lunes, 30 de abril de 2012

0 Protagonistas Sierra 23/04/2012

0 may1966- 'SP' contra 'ABC', ¿Monarquía o República? Royo y Luca de Tena III


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J.F.Lamada
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lunes, 23 de abril de 2012

0 Cerrado por exámenes


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viernes, 20 de abril de 2012

0 Profesionalización del visillo

@ChemaBueno1

0 Atlético de Madrid 4-Valencia 2: el Atlético golpea pero no noquea


Noche con sabor a histórica en el Vicente Calderón, el Atlético de Madrid en una sublime segunda parte puso tierra de por medio en la semifinal de la Europa League. El Valencia, desaparecido y en principio de descomposición, tomó aire con el gol sobre la campana de Ricardo Costa, cuyo gol trae como consecuencia una resolución de la eliminatoria en Mestalla.

El inicio del partido fue un aperitivo de lo que iba a ocurrir posteriormente. Salió el Atlético muy enchufado, con Arda escorado a la derecha en principio más proclive a tapar las subidas de Jordi Alba o Mathieu, el Atlético entró como cuchillo en mantequilla por ese perfil. Pronto llegó la primera ocasión, una jugada personal del turco no fue aprovechada por Juanfran. Comenzaba a hervir el Calderón al ritmo que el Atleti se lo creía. No perdonó en la siguiente ocasión el Atleti. Otra vez Arda luchó un balón hasta la línea de fondo, esta vez con la colaboración de la defensa valencianista el turco encontró al Tigre Falcao. No perdonó el colombiano en el minuto 18 para poner el 1-0 en el marcador. Golpeaba primero el Atlético poniendo de cara la eliminatoria, mientras, el Valencia parecía seguir escuchando las directrices de Emery en el vestuario. Durante los minutos después del gol se produjo el enésimo error de Simeone en esta faceta. Si bien el Atlético seguía siendo superior al Valencia sencillamente porque no había rival, el vendaval de los primeros minutos fue amainando poco a poco hasta llegar a una fase de cierta igualdad en el juego. En esta fase de igualdad el Valencia descubrió cual sería su mina de oro durante el partido, el balón parado. Primero avisó Ramí con un cabezazo que se marchó lamiendo el palo. El cabezazo instaló el miedo en la defensa rojiblanca ya que Courtois dibujó sus intenciones de no salir a buscar un balón por arriba. Pasaron los minutos con un Atlético al ralentí y un Valencia noqueado en el juego pero peligroso en el balón parado. Fue en las postrimerías de la primera parte cuando llegó el lío, un enredo tal que merece ser diseccionado por partes. Lo primero destacable es que el gol se produjo en el 48 cuando el árbitro había añadido solo un minuto en la prolongación, lo segundo a destacar es que la jugada viene lanzada por un codazo de Feghouli que si bien puede ser fortuito no se saldó ni siquiera con falta, podía haber sido su expulsión. La tercera polémica es que en la falta que da paso al córner hay una falta de Ramí a Courtois. La cuarta ya la hemos señalado, el gol de Jonas está flagrantemente fuera de tiempo. Con todo este lío el Valencia pescaba en río revuelto, empataba Jonas poniendo de cara la elminatoria para el conjunto che. El mazazo para el Atlético fue duro, tras una gran primera parte, el equipo de Simeone veía como la eliminatoria empezaba a darle la espalda. La respuesta que daría el Atleti era una incógnita.

Pronto despejó la incógnita el Atlético, la segunda parte fue un canto al fútbol rojiblanco. Abrió el fuego Miranda poniendo el 2-1 tras una falta botada por Diego. Error del Valencia en la marca y de nuevo ventaja para el Atlético. Después de ponerse otra vez por delante el Atlético decidió no repetir errores del pasado. Los chicos de Simeone olieron sangre y se lanzaron a degüello a por un Valencia aturdido y en descomposición. Pronto llegó el 3-1, llegados al minuto 54 un error en la salida del balón de Topal entregó el balón a Adrián, el asturiano se zafó de Víctor Ruiz como si una moto pasara a un patinete y batió a Diego Alves de disparo cruzado. Estallaba el Calderón al tiempo que las agencias de viajes comenzaban a contactar con el aeropuerto de Bucarest. El destino empezaba a escribirse. Era Bucarest. 
Con 3-1 y el Calderón encendido el Atlético realizó una maravillosa exhibición destrozando al Valencia tanto en juego, actitud y esfuerzo. Diego y Arda se echaron el equipo a la espalda bailando al Valencia al son que ellos querían. Pronto se sucedieron más ocasiones, Adrián, Arda y Diego encontraron al mejor Diego Alves. Sin embargo la puntilla la pareció dar Falcao. Después de una contra lanzada por Diego el colombiano se encontraba en posición de encontrarse con Alves en el mano a mano, pero el colombiano, el cual adolece de punta de velocidad, decidió recortar a Víctor Ruiz y Mathieu para poner un zurdazo tremendo en la escuadra. El rugido del Calderón y el Tigre fue unísono. El gol era presumiblemente el pasaporte a la final. Trigésimo tercer gol en la temporada para el colombiano, si hace una semana tocaba hablar de Cristiano Ronaldo y sus 93 millones, hoy toca hablar de los 45 del Tigre. Ante las críticas (ruidosas y a destiempo) de cierto sector de la afición colchonera, el Tigre responde con goles decisivos. Todo un acierto el fichaje de Radamel Falcao
Después del gol con el Valencia muerto y el Atlético tocado por los ángeles el partido sufrió un frenazo. Frenó el Atlético porque el esfuerzo había sido extenuante mientras el Valencia ni quería, ni podía dar más ofreciendo una imagen bochornosa a los aficionados valencianistas ayer desplazados. Sin embargo, cuando el Calderón estaba dispuesto a entonar el canto de la final, el excesivo descuento y el maldito despiste llevó a poner el 4-2 en el marcador. Ricardo Costa tras resbalón de Courtois puso picante (veremos si mucho o poco) en la eliminatoria. Por su parte, el Atlético pasó de mirar frente a frente la final a mirarla de reojo. No diremos que la toca porque el dicho popular dice que da mala suerte, pero el Atlético tiene una oportunidad franca de llegar a Bucarest, sin embargo, en la memoria colectiva quedará la exhibición de anoche en el Calderón. Durante 90 minutos volvió el Atleti, el Atleti de toda la vida.

A.Briega


0 Protagonistas Sierra 20/04/2012

0 Abr1966- Guerra Emilio Romero vs Opus-'El Alcázar'


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J.F.Lamada
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jueves, 19 de abril de 2012

