lunes, 29 de abril de 2013

0 Tenemos que imitar a Portugal


Ojeando la portada de algún periódico del domingo se deduce que los expertos lo tienen muy claro: procede imitar a Portugal si queremos salir de la crisis. Es la única vía, dicen. Habría que hacer, parece, exactamente lo mismo que nuestros vecinos, los alumnos más aventajados de la troika. Así, Lisboa, tal como aquí no se cansaron de reclamar en vano los mismos expertos, pidió el rescate. Lo pidió y lo obtuvo. Luego se esforzó en cumplir a rajatabla todos y cada uno de los tajos en el gasto público que le exigieron susbenefactores. La motosierra no se anduvo con chiquitas en la otra ribera del Miño: ni quedó partida presupuestaria por podar ni pensión sin mutilar.
Y hete aquí el brillante resultado: una economía en caída libre que este año puede desplomarse hasta el cuatro por ciento, la mayor debacle en toda la Unión Europea. Bien, pues ése, por lo visto, es el modelo. Lástima que Wolfgang Schäuble, el ministro de Finanzas alemán, haya dejado de pensar lo mismo. Porque en Berlín no son tan listos como los expertos de aquí: cuando la realidad discrepa de sus ideas, ellos cambian de ideas. De ahí que Schäuble se apreste ahora a incurrir en el anatema de relajar el calendario del déficit español. Algo que, por cierto, pone patas arriba la narración oficial de la crisis. ¿O qué otra cosa significa admitir por la vía de los hechos que hay una relación causal entre la desaceleración de la economía y la reducción del déficit?
Cambio de perspectiva, ése que se empieza a entrever en Alemania, que delata una realidad mucho más de fondo. A saber, que Merkel no es Thatcher. Porque cuantos fantasean con aprovechar la crisis para forzar un cambio radical en Europa olvidan qué es la CDU y qué es Alemania. Ignoran que el ordoliberalismo, la filosofía política que sigue inspirando a la derecha germana, no tiene nada que ver con la utopía de los mercados desregulados y la soberanía del consumidor tan cara a ciertos doctrinarios anglosajones. Para un democristiano alemán, la cohesión social no resulta menos prioritaria que la eficiencia económica. A diferencia de Thatcher, Merkel es lo contrario de un revolucionario. Y se empieza a notar.
José García Domínguez / Libertad Digital

0 La portada del día 29/04/2013: ABC (España)


domingo, 28 de abril de 2013

0 Atlético de Madrid 1-2 Real Madrid: Lo imprevisible del Atlético, lo previsible del derbi


Lo habitual, lo común, lo frecuente es que en cada noche de derby madrileño no existan sorpresas. Ya lo usual, lo tradicional es que en cada Atlético de Madrid – Real Madrid el Atleti ya no sea el Atleti.

Me imagino a Marty McFly en el año 1999 pidiéndole permiso al Doctor Emmett Brown para coger el DeLorean. Sin mayor intención que darse un paseo a ver que tal va el mundo por, por ejemplo, el año 2013. Marty, para no perder ya la costumbre, entraría en una librería y buscaría un almanaque deportivo. 

Seguramente en un top 10 de estadísticas o records que le pudiesen asombrar o llamar la atención al bueno de Marty estaría el dato referente al suceso con el que empezamos estas líneas. En todos esos años en los que McFly viajó por el tiempo, el Atlético de Madrid no había logrado vencer ni una sola vez a su eterno rival capitalino.

A su vuelta Marty no quiso hacer sangre, desestimó hacer caso a un almanaque que quemó con una cerilla en un cubo. Desde entonces solo creyó en ese equipo, parece que los McFly eran atletistas.

Quizá lo de anoche moralmente es aún más duro para el aficionado colchonero, el Real Madrid llegaba al duelo con casi toda su mente en el partido importantísimo de Champions League que le atañe. Mientras que los de El Cholo tuvieron toda la semana para preparar el choque, Mourinho tenía mermados a sus titulares y, de usarlos, perdería un poco más porcentaje de cara a lograr el pase el martes. Planteó una alineación con Albiol y Carvalho en el centro de la zaga y Essien y Nacho en los laterales.

Como en otras ocasiones, Pepe entró al mediocentro junto a Khedira, y arriba el portugués alineó a Di María, Kaka´ y Morata por detrás de Karim BenzemaÁlvaro Morata regresaba a banda izquierda donde no está teniendo mal rendimiento.

Simeone con sus hombres en el once inicial buscaba algo más dominio sobre el Madrid que el que finalmente mostró, un juego no tan directo, quiso someter más al Real.

El hecho de juntar a Gabi, Mario, Koke y Raúl García, quizá este último con mayor libertad, dejaba clara la intención. El navarro tuvo un partido de suspenso, no es fácil coger un roll como el de Arda Turán pero Raúl con el contexto tan beneficioso que le había dejado Simeone ni siquiera tuvo amago de aprovecharlo. Poco daño hizo sobre Khedira y apenas generó ventajas para Costa y Falcao, que era de lo que se trataba.

