Krasny Bor, la batalla más dura de la División Azul
Hace setenta años, el 10 de febrero de 1943, unos 5.600 hombres de la División Azul hicieron frente a 44.000 soldados, casi un centenar de tanques e innumerables piezas de artillería del 55 Ejército de la Unión Soviética. Fue la batalla de Krasny Bor, el combate más duro de los españoles en el 'Ostfront'.
"Fuimos a luchar contra el comunismo, no contra los rusos", afirmaJuan Serrano Mannara, veterano granadero del 262º regimiento 'Pimentel'. Estuvo hasta 1944 en la Unión Soviética, pero no combatió en Krasny Bor. Siete décadas después, apenas quedan algo más de 400 veteranos de los 45.000 hombres que lucharon en la División Azul. Y de aquel pueblo a las afueras de San Petersburgo, la antigua Leningrado, quedan muchos menos: hubo 3.645 bajas y 300 capturados en la batalla, un millar de ellos muertos sólo el primer día.
En Leningrado murieron más de un millón de civiles durante los 900 días que duró el asedio de la Wehrmacht, según algunos estudios, aunque las fuentes oficiales rusas calculan algo menos de 700.000, sin contar la marcha de refugiados. El ejército alemán llegó a las puertas de la ciudad en septiembre de 1941 y no fue expulsado hasta 1944. Sin embargo, lo más duro tuvo lugar hasta enero de 1943: fue cercada al sur por los alemanes y al norte por los finlandeses para dejarles morir de hambre y frío por orden de Hitler. El único corredor para hacer llegar comida y combustible a la ciudad era el congelado lago Ladoga, el 'camino de la vida'.
La 250. Einheit spanischer Freiwilliger llegaría al sector de Krasny Bor en otoño de 1942. En enero del siguiente año, mientras caía el kessel alemán de Stalingrado, el ejército soviético logró conquistar un pequeño corredor por tierra hasta Leningrado. La operación 'Estrella Polar', continuación de la 'operación Chispa', debía ampliar este camino y romper rápidamente las líneas de la División Azul para envolver al 18 Ejército alemán. La 'Blau division' lo evitó.
ABC
70 Aniversario de la batalla de Krasny Bor
Aunque no sea políticamente correcto, hay que recordar que el 10 de febrero se cumplen setenta años de una de las gestas más heroicas del Ejército español: la batalla de Krasny Bor, en la que tuvo una destacada actuación la División Azul.
La operación «Estrella Polar», planeada por el Ejército ruso, tenía como objetivo levantar el cerco de Leningrado, para lo que era imprescindible apoderarse de la carretera y el ferrocarril de Moscú a Leningrado, precisamente el sector que defendía la división española, punto neurálgico de la defensa. A pesar de la enorme superioridad en hombres y en armamento no pudieron doblegar la capacidad de resistencia de los soldados españoles, que a costa de sufrir 3600 bajas lograron contener la ofensiva rusa.
En los tiempos difíciles que atravesamos, con la corrupción instalada en amplios sectores sociales e institucionales, resulta confortable contar con unas Fuerzas Armadas, herederas de las virtudes de aquellos heroicos soldados, y que en definitiva constituyen el último baluarte de nuestra identidad nacional.
Una oración y un recuerdo para aquellos compatriota nuestros.
Antonio Cabello
La Gaceta
Cuando los rusos buscaron el arma secreta española
Febrero de 1943. La ofensiva rusa sobre la División 250 –la División Azul–, integrada por voluntarios españoles alistados para luchar contra el comunismo en el corazón de la URSS, se ha convertido en un episodio bélico que, 70 años después, sigue estudiándose en todas las academias militares del mundo. No por la preparación y actuación del Ejército soviético, que movilizó efectivos suficientes para arrasar a cualquier ejército –44.000 soldados, 1.000 cañones y más de 100 tanques–, sino por la heroica actuación de los españoles, considerada como tal por el mismísimo alto mando del Ejército de Stalin.