0 Tarde de brillo, tarde de recuerdo

“Los que digan que prefieren jugar, en vez de ir a ver un partido, yerran por completo. El fútbol es un contexto en el que ver se convierte en hacer, y no en el sentido aeróbico del termino, ya que ver un partido, fumar como un descosido mientras dura el encuentro, beber después del partido, comer patatas fritas en el camino de vuelta a casa, seguramente son actividades que no te harán ningún bien, como si lo haría un poco de ejercicio a lo Jane Fonda, o como se supone que hace bien corretear de un lado a otro por el campo. Pero cuando se da un triunfo de uno u otro tipo, el placer no irradia de lo jugadores a los hinchas, no llega de forma pálida y aminorada hasta los que estamos al final de las gradas; nuestra diversión no es una variante aguada de la diversión del equipo, por mas que sean lo jugadores lo que marcan los goles y suben después a las escaleras de la tribuna de Wembley para recibir el saludo de la princesa Diana. La alegría que nos inunda en tales ocasiones no tiene nada que ver con la celebración de la buena suerte que hayan tenido otros, sino que es una celebración muy nuestra. Cuando se produce una derrota desastrosa, la tristeza que se apodera de nosotros es, en efecto, una forma de auto-compasión. Todo el que aspire a comprender de qué manera se consume el futbol tiene que entender esto antes que ninguna otra cosa. Los jugadores no son más que nuestros representantes, elegidos por el entrenador y no designados por nosotros, a pesar de lo cual siguen siendo nuestros representantes. A veces, si uno mira con verdadero tesón, logra ver las barras que los unen línea por línea y los mangos que desde la banda permiten moverlos. Soy parte del club tal y como el club es parte de mi, y lo digo a sabiendas de que el club me explota, de que no tiene en cuenta mi punto de vista, de que a veces me trata como a un cero a la izquierda, de manera que mi sentimiento de conexión orgánica con el club no tiene nada que ver con la tozudez, la confusión y otros mal entendimientos sentimentales en torno al funcionamiento del futbol profesional. Aquel triunfo en Wembley me perteneció a mi tanto como perteneció a Charlie Nicholas o a George Graham (¿recuerda Charlie Nicholas aquella tarde con tanto cariño como yo, teniendo en cuenta que Graham prescindió de su concurso al comenzar la temporada siguiente, para traspasarlo al mejor postor?), y me lo trabajé tan a fondo como ellos. La única diferencia que hay entre ellos y yo estriba en que yo he invertido mas horas, mas años, mas décadas que ellos , y por eso comprendo mejor que sucedió aquella tarde. Por eso aprecio con más dulzura por que sigue brillando el sol cada vez que la recuerdo.”

Nick Hornby
Fiebre en las gradas

0 César o nada, por Jaime Campmany


Solía decir César, con esa pueril ternura que a veces disfrazaba de cinismo, que a él los muertos se le daban como a nadie. Es verdad. Todos los amigos que le hemos sobrevivido nos hemos perdido la más puntual de las necrológicas, el llanto más urgente y la palabra más desgarradora. «Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace», un plañidero tan rico en lamentos, tan pródigo de elogios como César, que echaba a correr enseguida, a través de la prisa de los periódicos, elásticas y calientes liebres en forma de elegía.


Su pluma -esa pluma de colegial, de recado de escribir, que trazaba letras desenlazadas y casi griegas, desplegadas en hileras de dóciles hormigas- es una herencia intransmisible, ni siquiera «mortis causa». Menos que nadie podría moverla yo, que tengo la mano torpe y desangelada. Pero hoy quisiera tener esa pluma entre los dedos y que él me llevara la mano con su mano, que ya será de hielo, para escribir en el pliego de firmas de su despedida funeral esas cosas que sólo él mismo podría haberse dicho.

Me gustaría decir de César, ahora que ya no puede oírme, las más dulces acusaciones, las más desconsoladas calumnias. Me gustaría apostrofar su cadáver con las injurias más tiernas, con los más lacerantes piropos y con los más divinos improperios. Me hubiese gustado echar sobre su tumba recién abierta un puñado de responsos inicuos y una bodeleriana brazada de flores del mal, hechas con cera y organdí, en un escenario cursi y cordialísimo. Decirle, por ejemplo, apresuradamente, no sé, pávido lirio, araña cristalina, cuervo de espuma, colibrí de barro. Llamarlo con descoyuntadas invocaciones: ¡Oh, momia de rocío! ¡Oh, llagado violín! ¡Oh, manso surtidor de cohetes! ¡Oh, insigne caracol del paraíso! ¡Oh, cometa corrupto! ¡Oh, César, César!

¡Oh, César! ¿Lo estás viendo? Se me va la cabeza detrás de los pájaros negros que acaban de traerme noticia de tu muerte y no acierto sino a decirte imprecaciones sin sangre y sin sentido, muertas como tú estás, inhumanas como tú nunca eres. Tú sabías abrirte el corazón bajo el chaleco a cuadros y derramarlo entero sobre tus muertos entrañables de artículo de urgencia, y quedarte de mármol, inesperadamente, al borde mismo de un epitafio balbuciente de amigo desolado, de esos amigos que llegan al cielo y de pronto, se quedan sin saber qué decir, y cuentan una anécdota inoportuna, trivial, conmovedora. Y entonces todos se ponen a llorar como si hasta ese momento no se hubiesen dado cuenta de nada, y los niños rezan jaculatorias azules sin saber por qué, y el sacristán contempla estupefacto cómo florecen en el hisopo oxidado ternísimas rosas increíbles.

Me han dicho que César se ha muerto rodeado de linotipias, que recogían sus últimos suspiros. Hasta el último aliento de sus pulmones ha servido para alimentar el latido del periódico. Ahora pienso que todos hemos sido siempre exigentes y crueles con él, que le hemos pedido, cada vez con más sed, palabras y palabras y más palabras, casi con la misma perentoriedad con que él pedía más dinero. Nos hemos aprovechado de él, pobre terco vendedor de humo, que se abrasaba vivo, medio muerto, para seguir humeando, hasta que llegó un momento en que el único testimonio de su existencia era esa diaria columna de humo desde la cual nos estaba diciendo, como siempre, que se moría, que se moría, que estaba empezando a acostumbrase a no vivir.

Yo he sorbido desde hace años ese humo que vendía César, y ahora, cuando ya sé que tendré que dejarme el vicio, pienso que nadie, ni siquiera Ramón, que es el padre de todos, ni los vivos ni los muertos, escribió el castellano con una desfachatez tan enternecedora, tan desternillante, tan inocente, tan perversa.

César tenía entrada libre en todos los corazones y en todas las cloacas, se paseaba en zapatillas por los pasillos interiores de las viejas actrices de voz de marfil, se colaba de rondón, con toda naturalidad, en los retretes privados de las Lolitas adolescentes y feroces, se daba una vuelta aburrida por las recámaras de los refinados, era visita íntima de los pecadores encallecidos, de los impuros, de los protectores de animales, de los abrasados, de esos seres celestes que lloran la huida de un canario o la pérdida de una sombrilla, de toda la canalla adorable y maldita. César tenía palco abierto a las alcobas de todos los vicios y había contemplado al través del ojo de la cerradura las mil y una noches de la comedia humana y la sala de los siete pecados capitales y el filme «cochon» de Sodoma y Gomorra, y después se extasiaba ya se embebecía en el claustro prohibido de los cipreses y las palomas. Luego, prorrumpía en primera persona del presente o del pretérito y hablaba de todo eso con desvergüenza misericordiosa de hermanita de la Caridad, y otras veces con los melindres y eufemismos de un tratante de blancas.

Nunca sabremos si César, cuando se confesaba con nosotros, que era siempre que no se le ocurría otra cosa de qué escribir, nos decía la mitad de su verdad o el doble de su mentira. Y nunca sabremos tampoco cuándo escamoteaba adrede el tintero del desdén para trocarlo con el de la maravilla, y ni siquiera podremos nunca adivinar hasta qué punto ejercía, con la máxima seriedad profesional, el oficio servil y sublime de reírse de todos nosotros, obligándonos a tenerle casi más desprecio que admiración.

No, no. No es necesario que toméis ahora sus libros ni que busquéis por los periódicos atrasados sus artículos. Las flores literarias de César, como las de la verdad, están destinadas a nacer con el alba y a morir con la noche. «¡Tanto sucede en término de un día!». Las frescas rosas de César, que el periódico despertaba al albor de cada mañana, vana lástima fueron a la tarde, y habrán muerto ya, con él, en brazos de la noche fría. No las busquéis, no las toquéis ya más; son ya sólo recuerdo, aroma, fuente cegada, callada música, nada, nada. Nada, menos que nada.