Se podría decir que el Atlético empezaba como nunca y acababa como siempre, pero resulta que esos comienzos de partido también eran familiares. Tuvieron un inicio con motivación aparente y suficiente como para noquear al Madrid desde pronto. Balón de falta colgado al área, despiste en la marca de los centrales, Godín asiste a Radamel y para dentro. En vista de los veintidós jugadores que había sobre el campo se intuía que esta vez no daba para ganar, al menos, a los rojiblancos.

Pero no podía ser verdad, al Madrid con poquito le bastó para empatar, y con poquito más para ganar. Tan poquito como un balón inocente sacado en falta de Di María y una ayudita de Juanfran. El pasotismo con el que el Madrid se había vuelto a meter en el partido fue tan cruel como el mismo. A partir de entonces los blancos fueron correctos en casi todas sus decisiones defensivas, volvió a estabilizarse en su línea competitiva. Simplemente debían continuar así, sin cometer excesivos riesgos y que el Atleti solo fuera quien perdiese el partido poco a poco.

La historia futbolística no fue más allá, los centrales hicieron un buen papel para lo exigido, más Albiol que Ricardo. Nacho cuajó una mejor intervención que contra el Betis, su banda no fue tan maltratada. Pepe sigue mostrando carencias en su tono físico. Kaka´ y Khedira asomaron su intención en ocasiones de tomar el mando del equipo, como líderes. Morata estuvo muy presente en el juego e hizo un trabajo considerablemente bueno en labores defensivas. No era el día de Juanfran, el gol en propia puerta, apenas incidió sobre Nacho y con Morata tampoco se puede decir que cumpliera.

Benzema estaba por allí para ayudar en lo que pudiera y de vez en cuando si tocaba, pues desequilibrar. Y Di María. De esos jugadores que tienen tantísimo pero a los que les falta mucha eficiencia. Ayer se estaba poniendo a punto, con dos chispazos decidió el partido. Y es que no le hizo falta más al Madrid. Tan sencillo y duro como suena.

Simeone ante la nulidad en ataque tuvo que cambiar su esquema un par de veces.

Raúl García tuvo un cambio bastante tardío, Mario Suárez no encontraba su quehacer en el partido y Gabi no podía hacer otra cosa que tratar de ordenar algo que desordenaba cada dos o tres transiciones. Koke tuvo un par de acciones desequilibrantes de gran calidad, pero ayer no era el día para que acabasen de hilarlas y tampoco produjo mucho más.

El Cholo durante tres minutos optó por un equipo con un juego más directo, Costa y Adrián a las bandas, Koke con gran libertad de llegada en la mediapunta y Falcao de estilete. Pero tres minutos. Salió el Cebolla y volvió a juntar una línea de tres por detrás de dos delanteros, Falcao y, otra vez, Diego Costa.
Quizá ese sistema de juego más directo hubiera herido más las bandas de Essien y Nacho, sobretodo para ver hasta donde podía llegar Filipe Luis.

El fin del asunto fue muy parecido al de siempre. La posible falta de fe en si mismos una vez llegada la hora de partido y la aparente confusión de Diego Pablo Simeone en cuadrar sus piezas para el arreón final fueron circunstancias decisivas para que los rojiblancos no finalizaran algo que, como de costumbre, bien empieza y mal acaba.

Pero si hay algo que tiene este Atlético de Madrid, es su impredecibilidad. Lo mismo se tira más de una década sin poder ganarte, que te gana una final de Copa del Rey en tu casa.

El sometimiento blanco dura ya catorce años y subiendo.

Alberto Fernández

0 Pensando en la segunda parte


Hace un tiempo, enterados de mi fanatismo barriobajero por el Madrid y mi desapego por el fútbol, que ni sé dónde se ponen los llamados arietes, los editores de Libros del KO me encargaron un texto en el que tratase de responder a la pregunta de por qué era del Madrid. Debí de contestar muy mal, pues después de 60 páginas me llamó directamente Muy Interesante para pedirme lo mismo; me sentí de repente como si las respuestas a mi madridismo hubiese de buscarlas en el córtex cerebral, concretamente en la arquicorteza, donde se desempeña la reacción animal y los procesos fisiológicos. 
El miércoles pude aportar revelaciones curiosas al respecto. Ocurrió cuando Lewandowski, uno de esos delanteros que se inventa el Madrid cuando se aburre, metió el cuarto gol; fue tanta la paz interior que llenó mi cuerpo que casi me da una embolia. Lo siguiente fue desear el quinto, pues con cuatro me parecía que podía haber relajación a la vuelta. A unos aficionados que aún no encuentran explicación racional a la Liga 2007, que habrá de llegar un día a los platós de Cuarto Milenio, hay que ponerlos en tensión. Yo pienso que lo arriesgado es no creer, lo difícil es pensar que no se puede y lo admirable es darlo por perdido, pues es una manera elegante de reconocer que en el fondo se es del Atlético de Madrid, que ni ayer cogió la pedrea. 
A los madridistas que piensan que la eliminatoria está difícil y lo llaman «realismo» hay que avisarles de que la grandeza del Madrid se construyó sobre cosas que no tenían nada de reales, como queSantillana saltase por encima de señores de dos metros, marcar siete goles en una final o empalar a la escuadra con la pierna mala un balón que aún se está buscando de dónde cayó. Si el Madrid no es un equipo normal se debe a los madridistas, pues los clubes históricamente se van pareciendo a sus aficiones y en ninguna parte a estas horas se dispara una euforia así tras perder 4-1 en Europa, que sólo faltó vallar Cibeles. A ver si se llena el Bernabéu de banderolas blancas y haya tal broncazo cuando el Borussia salga al campo que baje Platini a suspender el partido y mande al Madrid a Londres para evitar un estropicio en el resultado; todo lo que no sea ver salir del túnel a Klopp con las gafas empañadas se considerará un fracaso. 
Y esto es básicamente el Madrid: una fe ilimitada y altanera cuya leyenda es universal, por eso nos rompen tanto la cara; porque no la escondemos. Lo suyo sería pasar la semana hablando con humildad del próximo año para que la eliminación no nos coja de sorpresa, pero a ver quién puede concentrarse con esta afición entregada fanáticamente a una causa y unos jugadores a los que si les pides que remonten te miran con cara de loco como si fuesen a decir: «¿Nosotros? ¡Que remonten ellos!». Y eso es que ya están pensando en la segunda parte.
Manuel Jabois / El Mundo

