fútbol la que se presentaba ayer en Madrid. Nadie se jugaba nada pero al público le quedaba a esperanza de revivir el tópico de los duelos suicidas de antaño entre ambos equipos. Aunque nada de eso se vio en el Calderón, Barcelona y Atlético se marcaron una auténtica pachanga con público. Los catalanes más pendientes de regresar a la Ciudad Condal, mientras los colchoneros andaban con la mente puesta en la final más castiza que pueda existir. Sin embargo, en una lectura más pausada y fría, al Atlético le queda el amargo sabor de otra derrota contra un grande. Son demasiadas seguidas, algo inasumible para un club de la entidad del Atlético de Madrid.
Tras el pasillo al campeón, se desarrolló una primera parte tediosa en la que el ritmo brillaba por su ausencia. Con un Barcelona mermado por el estado de forma de Leo Messi, el Atlético ponía un poquito más. Pero era tan poquito que resultaba insignificante.
Tan tediosos eran los primeros compases del partido que al respetable del Calderón no le quedó otra que ver las evoluciones del debutante Insúa.
La única ocasión de la primera parte fue producción de Christian Tello. El extremo buscó la rosca del palo largo de Courtois recordando a aquel disparo que tenía patentado Thierry Henry. El disparo se marchó por muy poco.
Durante el inicio del segundo acto rápidamente se alteró el partido. Una contra llevada a trompicones por el Atleti acabó siendo resuelta por Radamel Falcao. Un punterazo de precisión ante el que Pinto nada pudo hacer. Se ponía en ventaja el Atlético ante un Barcelona indolente.
No fue el gol la última mala noticia para el equipo culé. En una jugada sin aparente peligro, Messi volvió a caer K.O. El argentino, sin consultar previamente con los médicos, abandonó el choque con evidente gesto de preocupación, ya que esta serie de lesiones recuerda al calvario que vivió el genio durante el final de la “era Rijkaard”.
Y ahora surge una pregunta: ¿en qué campo del mundo puede resultar que una lesión de Messi sea el factor decisivo para que el Barcelona te gane? Sí, efectivamente, el Vicente Calderón.
Cuando el Barcelona jugaba con 10, Leo estaba en el vestuario, y el Atlético volviendo a recordar que no era tan difícil vencer a un grande de España, Cesc combinó con Alexis para empatar el partido.
No quedo la cosa ahí. En una jugada muy desafortunada, un disparo de Villa que se marchaba a la festiva pradera de San Isidro, topó con Gabi para poner el definitivo 1-2 en el marcador.
No se movió el marcador en una derrota dolorosa que el público sobrellevó con la anestesia de la ilusión por la final de Copa. 30 minutos después de que el choque concluyera, cerca de 10.000 gargantas comenzaron el derby en una perfecta comunión con el equipo. Ayer el Calderón dejó clara su fe ciega en una racha que algún día debe acabar. El equipo recibió el mensaje pero…¿lo entenderán?
La respuesta no se hará esperar. La batalla por Madrid será el viernes a las 21,30. Hay ganas.
A.Briega
0 comentarios:
Publicar un comentario