martes, 15 de enero de 2013

0 Los hijos de Pujol


«Algunos de los más importantes arquitectos de la Democracia están a punto de ir a la cárcel o al exilio», me explicaba, ante un potaje con espinacas, un ex-ministro de Aznar. Seguramente incluía entre los arquitectos a Jordi Pujol. Es verdad que hizo mucho por la Democracia aquel hombre que estuvo preso por ello, un político pragmático, nacionalista no paranoico. El pequeñito nunca gustó aTarradellas, que lo veía como un pigmeo desde su altura gaullista. «Hay uno que me preocupa mucho - le dijo a Solé Tura - Es ese chico que se llama Jordi Pujol, el del Palau de la Música y de Banca Catalana. Solé: nos joderá a todos». 
Junto a otros políticos, Jordi organizó el espacio de las libertades y le concedieron la impunidad de reyezuelo en Cataluña; durante muchos años colaboró con el Estado hasta que a sus hijos políticos, pródigos y de sangre, les entró ese instinto de territorialidad de las fieras. Al final, el dios padre se unió a la aventura con la pasión del peregrino, recordando que la independencia y la democracia de los Estados Unidos se fraguaron, no en el 1776, sino en el 1620 cuando llegaron los padres peregrinos y firmaron el Pacto del Mayflower, nombre del barco que los había llevado a la tierra prometida. Aquellos pioneros querían construir una nueva Jerusalén, y les salió algo mejor: la semilla de una democracia. 
También los hijos de Pujol soñaron con una nueva Jerusalén mientras pedían la mordida, aunque después de que EL MUNDO haya denunciado el engrase, algunos catalanes empiecen a preguntarse si no hay que plantearse el sueño de nuevo. ¿Cómo van a iniciar el viaje a la independencia cuando los principales timoneles están tiznados? Si los hijos de Pujol fueran los mejores clientes de los bancos offshore tendría razón Ernest Folch cuando dice: «Justo cuando íbamos a zarpar, descubrimos que teníamos la bodega llena de ratas». Más bien eran rateros que al ser pillados demuestran que el enemigo no estaba en Madrid, sino en la saga dirigente. Al saber lo que ya sabía, Oriol Junqueras se niega a resetear la declaración del 23 de enero (resetear, reiniciar en el argot de los ordenadores) como pedía Durán Lleida mientras atravesaba los Andes como un cóndor entre huracanes. 
Hace unos días, en el programa de Susanna Griso, Jordi Pujol calificó de policía política a la UDEF, que, según él, quiere destruir a su familia, pero el fiscal Torres-Dulce ha explicado, también enEspejo Público, que esa madera es buena y que existen tres investigaciones en marcha para indagar una fortuna más típica de corsarios que de peregrinos. La Policía sigue la táctica de cherchez la femme en el caso del primogénito de Pujol.
Raúl del Pozo / El Mundo

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