0 La portada del día 28/04/2013: Granma (Cuba)


sábado, 27 de abril de 2013

0 Atlético de Madrid-Castilla

Bares ¡qué lugares!, Alcalá de Henares, Madrid

0 Rayo Vallecano 2-2 Osasuna: Al Rayo no le gusta jugar en viernes


Ni al Rayo ni a su afición. Se notaba un ambiente raro en Vallecas antes del pitido inicial. El estadio se encontraba medio vacío de nuevo, fondo sin Bukaneros en modo de protesta y sólo murmullos en la grada. Los únicos gritos más o menos unánimes fueron los de siempre contra su presidente de "¡Presa, vete ya!" y los desgraciados cánticos de "¡A segunda, oe!" a unos jugadores y unos aficionados venidos de Pamplona que se portaron como señores animando a su equipo desde el principio a final del partido, cosa que no hizo la afición local. Aquí se empezó a fraguar la derrota o, por lo menos, un mal resultado del equipo vallecano, ya que los franjirrojos necesitan el aliento de su afición para sacar esto adelante.

            Aún así, el Rayo salió a mostrar lo mejor de sí mismo. A los 6 minutos llegó el primer acercamiento con peligro y el primer gol. Delibasic consiguió cabecear al fondo de la portería un gran centro de Lass tras una gran jugada personal del guineano. Ahí, el Rayo desapareció. Un córner fenomenal botado por Cejudo, lo cabeceó con potencia Raoul Loe para poner el empate un minuto después en el marcador. El Rayo continúo desaparecido y Gálvez no era el de otros días. En una jugada visitante, éste se descoordinó con Arbilla en la marca y al final Rubén envió a córner una internada de Miguel De las Cuevas. En ese córner llegó el gol del ex-rayista Alejandro Arribas, que lo celebró a medias y pidió perdón después a la afición de la que había sido su casa los últimos años. El Osasuna se ponía por delante y, como las malas noticias nunca vienen solas, Lass se lesionó en una falta y tuvo que abandonar el terreno de juego. La poca chispa que podía tener el Rayo, la iba a perder, ya que el africano parecía el único con ganas de correr ayer.

            El resto del primer tiempo fue un continuum de posesión rayista, sin llegar a crear casi ningún tipo de peligro, con pérdidas inútiles de balón y excesivo juego con el portero. La afición se desquiciaba porque el Rayo estuvo media hora jugando a mantener la posesión sin buscar apenas el área rival y Rubén fue de los hombres que más toco el balón en esa posesión. Empezaron a sonar los pitos en la grada, algunos entendieron que no era suficiente con no animar, sino que también había que descalificar de esa manera a su propio equipo. Con el 1-2 y el cabreo de Jémez y del Estadio de Vallecas el colegiado indicó el camino de los vestuarios.

            En el segundo tiempo al Rayo se le notó más metido en el partido. Desde el primer minuto estuvo buscando la portería de Andrés Fernández, tocando y jugando al fútbol como sabe y bastante más vertical que en el primer tiempo. Juntar a Trashorras con el Chori Domínguez en una misma jugada significa FÚTBOL (fueron los dos únicos que demostraron algo más que los demás). A los diez minutos salió de sus botas el gol del empate. Fue el gallego quien puso un estupendo balón en profundidad al argentino, que sirvió un pase de la muerte a Piti que remató a gol, desde casi el área pequeña y sin oposición, la magnífica jugada de dos peloteros con mucha clase. La afición, que ya se había venido arriba, volvió a ser la de otros días, animando, alentando a su jugadores y siendo uno más en el campo...hasta la mitad del segundo tiempo.

            A partir de ahí, el Osasuna dio el empate por bueno y comenzó a perder tiempo de una forma quizás exagerada, lo que no gustaba a nadie ( y el fruto de los cánticos de "¡A segunda, oe!" de cuatro tontos que parece que no saben lo que ha sufrido Vallecas). El Rayo lo seguía intentando pero iba perdiendo fuerzas y el cansancio comenzaba a hacer mella en sus piernas. Por lo que, aunque a regañadientes, también iba haciéndose a la idea de que no se podía sacar más de un punto.