César escribió para hoy, sólo para hoy. ¡Qué estúpidos los que dicen escribir para la posteridad! Y escriben las cosas obvias, las cosas que se repiten eternamente, sólo porque cada año nacen nuevos ignorantes que las desconocen. Lo mejor que se puede hacer por César es escribir para hoy, con una fétida rosa niña en el ojal de la solapa, en un papel que mañana estará marchito, y dejarse el alma en cada artículo. Y mañana, Dios dirá. Se compra uno un alma nueva, o se roba, o se alquila o se inventa, o se la pide uno prestada a un amigo. Y se escribe uno otro artículo, o dos, o tres. Y a firmar y a cobrar.

Yo cobraré éste que aquí termino. Y hasta es posible que aproveche la ocasión para pedirle al director un aumento de la tarifa de mis colaboraciones con el argumento de que, ido César, a mí los muertos se me dan como a nadie. Luego, mientras cuente las monedas, apretaré los dientes para que no se me salgan las lágrimas.

Jaime Campmany
Arriba, 1965

0 Ninguna sociedad se explica con ceros y unos (y II)


Para dar por demostrada una tesis no sólo deben aportarse datos que la apoyen, también otros que, al menos en apariencia, la contradigan, con vistas a refutarlos o interpretarlos de algún modo que permita sobrevivir a aquélla. No hace falta ser un experto en religión comparada para comprender que, a la hora de tratar de demostrar que el protestantismo, a diferencia del catolicismo, considera el trabajo agradable a Dios, habría que aludir a lo que tienen que decir al respecto personajes tan caros al catolicismo como Santo Tomás de Aquino o Santa Teresa de Jesús. O José María Escrivá de Balaguer.
Tampoco parece justo condenar a las naciones católicas por no respetar la división de poderes, cuando fue precisamente en ellas donde primero se registró una separación –todo lo imperfecta que se quiera– entre las esferas civil y religiosa, separación que fue destruida en buena parte por la Reforma protestante allí donde triunfó. Cuando Vidal afirma que la Reforma supuso un gran avance financiero no sólo no aporta datos que respalden tal posición, sino que deja de lado el hecho de que la banca moderna nació, como tantas otras cosas, en las bien católicas repúblicas italianas; y que si examináramos el tamaño de nuestro sector financiero y su proyección internacional en la actualidad no saldríamos precisamente mal parados en una hipotética comparación con naciones de mayoría protestante.
Del mismo modo, siendo muy admirables los trabajos del protestante John Locke, al que se podría considerar con justicia uno de los padres del liberalismo, ha de consignarse que en su tratado en favor de la tolerancia religiosa hacía una notable excepción: la religión "papista". Tampoco la teocracia ginebrina de Calvino –cuyas prohibiciones en muchos casos recuerdan a las de los talibanes– puede considerarse un ejemplo de tolerancia ni de Estado de Derecho: vivimos en una país en cuyas escuelas se solía mencionar, al menos en mis tiempos, la triste historia de Miguel Servet, ejecutado en Ginebra, y no en España, por interpretar la Biblia de forma distinta a la del tolerante reformador francés.
Así se podría seguir casi tan prolijamente como don César; bueno, igual no, porque en capacidad de escritura sólo Asimov podría igualársele. Pero tampoco creo que haga falta para concluir que ninguno de los males que denuncia es exclusivo de España ni de los países católicos en su conjunto. Por cierto: conviene no olvidar que las virtudes y los defectos que señala Vidal no están uniformemente repartidos en el seno de las sociedades: en Estados Unidos, los asiáticos muestran un desempeño económico mejor que los blancos anglosajones y protestantes, y difícilmente pueda explicarse este hecho aludiendo a la Reforma y a la Contrarreforma.
Cuando se aborda la formidable tarea de intentar explicar (y comparar) las sociedades, conviene huir tanto del multiculturalismo, esa fe irracional en que las culturas tienen todas el mismo valor, como de la tentación de encontrar en algún aspecto cultural la piedra filosofal que todo lo explique, error en el que han caído muchos pensadores y numerosas ideologías. Por más aprecio que, por obvios motivos profesionales, tenga a los sistemas binarios, es un error asignar un valor de 1 a la religión protestante y de 0 a la católica; o al revés, ya que estamos. Las disputas teológicas no explican todos los procesos sociales.

Daniel Rodríguez Herrera
Libertad Digital

0 Mar1966- Se aprueba la Ley Fraga. Mingote y Campmany


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miércoles, 18 de abril de 2012

0 Que te den por el fútbol - Programa 139



0 Bayern 2-Real Madrid 1: el infierno está en Munich


Decía Mourinho en la previa que en este partido no jugaba la historia, y viendo el final de partido debe ser cierto. Lo del Real Madrid en Munich debe estar relacionado con lo místico, lo mental o lo extrasensorial. Algo más a analizar por Iker Jiménez que por los entendidos en la estrategia futbolística.
Cuando el partido ya agonizaba y el Real Madrid se llevaba un valioso empate de un partido bastante rácano, una concatenación de errores dio con el gol definitivo de Mario Gómez, ese hijo de emigrantes granadinos al que en Alemania apodan Tor-rero (tor es gol en alemán).
El cuadro de Mourinho salía al campo con lo esperado, que es lo de siempre pero con Coentrao en lugar de Marcelo. El lateral portugués es algo así para Mourinho como el primo de Zumosol,  que te lo llevas a las peleas porque prevés que te defenderá de los gamberros de la clase, pero cuando llega la hora de dar mamporros sale corriendo y te deja con el culo al aire. Eso ocurrió en el gol definitivo. Lahm le encaró por el costado derecho, Coentrao picó, se fue al suelo y le dejó el camino libre al capitán del Bayern para que centrase a placer. A Mourinho le preguntaron en la entrevista a pie de campo por esa jugada y respondió diciendo que no le gustaba la pregunta. A los madridistas, en cambio, no les gustó que Florentino soltase una “talegada” por un jugador correcto sin más. Un complemento. Fondo de armario. Treinta millones de euros deberían estar invertidos en otra cosa. Si no los inviertes en calidad, al menos inviértelos en estilo o clase, no en mechas, tunning y polígonos.
El partido comenzó con intercambio de golpes. Benzema tuvo el 0-1 en un potente disparo que Neuer consiguió despejar hábilmente. El francés llevaba varios partidos en babia y parecía estar reservándose para esta cita, pero tampoco estuvo a la altura. Su compatriota Ribery, en cambio, sí acertó a los pocos minutos. El gol llegó en la segunda mayor pesadilla de Mourinho después de Messi: las jugadas a balón parado. Saque de esquina, barullo en el área, posible mano del Bayern, balón suelto y uno a cero. Empieza a rozar la psicosis lo del Madrid con las jugadas a balón parado, sean faltas o lanzamientos de esquina. Hasta el más tonto le pinta la cara últimamente.
El Madrid pasó entonces por unos momentos de zozobra, a medio camino entre el miedo a un segundo gol y las prisas por empatar. Así concluiría la primera parte, con la sensación de no haber hecho méritos para empatar y tampoco para ir perdiendo. Eran conscientes de que irse de Munich sin anotar un gol era demasiado peligroso si querían volver a este estadio a jugar la final. El equipo salió algo más animado en la segunda mitad y antes de que se cumpliesen los primeros diez minutos Özil logró la igualada después de una larga jugada, en la que primero Ronaldo falló en el mano a mano y luego cedió al alemán marca que marcase a placer.
El gol tranquilizó al equipo, tal vez en exceso, y en vez de tratar de finiquitar la eliminatoria se conformó con el empate. Mourinho empezó a mover el banquillo para darle estabilidad al centro del campo. Entraron Marcelo (que estará pensando qué tiene que hacer para jugar un partido decisivo) y Granero por Özil y Di María, al que todavía se le nota la inactividad. Los cambios no tuvieron el efecto deseado, ya que no sólo no se consiguió apoderar del balón si no que se creó cierta sensación de descontrol por los sucesivos cambios de posición de ciertos jugadores, como Ronaldo, que jugó en banda derecha y en el frente de ataque o Benzema, que retrasó su posición unos metros para jugar de segundo delantero hasta que fue sustituido por Higuaín. No es la primera vez que Mourinho trata de amarrar un resultado este año y se acaba dando un coscorrón.
El partido se hizo también más bronco, algo esperado entre dos viejos enemigos con mil guerras a sus espaldas. El Madrid acumuló amonestaciones hasta llegar a la media docena sólo en la segunda mitad. Alonso incluso coqueteó con la expulsión por una entrada a destiempo, lo que podría haber sido más grave que la derrota en sí. Que el vasco no juegue tiene el mismo efecto para el Real Madrid que quitarle a un ciego su bastón.
De aquí al final el Bayern protestó un par de penaltis. En los dos el protagonista fue Coentrao, primero arrollando a Mario Gómez cuando Ramos ya había sacado el balón y luego disparándose en el pie en un despeje, que por poco no acaba en las manos de Pepe. Luego, el gol ya comentado. No habrá tiempo para curar la herida pues a la vuelta de la esquina espera el Barcelona. Media liga estará en juego el sábado en el Camp Nou. Lo que allí ocurra puede marcar, anímicamente, el devenir del partido de vuelta.
Volviendo a la entrevista a pie de campo, Mourinho comentó que no sería necesario recurrir a la épica para pasar la eliminatoria. Una victoria por 1-0 sería suficiente. Aún así, el Madrid suele desenvolverse mejor cuando los partidos se convierten en un vendaval de ocasiones y es el corazón el que toma el mando y la inercia la que te impulsa. Algo así como el cuento del ciempiés, que cuando el sapo le pregunta en qué orden mueve las patas y este se para a pensarlo se hace un lío y no puede volver a caminar jamás. De cualquier modo, el Real Madrid en su conjunto es  mejor equipo que el alemán, que fuera de su feudo debería asustar menos, si es que existe algún momento en el que un alemán deja de ser fiero. En una semana, el desenlace.

