A un niño le puedo contar una historia de realismo mágico y se la cree a pie juntillas. Por ejemplo, si le dice que in terrorista es una persona como su papá, como el profesor de natación, o como la señora que le sujetó la cabeza cuando vomitó en el tobogán del patio, dice que sí y se lo cree. Dígale que usted es un héroe que se arriesga pos su ideología, que no es cobarde y que no se esconde después de dejar una bomba activada en su coche y verá que el niño se lo traga. Saque voz rasposa, de viejo y chimenea, y dígale despacito y muy cerca, (podrá comprobar que a su soplo no se le mueve ni un pelo) que sufre tanto como un abuelete solitario que se acuesta con los calcetines puestos. ¿Se ha fijado cómo le entra por los ojos la historia, y cómo le gusta la voz que sabe contar cuentos? Ahora golpéese el pecho a lo Tarzán y dígale que su misión es meramente ecologista y que se trata de un trabajo para depurar la raza. ¿Ve cómo asiente con las pestañas? Enséñele los dientes y dígale que se ahoga como las ballenas sin agua, que todo lo hace por el cumplimiento de su deber y repare en su boquita en forma de hache aspirada y en como contiene la respiración. Pero usted siga, terrorista, no se entretenga; es preciso que aprenda, cuanto antes, qué cosa es un niño. Ahora juegue a las sorpresas con él y muéstrele su macuto lleno de herrumbres, llaves, municiones, clavos, latas de conserva, revólveres, pólvora, en fin, usted sabrá lo que necesita y vaya explicándole…”esto es un trozo de quilla de Juan Sebastián Elcano, esto clavos de Óscar Cadiach el alpinista, esto unas balas de Búfalo Bill, esto comida para perros y gatos, esto polvos de la madre Celestina y esto, (aquí sacará el revólver) una mariposa, con las alas un poco quebradas, pero alas. ¡qué digo! ¡es mucho más, es una maripo-gaviota!” Verá que su pistola se pone a volar desde el espliego hasta el mar y del mar el espliego, terrorista.
Luchy Nuñez
Diari de Tarragona,13/11/1991
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