            En definitiva, partido malo de los locales, de todo el Rayo desde la afición hasta Piti y Delibasic, que se pasaron más tiempo (sobre todo en la primera parte) levantando los brazos y quejándose al árbitro y a sus propios compañeros que corriendo detrás del esférico y jugando al fútbol. Aunque si alguno se mereció ganar fueron ellos. Al Rayo le quedan cinco partidos y, si quiere seguir soñando con Europa, tiene que reencontrarse con su mejor fútbol y salir de este bache (3 partidos sin ganar) para poder llegar a Europa. Eso sí, con el punto de ayer, la permanencia, la primera meta rayista, ya está matemáticamente conseguida. Ese punto es el que Osasuna hizo valioso con su juego y es el que le sigue acercando poco a poco a la salvación, aunque deberá ganar aún un par de partidos si quiere respirar a gusto y conseguir sin muchos apuros su objetivo, quedarse en Primera.

Rayo Vallecano-> Rubén, Arbilla (Tito, min.77) Gálvez (Adrián, min.46), Figueras, Casado, J.Fuego, Trashorras, Chori, Lass (José Carlos, min.19), Piti y Delibasic
Osasuna -> Andrés Fernández, Damia (Lolo, min.64), Flaño, Arribas, Nano, Cejudo, Silva, Loé, Timor (Puñal, min.75), De las Cuevas (Masoud, min.59) y Nino.
1 - 0, min.6, Delibasic.
1 - 1, min.8, Raoul Loe.
1 - 2, min.13, Arribas.
2 - 2, min, 57, Piti.
Ayza Gámez (C. valenciano). Amonestó a Timor (min.22) y Lolo (min.73) en Osasuna; y a Delibasic (min.86) en el Rayo.
Toni López

0 La portada del día 27/04/2013: El Mundo (España)


viernes, 26 de abril de 2013

0 110 años de bendita locura. Viernes, 26 de abril de 2013



110 años de bendita locura

Página 116 de 365

Un año de la clasificación para Bucarest y un año más para el Atlético de Madrid. El Atleti es un treintañero jugando al Lego, un abuelo viendo Los Simpsons, un paseo por la playa en el que te cogen la mano por primera vez. Una madurez inmadura, con la implacable gentileza de un abrazo porque sí, un circunloquio tabernario sencillo y una complicada metempsícosis moral. Un imberbe con cuarenta y un niño que se afeita con diez. Es locura, desasosiego, es pasión. La más tierna soledad en la victoria y el consuelo más numeroso en la derrota. El Atleti no es sentimiento de confesionario sino la colectivización del yo. De muchos yos.

Por eso quería felicitaros y felicitarnos por ese pedacito de cumpleaños que nos toca. Además estaréis de acuerdo en que para soplar 110 velas hace falta mucho, mucho aire. Y si en algo nos hemos acostumbrado en estos 110 años es a soplar juntos.

Atlético de Madrid: 110 años de bendita locura.

Darío Novo y A.Briega

0 Entrevista de El Mundo a "Maravilla" Martínez




Llegó a España con los bolsillos vacíos y el alma hambrienta, de alimento, pero sobre todo de gloria. Conoció la miseria, mendigó, estuvo preso por 'sin papeles'... pero no dejó nunca de entrenar sus puños. El éxito le esperaba al final del camino. "Siempre supe que iba a llegar", dice Sergio ‘Maravilla’ Martínez, que derrocha esa soberbia con tanta naturalidad que convence.
Nueve cinturones le dan la razón. Invicto en 26 combates, 'Maravilla' es hoy el mejor boxeador del mundo en el peso medio y, sobre todo, uno de esos escasos 'superclases' del boxeo caro, de los que más placer da subido en el cuadrilátero a los entendidos. Y se ha quedado 'estancado' en el tercer mejor del planeta libra por libra, pues el 'intocable' Floyd Mayweather Jr o Manny Pacquiao se negaron antes y ahora a pelear con otro elegido que les podía restar brillo y protagonismo. Este sábado vuelve a su tierra natal (Argentina), aquella de la que huyó hace 11 años, en pleno corralito, y que le ignoró hasta que le supo encumbrado entre los mejores. Un 'Argentina vs Inglaterra' en un ring de Buenos Aires, casi nada.
Pregunta: Y de repente... un país entregado, el estadio de Vélez a reventar, todos quieren ver su duelo contra el inglés Martin Murray.

Respuesta: Llevo años soñando con volver y con hacerlo por la puerta grande, como se está planificando. 40.000 entradas vendidas, una expectación tremenda, hasta la presidenta está implicada… Voy a darlo todo.

P: Será un baño de masas, ¿habrá más show que combate? 

R: Se puede decir que Murray aún no tiene la categoría que tengo yo, por supuesto, pero hubo un momento en el que yo era Martin Murray, tenía 25 peleas, y un hambre de gloria brutal, brutal (recalca). Eso le hace peligrosísimo.

P: ¿Se le ha pasado por la cabeza el escenario de una posible derrota en casa? 

R: Murray tiene muy poco para perder, mucho para ganar, pero se encuentra con un tipo que, a sus 38 años, aún tiene muchísima hambre de gloria. Lo va a tener muy difícil. Traigo una buena racha y no pienso aflojar en esta ocasión. Sé que me voy a quedar con el triunfo por knockout.