Juan José Poderoso
@jjpoderoso

0 Ninguna sociedad se explica con ceros y unos (I)


En esos artículos Vidal sostiene que España rinde peor que otros países occidentales en multitud de ámbitos, y lo explica en último término por las virtudes de Reforma y las carencias de la Contrarreforma. Sigue así el camino abierto por Max Webber, pero se adentra en cuestiones que el alemán no incluyó en su famoso ensayo La ética protestante y el espíritu del capitalismo.
El problema de la tesis de Webber, por más atractiva que intelectualmente pueda resultar, es que no se corresponde con la realidad. El capitalismo no nació en la protestante Gran Bretaña, sino en las muy católicas ciudades-estado italianas. Sus bases teóricas no se encuentran en los trabajos de Adam Smith y demás pensadores anglosajones, sino en los de los autores de la muy católica y española Escuela de Salamanca. Por otra parte, tras examinar el desempeño económico durante varios siglos de 276 ciudades protestantes y católicas alemanas, el economista Davide Cantoni no encontró diferencia apreciable alguna.
Con lo que llevamos dicho, resulta ya evidente que, a la hora de establecer comparaciones entre sociedades, existen otros factores de mayor influencia –al menos en el terreno económico– que el credo mayoritario en ellas. De hecho, España no mostró mal rendimiento hasta el siglo XIX, con su interminable sucesión de guerras civiles y turbulencias políticas, que nos lastraron mientras otros países, que vivieron tiempos más pacíficos, prosperaron.
Negar que las diferencias entre las distintas confesiones cristianas permitan explicarlo todo no significa creer que no tengan la menor importancia. La cultura es crucial para explicar el mejor o peor desempeño de una sociedad, siempre que con cultura no aludamos tanto a las obras Mozart y Cervantes como a eso que los economistas llaman a veces "capital humano", y en lo que tienen cabida las habilidades técnicas, la capacidad de ahorro o, efectivamente, las actitudes frente al trabajo, la violencia, el riesgo, la educación y la empresarialidad. Hay quien reduce las diferencias a la religión, sí, o, como el célebre Jared Diamond, a la geografía. Ambas circunstancias tienen su peso, sin duda, y de tontos sería creer lo contrario, pero están lejos de constituir una explicación omnicomprensiva.
Casi cualquier hipótesis que queramos mantener puede presentar en su favor anécdotas o datos sesgados. El problema es que también habrá siempre anécdotas o datos sesgados que jueguen en su contra. Un ejemplo. No cabe duda de que, por regla general, los políticos estadounidenses dimiten más y se toman más en serio sus responsabilidades que los españoles; pero si nos pusiéramos a enumerar no sólo casos aislados sino ambientes políticos norteamericanos completamente corruptos –como el de Illinois, en el que se formó el actual presidente Obama–, los ejemplos que podríamos aducir serían muy numerosos. Si posteriormente los comparáramos con sólo dos o tres casos españoles escogidos al azar, sacaríamos fácilmente la conclusión de que los yanquis son infinitamente más corruptos que los españoles. Por eso los científicos sociales llevan tanto tiempo desarrollando, con éxito discutible, metodologías que permitan separar las opiniones personales de los hechos.

Daniel Rodríguez Herrera
Libertad Digital

0 1965- Muere González Ruano, Necrología de Campmany en 'Arriba'