Hasta tal punto sorprendió la valentía y la disciplina en combate, que los duros interrogadores del Ejército ruso preguntaban sorprendidos a los prisioneros españoles sobre su arma secreta. Así lo señaló en su informe para las autoridades españolas el capitán Teodoro Palacios, uno de los héroes del choque. Así lo publicó LA GACETA en su colección de “Documentos Inéditos”.
En efecto, para el alto mando militar soviético, y para el general ruso Gueorgui Zhúkov que se encontraba al frente de la ofensiva, en particular, era imposible que menos de 6.000 soldados, armados con fusiles, ametralladoras y granadas de mano, frenasen durante 24 horas la apisonadora soviética.
La actuación de los voluntarios de la División Azul permitió que los comunistas tuvieran que conformarse con avanzar en el frente 3 kilómetros y pasasen a la defensiva, retrasando un año la recuperación de Leningrado, objetivo real de la Operación Estrella Polar.
El sacrificio en vidas humanas que pagaron los españoles fue elevado, 1.127 muertos, 1.035 heridos y más de 300 prisioneros, muchos de los cuales acabaron en los campos de concentración hasta su regreso a España en 1954.
Por acciones como esta los soldados españoles obtuvieron numerosos reconocimientos, militares y personales. En total recibieron dos cruces de caballero, dos cruces de oro, 138 cruces de hierro de primera clase y 2.359 de segunda clase fueron otorgadas por la Wehrmacht a los divisionarios.
Poco describe de manera tan clara la actitud de los españoles ante los alemanes como las palabras del general Jürgens: “Si en el frente os encontráis a un soldado mal afeitado, sucio, con las botas rotas y el uniforme desabrochado, cuadraos ante él, es un héroe, es un español”.
Alerta Digital
Krasny Bor, una mañana en el infierno
A principios de febrero de 1943 la División Azul se encontraba en la línea del cerco de Leningrado, en sus mismos arrabales, como diría Vadillo. El mando español tenía razones para creer que un ataque muy serio se estaba preparando. Diversas fuentes hablan de algún prisionero ruso que advirtió de esta circunstancia. Desde este punto de vista alguien podría decir que la batalla iniciada por los soviéticos en el albor del 10 de febrero no contaba con el factor sorpresa.
Sin embargo, como nos desvela el estudioso general Fontenla, el ejército alemán y su división española no conocían la magnitud de medios que el enemigo se disponía a utilizar. Algunas fuentes han sugerido que pudieron ser más de ochocientas las bocas de fuego encaradas frente al sector español. La potencia de fuego fue, sin duda, descomunal. Por lo que -desde ese punto de vista- aquel ataque sí fue sorpresivo. De hecho, los supervivientes de aquella primera línea agotaron su munición. Lo que da muestra de que no estaban preparados para un ataque de tal envergadura.
“El volumen de fuego era capaz de remover el suelo como si se tratara de un terremoto, lanzando al aire tal cantidad de tierra que tapaba nuestros planos y nos hacía interrumpir los cálculos de tiro”. Así lo refería el general Víctor Castro San Martín, en aquel día capitán comandante de una batería de artillería en Krasny Bor. El ataque fue tan descomunal que la mitad de las bajas que sufrieron los españoles en aquel día lo fueron por aquella preparación artillera, anticipo de las oleadas de infantes rusos. Los primeros serían soldados integrantes de los batallones de castigo del ejército rojo lanzados a una muerte segura.
Parece que te falta un artículo imporatnte de La Gaceta del día 9 de febrer..."Krasny Bor, 70 Aniversario" escrito pou un General del Ejército
ResponderEliminarSi me deja la dirección, lo publicamos encantados. Gracias.
ResponderEliminarhttp://www.intereconomia.com/columna/krasny-bor-70-aniversario
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ResponderEliminarUn abrazo
División Azul, los españoles más valientes y cojonudos que han existido! Lucharon en el bando correcto, pero el mundo ha sido engañado! 88!
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