P: ¿Alguna vez sintió miedo sobre el ring? 

R: Mi miedo pasa por el miedo al fracaso. Más que me lastimen, me da miedo hacer las cosas mal, que me superen las circunstancias. Y aunque prefiero no pensar en ello, sé que cualquier combate puede ser el último, lo sé perfectamente.

P: También puede ser el último para su rival. 

R: Durante el combate no lo piensas. Después sí me acerco a darle un abrazo y suelo ir a visitarlo al hospital. A veces sentí mucha pena por ellos.

P: Ahora es un dios, pero vivió de la caridad y pasó muchas penurias. ¿Cuál ha sido el momento más duro fuera del ring? 

R: En el año 2000, en Argentina, un problema personal que tuve. Prometí no contarlo nunca. Y una lesión en la que mi mano quedó muy mal (enseña la mano, le falta un nudillo). Tardé muchísimo en recuperarme, los médicos me decían que nunca podría boxear, ni siquiera escribir…

P: ¿Y de esa época de miseria? 

R: Son etapas de la vida que hay que superar. Estaba tomando impulso para lo que estoy viviendo ahora.

P: ¿Cómo ha influido esa etapa en su forma de ser sobre el ring? 

R: El ring es un juego de niños al lado de lo que puede pasar en la calle. Lo que he sufrido yo bajo el ring no tiene comparación con lo que puede pasar arriba.

P: Y de repente en el top del boxeo, ganando millones…

R: Sí, se vive bien. Uno tiene lo que merece. Es producto de mi trabajo. Son 18 años ya de boxeo.

P: Con su primera fortuna le compró una casa a su madre.

R: Sí, y después a cada uno de mis hermanos. Para mí era vital, venimos de una familia muy pobre, vivíamos en chabola. La mía me la acabo de comprar, en Madrid.

P: ¿Por qué eligió España, un país con tan poca cultura boxística?

R: Aquí estoy como dios, en Argentina necesito ocho escoltas para poder salir de casa. En EEUU no me puedo mover sin cinco guardaespaldas. Por eso elegí Madrid, aquí estoy tranquilo, encuentro paz.

P: ¿Seguirá luchando por ser el mejor libra por libra?

R: No puedo. Mayweather y Pacquiao no quieren pelear conmigo. A pesar de mis 38 años sigo siendo muy rápido, muy potente... Sigo teniendo bastante peligro, por eso se niegan. Mayweather elige sus rivales a dedo, entonces seguirá siendo el mejor.

P: Entonces, ¿después de Murray?

R: Recuperar mi rodilla y buscar otra motivación por la cual seguir boxeando. De repente me encuentro un poco vacío de motivación. Pero me gusta respetar a los rivales, por eso no puedo pensar en lo que pasará el día 28. Antes voy a estar frente a un hombre con mucha mala leche, con muchas ganas de golpear y muy malas intenciones. Tantas como yo. Tengo que respetarlo.

P: Julio César Chávez Jr. le ha propuesto una revancha. ¿Es cierto que la ha aceptado? 

R: Son sólo rumores. No hay nada cerrado con Chávez. Es complicado que se dé una revancha.

Guacimara Castrillo / El Mundo

0 El déficit no es el problema


Es sabido, mientras el otomano preparaba el asalto a Constantinopla los teólogos de Bizancio andaban enfrascados en muy sesudas discusiones a propósito del sexo de los ángeles. E igual sucede aquí y ahora con las interminables querellas a cuenta del déficit público. No pasa un día sin que salten media docena de arbitristas prestos a sentar cátedra sobre los males que deuda y déficit públicos ocasionan a la economía. Al punto de que en la España de hoy casi hay más expertos en déficit que en fútbol. Ante semejante inflación de peritos hacendistas, es lástima que el verdadero problema de nuestra economía no proceda ni de la deuda del sector estatal ni tampoco de su déficit.
Porque ni la una ni el otro representan el escollo que bloquea el crecimiento español. Y no hace falta ir a Salamanca (ni a Chicago) para entenderlo. Ocurre que por cada euro que debe el Estado, los particulares adeudan dos y pico; o sea, más del doble. Así de simple. Y, de momento, la ciencia económica solo ha descubierto un método para resolver el problema de la deuda privada: pagarla. De ahí que la crisis esté llamada a resultar mucho más larga de lo que se presume. Y ello, además, por otra razón igual de prosaica. A saber, el dinero que empresas y particulares vienen obligados a ahorrar para cubrir sus créditos deja de gastarse comprando cosas; cosas que quedan sin vender en los escaparates mientras esos billetes vuelan rumbo al bolsillo de algún prestamista extranjero.
Cuanto más ahorren, pues, más se va a agravar la recesión en España. Lo malo es que no nos queda otra alternativa. Ninguna. En consecuencia, la única esperanza reside en que los de fuera acaben quedándose con los cachivaches que hay que amontonar en los almacenes por falta de clientes nacionales. Pero que nosotros exportáramos bastante más a la UE requeriría que alguien en la UE obrase justo al revés, esto es que redujese su superávit exterior. Y ese alguien, ¡ay!, es Alemania. Porque la otra alternativa, soñar con que Estados Unidos tolere que la Eurozona coloque muchos más productos en su mercado, es eso, soñar. Alemania, no el déficit, es el problema. El problema y la solución.
José García Domínguez / Libertad Digital