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martes, 17 de abril de 2012

0 Queremos Hablar de Empresa 17/04/2012

0 Una caída del Rey

Animales sagrados

[...]
Durante años España ha tenido la monarquía dentro del salón como un elefante sabiendo que lo peor que le podía pasar es que alguien reparase en ella. Esa paz folclórica ha estallado por los aires con disparos a todas horas efectuados desde dentro, como en una boda de paquistaníes. Dentro de lo natural el vicio de las escopetas no es el peor, pues se trata de una actividad conforme a la aristocracia y de la cual José Luis de Vilallonga, al que tanto echamos de menos en esta belle epoque, estaría orgulloso. Vilallonga era un aristócrata como Dios manda al que su padrellevó a desvirgar con una mujer "única en el mundo" que resultó ser una puta sin piernas sentada en la cama al lado de un trapecio. El fino escritor cuenta en sus memorias algo que viene muy al caso, pues cuando empezó de joven a acudir a bailes de sociedad para ligar con jovencitas se cruzaba siempre con el urólogo de cabecera de la familia, que al verlo gritaba: "¡Joven Vilallonga, no olvide usted que tarde o temprano le meteré un dedo por el culo!".
Vilallonga aprendió de este modo tan sutil que hay destinos inexorables que afectan a lo más sagrado; o sea que nada es para siempre, de ahí la grandeza de la monarquía, cuya esencia es lo eterno -la continuidad dinástica-, en un país lleno de urólogos. Los ingleses sobrevivieron a un príncipe que quería convertirse en támpax para colarse en la cueva de Alí Baba de Camilla Parker-Bowles, un escapismo más extravagante que el de Eduardo VIII, que se limitó a abdicar. A los Borbón sin embargo se les está escapando el gatillo a lo tonto en un momento en que el país exige silencio, concentrado en leer periódicos para buscar culpables, y un elefante en una habitación pasa inadvertido hasta que empieza a saltar.
La Familia Real, que es un contexto histórico, poco a poco se va descontextualizando sola y casi difuminándose a lo lejos en una montañita de chascarrillos. Disparar gigantes en Botsuana es llevar a otra clase social matar ratas en alcantarillas. Era el vicio del Emmet Ray de Woody Allen, que asediaba roedores con un revólver mientras se enamoraba de una muda, y siempre ha sido el del Rey de España, al que los empresarios en lugar de regalarle un yate deberían haberle regalado un ecosistema. Es razonable que un rey quiera hacer cosas de reyes, pues la monarquía lo es con todas sus consecuencias, pero tras estar cuatro días ilocalizable y volver a casa con la cadera fracturada como si hubiera salido a cazar con las manos al Rey no hay que montarle un debate sino reñirle. Estados Unidos no dejó a Hemingway ir a cubrir Normandía por considerarlo patrimonio de todos los ciudadanos y España debería decirle a su jefe de Estado que si quiere emociones fuertes presida un Consejo de Ministros, que es un safari al revés, y ceda el rifle en herencia. Vienen nuevos valores detrás pisando, es un decir, fuerte.
En lugar de abdicar el monarca ha elegido desmontarse como Mr Potato, levantando la ira de republicanos que, como dice Hughes, se preocupan por la salud del rey para poder matarlo a referéndums. Quizás, en un alarde modernista, la corona busca fuerzas para levantar la trompa y abrevar del lago a medida que se mete dentro hasta llegar a ese punto de no retorno en el que los elefantes y los reyes, animales sagrados ambos, encuentran la muerte para poder seguir viviendo.
Manuel Jabois / El Mundo
Para leer el artículo completo de Manuel Jabois en El Mundo

0 Madrid, tapas y putas

A veces, cuando tecleo con nostalgia de guillotina y blasfemo en exceso, algún lector me reprocha que no aporte soluciones, recursos o vías alternativas. Que no practique la blasfemia constructiva. Pero tengo respuesta para eso. Si tuviera soluciones en el canuto mágico, napalm aparte, cobraría más por esta página, y en vez de Patente de Corso la llamaría Tres en Uno. Como no las tengo, me limito a despacharme a gusto. Todo sea por evitar la concentración de ácidos y la úlcera. Eso no quita para que a veces también se me ocurra algo útil. Socialmente enriquecedor. Me pasó ayer, paseando por el centro de Madrid. Ahora que todo son ofertas a bajo precio, rutas hosteleras y recorridos urbanos que mezclan cultura y gastronomía, es buen momento para que el Ayuntamiento se plantee un recorrido turístico que tenga como punto fuerte la calle Montera, en pleno centro de la villa. Molaría un huevo. Figúrense el eslogan en los aeropuertos y vallas publicitarias de medio mundo: Madrid, tapas y putas. Sugiero como imagen institucional, por ejemplo, el oso del madroño con tacón de aguja, medias de rejilla y una loncha de jamón ibérico en la liga. Con la banderita de España.

Arturo Pérez-Reverte
XL Semanal
Leer la Patente de corso completa de esta semana

0 1964- El Opus Dei llega a los medios, Emilio Romero vs Cebrián Boné


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lunes, 16 de abril de 2012

0 Rayo 0-Atlético de Madrid 1: Último tren hacia Europa



Victoria por la mínima del Atlético de Madrid en Vallecas, el conjunto de Simeone aprovechó el único fallo grave concedido por la defensa vallecana para llevarse los 3 puntos de la barriada popular. Este resultado sumado a los fallos de los rivales, lo que va siendo tónica general en la Liga, sitúan a los colchoneros a un punto de la Europa League y a 6 de la ronda previa de la Champions League.
El partido en su inicio fue intenso, el Rayo es un equipo acostumbrado a la adversidad ayer tenía que sobreponerse a 5 bajas importantes, sin embargo el conjunto de Sandoval buscó al Atlético desde el principio. Apoyados en Trashorras y Movilla, dos mediocentros con unas condiciones infinitamente superiores a los destinos de sus carreras, los vallecanos buscaron la portería de Courtois. Mientras, el Atleti no ofrecía nada diferente a lo visto en los últimos partidos, ciertamente los colchoneros se limitaban a abortar las peligrosas cabalgadas de Lass y a esperar el fallo de la defensa rayista. A pesar de llevar el peso del partido, las primeras ocasiones se sucedieron en el lado rojiblanco, sendas cabalgadas de Adrián y Filipe por el perfil izquierdo no llegaron a Falcao por muy poco. No tardó en responder el Rayo mediante la ocasión más clara de la primera parte, un servicio perfecto de Trashorras encontró a Tamudo, sin embargo, el cabezazo del catalán fue abortado por Courtois. Paradón que puede redimir su fracaso en el derby. Antes de echar el cierre a la primera parte un cabezazo de Mario Suárez no encontró el gol. Se marchaban al tunel de vestuarios los dos equipos con una justa igualada al descanso.
El segundo acto deparó en su inicio a un Rayo bastante valiente, los franjirrojos arrinconaron al Atleti gracias a su buen juego por bandas. El milagro de este Rayo de Sandoval no es que el equipo esté prácticamente salvado a estas alturas de la temporada, el verdadero milagro es el buen juego practicado durante toda la temporada. Optimización de recursos con muy poco, por desgracia algo desconocido a orillas del Manzanares. Volviendo al partido, pudo adelantarse el Rayo con dos ocasiones de Trashorras y Michu. Perdonaban los vallecanos que echaban de menos a su inesperado killer, el brasileño Diego Costa, el cual está realizando una segunda mitad de temporada brillante.
Cuando el Rayo buscaba con más ahínco la portería atlética llegó el gol del Atlético. Una pérdida de Movilla fue aprovechada por Juanfran, el de Crevillente buscó al espacio a Radamel Falcao que se aprovechó de sendos fallos de Raúl Bravo en la marca y de Cobeño en la salida para anotar el decisivo gol. Gol número veintidós en Liga para el colombiano y otro mito desterrado: sus goles no dan puntos. Darán puntos o no, pero los goles anotados por el colombiano son sencillamente la mitad del total en Liga de los colchoneros.
Con la ventaja a favor el equipo rojiblanco sabe nadar perfectamente, es la llamada "Zona Simeone" en homenaje a Cesarini y su gusto por no perder lo ya ganado. El Atlético cerró bien los espacios y pudo aumentar la ventaja a la contra. Lo intentó Diego con un fuerte punterón que necesitó de un gran Cobeño, también pudo remachar el partido Falcao con un servicio a placer de Adrián.
Mientras perdonaba el Atlético, el Rayo daba sensación de haber perdido el gas y enterraba el hacha de guerra, como así fue. Finalizó el partido en Vallecas con un 0-1 vital para el Atlético si el año próximo quiere jugar alguna competición europea. Por su parte, al Rayo Vallecano le queda certificar la permanencia en una muy buena temporada.
El próximo compromiso del Atlético será el primer round del combate por Bucarest contra el Valencia. El jueves en el Vicente Calderón a las 21,05.