0 La portada del día 26/04/2013: El Mundo (España)


jueves, 25 de abril de 2013

0 En busca del tiempo perdido (Marcel Proust)


Hacía ya muchos años que no existía para mí de Combray más que el escenario y el drama del momento de acostarme, cuando un día de invierno, al volver a casa, mi madre, viendo que yo tenía frío, me propuso que tomara, en contra de mi costumbre, una taza de té. Primero dije que no; pero luego, sin saber por qué, volví de mi acuerdo. Mandó mi madre por uno de esos bollos, cortos y abultados, que llaman magdalenas, que parece que tienen por molde una valva de concha de peregrino. Y muy pronto, abrumado por el triste día que había pasado y por la perspectiva de otro tan melancólico por venir, me llevé a los labios unas cucharadas de té en el que había echado un trozo de magdalena. Pero en el mismo instante en que aquel trago, con las miga del bollo, tocó mi paladar, me estremecí, fija mi atención en algo extraordinario que ocurría en mi interior. Un placer delicioso me invadió, me aisló, sin noción de lo que lo causaba. Y él me convirtió las vicisitudes de la vida en indiferentes, sus desastres en inofensivos y su brevedad en ilusoria, todo del mismo modo que opera el amor, llenándose de una esencia preciosa; pero, mejor dicho, esa esencia noes que estuviera en mí, es que era yo mismo. Dejé de sentirme mediocre, contingente y mortal. ¿De dónde podría venirme aquella alegría tan fuerte? Me daba cuenta de que iba unida al sabor del té y del bollo, pero le excedía en, mucho, y no debía de ser de la misma naturaleza. ¿De dónde venía y qué significaba? ¿Cómo llegar a aprehenderlo? Bebo un segundo trago, que no me dice más que el primero; luego un tercero, que ya me dice un poco menos. Ya es horade pararse, parece que la virtud del brebaje va aminorándose. Ya se ve claro que la verdad que yo busco no está en él, sino en mí. El brebaje la despertó, pero no sabe cuál es y lo único que puede hacer es repetir indefinidamente, pero cada vez con menos intensidad, ese testimonio que no sé interpretar y que quiero volver a pedirle dentro de un instante y encontrar intacto a mi disposición para llegar a una aclaración decisiva. Dejo la taza y me vuelvo hacia mi alma. Ella es la que tiene que dar con la verdad. ¿Pero cómo? Grave incertidumbre ésta, cuando el alma se siente superada por sí misma, cuando ella, la que busca, es juntamente el país oscuro por donde ha de buscar, sin que le sirva para nada su bagaje. ¿Buscar? No sólo buscar, crear. Se encuentra ante una cosa que todavía no existe y a la que ella sola puede dar realidad, y entrarla en el campo de su visión.

Y otra vez me pregunto: ¿Cuál puede ser ese desconocido estado que no trae consigo ninguna prueba lógica, sino la evidencia de su felicidad, y de su realidad junto a la que se desvanecen todas las restantes realidades? Intento hacerlo aparecer de nuevo. Vuelvo con el pensamiento al instante en que tome la primera cucharada de té. Y me encuentro con el mismo estado, sin ninguna claridad nueva. Pido a mi alma un esfuerzo más; que me traiga otra vez la sensación fugitiva. Y para que nada la estorbe en ese arranque con que va a probar captarla, aparta de mí todo obstáculo, toda idea extraña, y protejo mis oídos y mi atención contra los ruidos de la habitación vecina. Pero como siento que se me cansa el alma sin lograr nada, ahora la fuerzo, por el contrario, a esa distracción que antes le negaba, a pensar en otra cosa, a reponerse antes de la tentativa suprema. Y luego, por segunda vez, hago el vacío frente a ella, vuelvo a ponerla cara a cara con el sabor reciente del primer trago de té, y siento estremecerse en mí algo que se agita, que quiere elevarse; algo que acaba de perder ancla a una gran profundidad, no sé qué, pero que va ascendiendo lentamente; percibo la resistencia y oigo el rumor de las distancias que va atravesando.

Indudablemente, lo que así palpita dentro de mi ser será la imagen y el recuerdo visual que, enlazado al sabor aquel, intenta seguirlo hasta llegar a mí. Pero lucha muy lejos, y muy confusamente; apenas si distingo el reflejo neutro en que se confunde el inaprensible torbellino de los colores que se agitan; pero no puedo discernir la forma, y pedirle, como a único intérprete posible, que me traduzca el testimonio de su contemporáneo, de su inseparable compañero el sabor, y que me enseñe de qué circunstancia particular y de qué época del pasado se trata.

¿Llegará hasta la superficie de mi conciencia clara ese recuerdo, ese instante antiguo que la atracción de un instante idéntico ha ido a solicitar tan lejos, a conmover y alzar en el fondo de mi ser? No sé. Ya no siento nada, se ha parado, quizá desciende otra vez, quién sabe si tornará a subir desde lo hondo de su noche. Hay que volver a empezar una y diez veces, hay que inclinarse en su busca. Y a cada vez esa cobardía que nos aparta de todo trabajo dificultoso y de toda obra importante, me aconseja que deje eso y que me beba el té pensando sencillamente en mis preocupaciones de hoy y en mis deseos de mañana, que se dejan rumiar sin esfuerzo.

Y de pronto el recuerdo surge. Ese sabor es el que tenía el pedazo de magdalena que mi tía Leoncia me ofrecía, después de mojado en su infusión de té o de tilo, los domingos por la mañana en Combray (porque los domingos yo no salía hasta la hora de misa),cuando iba a darle los buenos días a su cuarto. Ver la magdalena no me había recordado nada, antes de que la probara; quizá porque, como había visto muchas, sin comerlas, en las pastelerías, su imagen se había separado de aquellos días de Combray para enlazarse a otros más recientes; ¡quizá porque de esos recuerdos por tanto tiempo abandonados fuera de la memoria no sobrevive nada y todo se va desagregando!; las formas externas también aquella tan grasamente sensual de la concha, con sus dobleces severos y devotos., adormecidas o anuladas, habían perdido la fuerza de expansión que las empujaba hasta la conciencia. Pero cuando nada subsiste ya de un pasado antiguo, cuando han muerto los seres y se han derrumbado las cosas, solos, más frágiles, más vivos, más inmateriales, más, persistentes y más fieles que nunca, el olor y el sabor perduran mucho más, y recuerdan, y aguardan, y esperan, sobre las ruinas de todo, y soportan sin doblegarse en su impalpable gotita el edificio enorme del recuerdo.

En cuanto reconocí el sabor del pedazo de magdalena mojado en tilo que mi tía me daba (aunque todavía no había descubierto y tardaría mucho en averiguar por qué ese recuerdo me daba tanta dicha), la vieja casa gris con fachada a la calle, donde estaba su cuarto, vino como una decoración de teatro a ajustarse al pabelloncito del jardín que detrás de la fábrica principal se había construido  para mis padres, y en donde estaba ese truncado lienzo de casa que yo únicamente recordaba hasta entonces; y con la casa vino el pueblo, desde la hora matinal hasta la vespertina, y en todo tiempo, la plaza, adonde me mandaban antes de almorzar, y las calles por donde iba a hacer recados, y los caminos que seguíamos cuando había buen tiempo. Y como ese entretenimiento de los japoneses que meten en un cacharro de porcelana pedacitos de papel, al parecer, informes, que en cuanto se mojan empiezan a estirarse, a tomar forma, a colorearse y a distinguirse, convirtiéndose en flores, en casas, en personajes consistentes y cognoscibles, así ahora todas las flores de nuestro jardín y las del parque del señor Swann y las ninfeas del Vivonne y las buenas gentes del pueblo y sus viviendas chiquitas y la iglesia y Combray entero y sus alrededores, todo eso, pueblo y jardines, que va tomando forma y consistencia, sale de mi taza de té.

Marcel Proust

0 La portada del día 24/04/2013: Marca (España)


0 Un golpe a la línea de flotación. Miércoles, 24 de abril de 2013



Un golpe a la línea de flotación

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Se presentaba el duelo hispano-alemán en Champions League como una oportunidad para medir el potencial de la emergente Bundesliga ante el poderío de los amos y señores de la Europa futbolera. El Bayern de Munich, el “coco” con el que soñaron tantos niños españoles de los 70, era la piedra de toque capaz de medir el estado de un Barcelona timorato y decadente. Por su parte, al Real Madrid le tocaba visitar el “muro amarillo” de Dortmund. Asomaba un equipo bisoño, atrevido y osado al abrigo de su excéntrico técnico, Jurgen Klopp.

El martes, el primer turno de los sendos golpes, fue una auténtica carnicería blaugrana. El aroma a fin de ciclo asomaba por el Allianz Arena mientras el Bayern honraba a aquella máquina de Hoeness, Beckenbauer o Müller. No hubo opción, ni siquiera asomó por Baviera, ya que la Blitzkrieg sorprendió a un “tiqui-taca” cansado, tan cansado que ha llegado a estarlo de sí mismo. Con el aroma que citábamos marchaba el Barcelona de Munich con una eliminación segura y lo que es peor: el desasosiego de que los laureles y honores se marcharon con Guardiola para dar paso actualmente a una época de zozobra técnica y táctica difícil de abordar por los actuales jefes barcelonistas.

Con una cautelosa sonrisa propicia del olor a Décima se presentaba el Madrid en la cuenca del Ruhr. Aguardaba un Borussia Dortmund capaz de dar pinceladas de arte a una zona geográfica minera, dura y rocosa. ¿Fue mayor el descalabro blanco que el blaugrana? Podría decirse que sí por las formas y las necesidades vitales de Borussia y Real, pero el Madrid sale de Dortmund con una pequeña bocanada de aire propiciada por Hummels. Un clavo ardiendo al que agarrarse mediante espíritus, bravuconadas o la testiculina que ha caracterizado a la entidad de Concha Espina. Pero que nadie se engañe, tres goles son renta posiblemente más que suficiente para un Dortmund que ha encontrado en Lewandowski a su Thor particular. Dictará sentencia un Bernabéu encendido, porque señores, la Décima va camino de ser un objetivo propicio a una obsesión enfermiza.