A.Briega

0 La resaca intermibable


Si La resaca de los lunes se hubiera escrito el jueves pasado después del derby, las señales en el folio serían inequívocas: cefalea, dolor de estómago y más ganas de agua que los damnificados por los trasvases Tajo-Segura. Pero se escribe los lunes, que es el día en que te levantas pensando en lo que pudo haber sido y no fue. El empate del Bernabéu, por ejemplo, que Cristiano –al que pitaban- decidió poner freno por aquello de callar a Clemente que es un Mou sin títulos, gracia, ni verborrea. O quizá sea al revés: Mou es un vasco con gracia, que puede hacer un corte de mangas para acabar con el señorío del Madrid. Hablando de señorío, nadie ha dicho aun que Sandoval acabe con el señorío del Rayo por hacerle un tapón a lo Ibaka a Diego. Cosas de la prensa, que solo le permite hacer todo lo que quiera y sepa a Bielsa, que no es vasco pero es el entrenador favorito de Guardiola. Y viceversa.

Vayamos a lo del derby, que a bote pronto lo habíamos calificado de La historia interminable de Michael Ende, pero que según avanzan las temporadas y los años sin ver una victoria del Atlético de Madrid ha pasado a una literatura espesa y repetitiva. Posiblemente ande entre los panfletos de Almudena Grandes y Juan José Millás. Un desaliñado contubernio de desvaríos, con similares intrigas y desenlaces finales calcados: siempre ganan los blancos. Se acabaron las excusas, los árbitros, las tácticas y los quizás. Hace tiempo ya que el aficionado blanco da por ganados los seis puntos que les enfrentan a los del Manzanares como dan por perdidos en Prisa los seis que le enfrentan a los inventores del fútbol.

-“Quien juega con los mejores pierde como los demás

Decían en la película Hackers, al enfrentarse a los genios de la técnica y la táctica de ordenadores, filosofía resultadista aplicada hoy al derby. En Madrid, las corrientes filosóficas se dividen entre el mourinhismo y el cholismo, como escuelas griegas enfrentadas aun compatibles, teniendo como descarga común al Diógenes rapado de Barcelona. Cholo, que viste como Pep, decidió jugar a los movimientos con las líneas, lo que aun le queda grande, a él y al actual Atleti. Retrasó a sus hombres 15 metros como ya hiciera ante el trajeado que le marca estilo, y le costó los tres puntos como ya regalara al trajeado que le marca estilo. Total, más de lo mismo. El espíritu del Atleti surgió hace dos temporadas no por Quique ni Kun, sino por recordar la capacidad de devolver al Atleti allá donde estuvo situado hasta que la pandilla de mangantes cogió el rumbo del Titanic, a quien estrelló contra un iceberg llamado Hacienda  que desembocó en un naufragio de ruina económica y moral.

Porque los niños, como apuntaba Juanma Trueba, que anden rozando los 13 años que van desde que Hasselbaink mandara a la red el último gol para la victoria del Atlético, andan ya pendientes de perder la virginidad en ambos sentidos, con esos nervios de no saber si quiera cual llegará primero. Máxime, cuando forman parte de la generación, que ha visto ganar a España una Eurocopa y un Mundial. Vamos, que se fueron de putas antes de acostarse con la vecina.

Darío Novo

0 Protagonistas Sierra 16/04/2012

0 1962- Efe y 'ABC' publican el contubernio de Munich


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domingo, 15 de abril de 2012

0 Bromas rusas Vol.II

0 Willy y su síndrome


Estimado Darío:

Embriagado por el buqué de este tintorro he llegado a la paradójica conclusión de que Willy Toledo es, más allá de un mediocre actor o de un ilustre ni-ni, un paradigma clarividente de la situación que atraviesa España y de que en él se sincretizan buena parte de los achaques de una población que vive encabronada y sin rumbo, usease como Willy.

Procedente de buena familia y educado en selectos colegios, Willy representa el típico niño bien que de la noche a la mañana y sin saber por qué se torna en un concienzudo revolucionario, de poncho, kalimotxo y palestino, dispuesto a rebelarse contra toda autoridad, ya sea paternal o del Estado.

Nada nuevo bajo el sol salvo que a Willy la rebeldía juvenil le ha pillado con 42 tacos, con lo que es de suponer que fue a conciertos de Miley Cyrus con 38 y le llegará la crisis de los 30 con 56. Se le llama “síndrome de Peter Pan” y desde esta tribuna te invito a iniciar una recogida de firmas para sugerir a la OMS que pase a denominarse “Síndrome de Willy Toledo”. De esta forma haríamos justicia con Willy quien no pudiendo alcanzar las cotas de popularidad de sus admirados Ché o Ho Chi Min, dejaría su poso en la Historia y vería cumplidos sus anhelos de convertirse en una celebridad.

Yo que siempre he sentido cierto respeto hacia aquellas personas que luchan por sus ideas, no puedo sino sentir pena por este tipo que se ha ganado a pulso la burla y el escarnio de gran parte de la sociedad. Él solito ha puesto su cabeza en la picota y se ha estigmatizado para siempre desgañitándose con el “No a la Guerra”, apoyando a los presos de ETA, calificando a Otegui como preso político (y a Orlando Zapata como delincuente común) o liderando un piquete violento el 29-M.

Lo peor de todo no es que se haya encasillado políticamente en su faceta como actor porque la carrera de este tipo, eterno candidato de la nada, era tan gris y zafia como él. Tampoco es que lo haya hecho como ciudadano de a pie porque es difícil que se cruce por la calle y tenga que explicar sus opiniones a algún familiar del centenar de soldados muertos con ZP (más que con Aznar), o a una víctima directa o indirecta de ETA, o a un exiliado cubano, o al dueño de ese bar de Lavapies (al que aconsejo vaya a “La colonia del Tercio” donde vive y le haga un piquete informativo pero en los ojos). Lo peor de todo es que es imposible hacerlo peor, en el fondo, en la forma y en el tiempo, al servicio de unas ideas tan sucias, y de manera tan oportunista y tan rastrera.

Sinceramente pienso que padece infantilismo y algún otro tipo de trastorno neurótico por precisar; que, como dice Melendi, va de bar en peor; y que, como las putas, cumple una función social: servir de entretenimiento a un público, entre el que me encuentro, que aguarda expectante su penúltima bufonada.

Y ahora pasemos a hablar de lo serio. En cuanto a los capítulos de violencia que se vivieron el 29-M no podemos reducir el comportamiento de decenas de miles de personas al mostrado por una absoluta minoría. Tampoco podemos pensar que todos los manifestantes son unos inútiles, vagos o vividores, o que estaban políticamente manipulados. Como bien dices, los cinco millones de parados son una realidad, la gente está jodida, todos conocemos a personas que lo están pasando mal y es muy respetable que se manifiesten y que se indignen, siempre y cuando respeten al que no tiene motivos para ello.

Y como esto último ha quedado demasiado correcto te diré que entiendo el malestar de la gente joven pero personalmente de estar en su misma situación actuaría de otra manera. Antes que dedicarme al terrorismo callejero o de quedarme en casa a verlas venir, mientras durase el chaparrón me iría al extranjero o me dedicaría a otro tipo de actividades, porque quemando un Starbucks no se soluciona nada, salvo hundirte más en tu propia mierda o, con la nueva ley que van a aprobar, acabar en el talego que quizás es lo que busca esta chusma para pasar a vivir de un papá a otro papá.

Respecto a la gente con más edad y por tanto con menos posibilidades, habría que analizar caso por caso pero estoy convencido de que muchos de ellos se lo han montado rematadamente mal. A buen seguro han vivido por encima de sus posibilidades, sin pensar en el mañana y ahora sólo les queda llorar como plañideras. Suena duro pero es lo que hay, a nuestros abuelos les tocó la guerra, la posguerra, el aislamiento, la sequía, el hambre y la miseria, y supieron dejarse de panderetadas y salir adelante con dos cojones.

Se avecinan tiempos difíciles querido amigo: la Bolsa se hunde, la prima de riesgo se dispara y vamos camino de los 6 millones de parados, y como dijo Einstein habrá quien lo supere trabajando duro y quien no luchará y acabará siendo superado…

Un abrazo
Anónimo

0 La iglesia de Google (y VII)


Lo irónico del esfuerzo de Google por aumentar la eficiencia de la lectura es que empieza por socavar un tipo de eficiencia diferente que la tecnología impresa suponía para el hecho de leer…y para nuestra mente misma. Al liberarnos de la lucha por descifrar el texto, la forma que la escritura llegó a tener en una página de pergamino o papel nos ha permitido convertirnos en lectores de profundidad, dirigir nuestra atención y nuestra capacidad cerebral a la interpretación del significado. Con la escritura en la pantalla, sigue siendo posible descodificar el texto con rapidez –de hecho leemos más rápido que nunca-, pero ya no estaos orientados hacia una comprensión profunda y personalmente construida de las connotaciones del texto. Por el contrario, nos dejamos arrastrar a toda prisa hacia otro fragmento más de información relacionada, y luego a otro y a otro más. La extracción aislada de “contenido relevante” sustituye a la excavación lenta en busca de significado.

¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? Superficiales
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0 1963- Kennedy: Garrigues y Luca de Tena III sugieren democracia (1963)


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sábado, 14 de abril de 2012

0 República dance

0 Un oyente muy especial


Detrás de cada una de las personas que duermen en la calle hay una historia de fracaso y desolación que desemboca en algo -o alguien, aún peor- que nadie quiere. Gente que se acurruca en portales ajenos porque no tiene apenas nada propio, salvo las circunstancias que les han llevado hasta donde ahora están. Aún recuerdo la impresión que me causó ir a bordo de un bateau por el Sena, en París, y ver a algunos de estos desheredados cobijarse bajo Pont Neuf; toda una bofetada de realidad. Muy pocas veces, por no decir nunca, reparamos en cómo será su vida, salvo que haya algo que nos llame la atención.
Sucedió en la calle Ríos Rosas, a dos manzanas escasas de la Castellana. Había aparcado frente a una entidad bancaria, de esas que tienen el cajero automático en una especie de vestíbulo. Allí, entre una maraña de cartones sucios, podía verse la cara de un señor mayor, sonriendo. Tenía un pequeño transistor junto a él, y escuchaba “Tiempo de Juego”, el programa deportivo de la Cadena COPE donde Pepe Domingo Castaño y Paco González entretienen cada fin de semana a más de un millón de personas. El programa de esa noche era especialmente divertido; doy fe porque una vez dentro del coche, lo fui escuchando hasta que llegué al sitio donde iba a cenar. Pero no podía dejar de pensar en aquel señor.
Aquella noche tuve la suerte de pasar una velada muy grata entre amigos. Dormí en mi casa y, a la mañana siguiente, recordé los mejores momentos de aquella cena. Todo esto no tendría nada de particular si no fuera porque, de repente, me vino a la mente la imagen de mi “vecino”, que se durmió escuchando la radio. Posiblemente le habría despertado el camión de la basura o el bocinazo de algún coche. Haría cola en algún comedor de beneficencia para comer y cenar, y el resto de la jornada pasaría sin más. Ni amigos, ni familia, ni nadie con quien estar.
No solemos ser conscientes de lo mucho que tenemos, frente a quienes carecen de casi todo. Para mí, escuchar la COPE los sábados que hay partido es sólo un rato más. Para aquel señor, en cambio, era un paréntesis de alegría que le permitía evadirse de la mierda de vida que tenía. Paréntesis que, a buen seguro, supondría quizá el único momento grato de su semana. Me consta que Pepe Domingo Castaño y Paco González hacen el programa pensando en sus oyentes. Ahora deben saber que entre ellos hay uno muy especial y que, con independencia de seguir escalando en el EGM, tienen la enorme responsabilidad de seguir haciéndole sonreír.
Y a otros como él que, a lo mejor, no tienen la suerte de tener una radio a mano. Es el caso de un indigente que un domingo por la mañana me pidió que le escribiese -él no sabía- en un cartel “por favor una ayuda. Gracias”. Cuando se dirigió a mí, yo estaba estrujándome los sesos pensando cuál debía ser el tema de mi columna. Ese día, tras hacer lo que aquella persona me pedía, fui incapaz de escribir una sola letra; habría sido imposible escribir algo más importante. Porque toda esa gente que está sola y sin techo debería también ser importante para alguien. Empezando por nosotros mismos.
Antonio Hualde/ El Imparcial
Así lo contaban en Tiempo de Juego

0 La iglesia de Google (VI)


Sin embargo la inevitabilidad de este tránsito de la página impresa a las imágenes online no debe impedirnos considerar sus efectos secundarios. Porque hacer un libro detectable y examinable online significa también descuartizarlo. Se sacrifica la cohesión de su texto, la linealidad de su argumento o narrativa que fluye a través de decenas de páginas. Lo que los antiguos romanos encuadernaban artesanalmente cuando craron el primer códice queda así descosido. Esa quietud que formaba “parte del significado” del códice se sacrifica igualmente. Cada página o fragmento de texto en Google Book Search irá rodeada de un mar de enlaces, herramientas, etiquetas y anuncios, anzuelos todos dispuestos a pescar una parte de la fragmentada atención de los lectores.
Para Google, con su fe en la eficiencia como bien supremo y su deseo de “meter y sacar a los usuarios rápidamente”, la desencuadernación de la obra no implica pérdida, sólo ganancia. Dice Adam Mathes, jefe de Google Book Search, que “los libros suelen vivir una vida vibrante offline”, pero añade que “online vivirán una vida más emocionante todavía”. ¿Qué significará para un libro eso de vivir una vida aún más emocionante? Las búsquedas son solo el comienzo. Google quiere, o eso dice, que podamos “cortar en rodajas o dados” el contenido de los libros digitalizados que vayamos descubriendo, hacer todas las operaciones de “vincular, compartir y agregar” que son rutinarias con los contenidos de la Web, pero “no se pueden realizar fácilmente con los ibros físicos”. La empresa ya ha introducido una herramienta de cortar y pegar que “te permite recortar y publicar pasajes de libros de dominio público en tu blog o página web”. También ha lanzado un servicio que denomina Popular Passages, que pone de relieve breves extractos de libros que han citado con frecuencia; y para algunos volúmenes ha comenzado a mostrar “nubes de palabras” que, según dice la empresa, permiten al lector “examinar un libro en diez segundos”. Sería tonto quejarse de dichas herramientas. Son útiles. Pero también dejan claro que, para Google, el valor real de un libro no está en la entidad autónoma de una obra literaria, sino en otro montón de datos más que explotar. La gran biblioteca que Google se apresura a crear no debe confundirse con aquellas que hemos conocido hasta ahora. No es una biblioteca de libros Es una colección de fragmentos.

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0 Cristianismo (del de CR7 y del otro)



El mesías, click

0 1962- 'El Alcázar' del Opus obligado a rectificar ante mundial de fútbol


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viernes, 13 de abril de 2012

0 La iglesia de Google (V)


El debate sobre Google Book Search es esclarecedor por varias razones. Revela lo mucho que queda por recorrer para adaptar el espíritu y la letra de la ley de derechos de autor, en particular sus disposiciones sobre un uso justo, a la era digital (el hecho de que algunas de las empresas editoriales que son parte en la demanda contra Google también sean socios de Google Book Search da idea de la turbiedad de la situación actual). También nos dice mucho acerca de los ideales de altos vuelos que pregona Google y los métodos arbitrarios que a veces usa para su consecución. Un observador, el abogado y escritor de temas tecnológicos Richard Koman, argumentó que Google “se ha convertido en un verdadero creyente en su propia bondad, creencia que justifica su propio conjunto de normas relativas a la ética corporativa, la lucha contra la competencia, el servicio al cliente y su lugar en la sociedad”.
Lo más importante de todo lo que esta controversia pone de manifiesto es que los libros del mundo se van a digitalizar, y que es probable que el proceso se produzca rápidamente. La polémica respecto a Google Book Search no tiene nada que ver con la sabiduría de digitalizar libros impresos en una base de datos; tiene que ver con el control y la comercialización de dicha base de datos. Tanto si Google acaba siendo el único propietario de lo que Darnton llama “la biblioteca más grande del mundo” como si no, dicha biblioteca va a crearse; y sus volúmenes digitales, alimentándose a través de la Red de todas las bibliotecas en la Tierra, suplantarán con el tiempo muchos de los libros físicos almacenados en estantes. Los beneficios prácticos de convertir los libros impresos en algo “detectable y examinable online” son tan grandes que es difícil imaginar que alguien se oponga a la iniciativa. La digitalización de libros antiguos, así como de pergaminos antiguos y otros documentos, ya está abriendo nuevos e interesantes caminos a la investigación de nuestro pasado. Algunos prevén “un segundo Renacimiento” de descubrimientos históricos. Como dice Darnton: “Hágase la digitalización.

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0 Robo selectivo

Cafetería Hontanares, Avda.América, Madrid

0 1962- Blas Piñar contra EEUU, réplica de Emilio Romero


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jueves, 12 de abril de 2012

0 Atlético de Madrid 1-Real Madrid 4: Cristiano y 21 más


Nueva victoria en un derby para el Real Madrid, en el nuevo capítulo de la "Historia interminable" esta vez le tocó el papel de protagonista a Cristiano Ronaldo, protagonista porque es un jugador descomunal que hundió al Atlético con un hat trick sublime. Podían caber más lecturas acerca del partido del Real Madrid, pero lo cierto es que Emilio Butragueño dio en la diana después del partido: "No me gusta destacar a nadie, pero hoy la figura de Cristiano ha sido indispensable; ha jugado un partido memorable" ¿Algo más que añadir? Parece difícil. Del Atlético no se puede ni alabar ni reprochar nada, simplemente se limitó a jugar su partido ya que no hay nada más de donde rascar.
El partido en su inicio respondió a lo que se espera de un derby; desorden, intensidad y poco fútbol. Al Madrid le costaba hacerse con el balón y el ritmo del partido, al Atlético con un plan muy similar al planteado contra el Barcelona en febrero, le bastaba con estar ordenado y salir con cierta intensidad a la contra. 
Pasados los primeros minutos del partido al Madrid le costaba más abrir la lata, con Benzemá muy errático, Cristiano caído en banda y Kaká demostrando otra vez que la exigencia del Real Madrid le queda grande, sólo Di María con sus características diagonales desde perfil derecho hacia el izquierdo generaba cierto peligro. Mientras el Atleti con el frente de ataque volcado hacia Filipe y Arda no acababa de generar ocasiones, pero si cierta sensación de peligro. La noticia pasado el primer cuarto de hora era sin duda que había igualdad en el marcador.
Corría el minuto 24 cuando llegó el primer zarpazo de Cristiano Ronaldo. Una falta de Perea a Benzemá propició un tiro libre para Cristiano, la falta parecía estar ciertamente lejos, Cristiano ha tenido problemas con las faltas todo el año pero...93 millones de jugador bien valen un golazo como el anotado. El gol entró por el palo de Courtois, posiblemente fallara el belga, pero el balón entró con mil efectos como es característico en el portugués. 0-1 para el Real, ¿carretera libre para otra victoria blanca? 
Después del gol llegaron muchísimas dudas para el Atlético, decía Valdano que el fútbol era un estado de ánimo y el derby para el Atlético es como Gran Hermano ya que "se magnifica todo". Aturdido el Atlético tras el golpe de Cristiano a punto estuvo de ser doble si Benzemá hubiera acertado con un cabezazo que lamió el palo de Courtois. Antes de llegar al descanso el Atleti se repuso y volvió a cercar el área de Casillas con Diego más imaginativo que en el inicio de partido, sin embargo, el Atlético sólo conseguía rodear a Casillas a base de córners (por cierto, mal lanzados todos por Gabi)
El segundo acto empezó con menos ritmo que el inicio de partido, el Atlético parecía dar por bueno llegar vivo a los últimos minutos, mientras el Real tampoco está físicamente sobrado como para realizar las exhibiciones de los meses de Enero y Febrero. Sin embago, la película del derby dio un giro inesperado, una buena jugada trenzada por el Atlético culminó con un centro de Adrián a la cabeza de Falcao, el colombiano no falló y puso el empate a 1 para instaurar la locura en el Vicente Calderón. Nuevo rugido del Tigre, trigésimo en lo que va de temporada. Volvía a creer el Atlético mientras el público en éxtasis se frotaba los ojos. Había derby.
Tras el gol llegó el gran error del Atlético, estando claro que al Real no le valía el empate, el equipo de Simeone cometió el error más repetido desde su llegada al Calderón: retrasar la línea del equipo 15 metros. El problema de este error es que con otros equipos puede ser subsanable, pero con el Madrid es un suicidio, más rápido o más lento, pero te acabarán machacando. Empezó el Real Madrid a rondar el arco de Courtois con ocasiones de Coentrao y de Cristiano Ronaldo. No perdonó el portugués en su siguiente opción de gol. Un misil desde la parte izquierda volvió a repetir la historia del primer gol del portugués. ¿Pudo hacer más Courtois? El balón entró con tantísimos efectos que es imposible determinar hasta que punto falla el belga. 1-2, volvía a aparecer Cristiano justo cuando el Real más lo necesitaba, son las cosas de los cracks. El empate cayó como un jarro de agua fría en el lado rojiblanco, se había hecho lo más difícil que era empatar y en la montaña rusa de emociones que es un derby parecía muy difícil volver a conseguir la igualada.
Más cuesta arriba se hizo cuando Godín realizó un absurdo a la par que innecesario penalty a Higuaín. Completó el hat trick Cristiano con un fuerte disparo raso a la derecha de Courtois. 1-3, derby cerrado y ceremonia de coronación al "Rey Cristiano". Dio tiempo para que Callejón pusiera el anecdótico 1-4. Demasiado injusto para el Atleti, pero en el Derby la parroquia colchonera está ya harta de vivir en torno a ilusiones y suposiciones, de cualquier forma y en cualquier situación el Real ha vencido en el Calderón.
El final del partido llegó con el público del Calderón desfilando hacia la salida saboreando otra vez las mieles de la derrota y la tristeza de no poder batir a tu eterno rival, ayer el Atlético no fue inferior al Real Madrid, pero los blancos cuentan con un jugador de otra galaxia, el único preparado para discutir a Messi su liderazgo en el trono del fútbol mundial. El caso es que otro derby más el Madrid volvió a salir airoso del Calderón, al Atlético solo le queda el consuelo de que se dio la cara y de que alguna vez, si se dan las condiciones, le tocará disfrutar de la victoria. 
A.Briega
 

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