Darío Novo y A.Briega

miércoles, 24 de abril de 2013

0 Cuando Verne anticipó el terrorismo contemporáneo


Estaremos todos de acuerdo en que Julio Verne no es un gran escritor, un artista inmortal. El artista inmortal debe legar algo de su peculiar talento al arte que eligió practicar, alterando para siempre su decurso en alguna exquisita medida, hacia algún caprichoso meandro. Verne no inventó el estilo indirecto libre ni el monólogo interior, ni perfeccionó el perspectivismo psicológico, ni domeñó un estilo propio y brillante, ni dotó a sus historias de hondas repercusiones morales, ni armó un mundo vasto y sutilmente interconectado, ni modeló un personaje arquetípico que antes no existiera y que después continuara sirviendo de significativo espejo a los hombres o mujeres que leen para entender lo que les pasa. Las novelas de Verne no enriquecieron la historia de la literatura. Pero sí la de la ficción. Y mucho.
Si aceptamos la dicotomía fundamental de Pla, hay una literatura de observación y otra de imaginación. La primera se dirige a la realidad y asume modestamente su límite descriptivo, aunque Pla consideraba esa modestia la más ardua brida, el entrenamiento más exigente, el mérito más artístico al que podía aspirar la mentirosa vanidad del escritor, y tenía razón. La segunda abre su campo ingente a temperamentos fantasiosos, de poco escrúpulo y mucho hartazgo de este mundo que se les queda irreparablemente pequeño. Estas personas, estos escritores, no tienen tiempo –ni capacidad- para el adorno del arabesco ni el calado de la perspectiva: les arde la pluma en la mano imaginando no lo que no ha pasado pero podría pasar, que es la definición aristotélica –realista- de literatura, sino lo que jamás podría pasar de ningún modo, y qué importa. Saben sin embargo que la literatura de evasión no lo justifica todo en la mente calenturienta del creador, porque para evadirse hace falta que el lector se reconozca en ciertos tipos y caracteres, así como debe tender con facilidad las analogías necesarias entre El País de Nunca Jamás y el suyo propio, o la ficción no funcionará.
No nos referimos ahora a la capacidad alegórica de Kafka cuando idea la peripecia disparatada –y sin embargo creíble, horriblemente real para muchas personas del siglo XX- de un comerciante de telas de 23 años que amanece convertido en insecto y es despreciado –justamente porque es creído- por sus padres y por su hermana. Hay una verosimilitud en La metamorfosis, un pacto de lectura que evita que el lector cierre el libro al concluir la primera página exclamando con cerrilidad empirista: “Ningún hombre se convierte en cucaracha, no me lo creo”. El lector sabe que el autor quiere decirle algo a condición de que asuma lo inasumible, y sigue leyendo, y acaba descubriendo -vaya si lo acaba descubriendo- que Kafka dice la pura verdad. Pero eso es porque Kafka no es un escritor fantástico, sino un realista alegórico y un psicólogo puntilloso. De hecho los intentos alegóricos de los escritores de pura imaginación, como el señor Tolkien, suelen acusar una pobreza de detalles alarmante: el bosque queda muy aparente, pero como te fijes en un solo árbol se descoyunta el cuadro entero ante tus ojos.
Jorge Bustos / Jot Down

0 La alegría del error


Errar es humano, dijo un pato mientras se bajaba de una gallina. Yo crecí oyendo ese chiste en casa, y les voy a decir por qué. Para mi familia yo era el niño más torpe y distraído del mundo. Tropezaba con los peñascos, compraba lo que no me habían encargado, dañaba el juguete de Nochebuena antes del amanecer. Siempre era yo el que nombraba lo innombrable, el que hacía la pregunta indiscreta, el que confundía al vecino vivo con su hermano muerto, el que pulsaba el timbre en la casa deshabitada, el que rompía el jarrón predilecto de la abuelita, el que llevaba la libreta de Geografía a la clase de Matemáticas. El que pisaba el orín del perro.
Todos podemos contar más o menos la misma historia. Hoy todos vemos esas pifias de la infancia como anécdotas. Sin embargo, en su momento algunas de ellas me pusieron en aprietos. Me avergonzaron, me angustiaron, me hicieron sentir limitado frente a lo que estaba más allá de mis narices. Los niños no conducen ebrios por las autopistas ni le adeudan dinero al fisco, pero cometen errores que también tienen un costo. Cuando tenía nueve años le pegaba coscorrones a Huesito, el niño más enclenque del salón de clases, y cuando tenía doce le robé una gallina a una anciana del barrio. Lo primero me valió una paliza del hermano mayor de Huesito. Lo segundo, una zurra de un tío.
En la infancia uno empieza a forjar el método con el cual sortea los errores inocentes o culposos que comete. Desde niño ya sabía, por ejemplo, que siempre me iba a dar pavor hablar en público y, sin embargo, tenía claro que me tocaría hacerlo una y otra vez aunque me muriera del susto. De ese modo me adiestré oportunamente en el manejo del ridículo, un monstruo del que nadie se encuentra a salvo.
Siempre que acepto hablar en público me invade la sensación de haber cometido un error. Cuando me niego a hacerlo, también. Uno puede equivocarse tanto si actúa como si se queda quieto. Puede juzgar mal, puede fracasar con las mejores intenciones. Conviene saber eso a tiempo. La mejor forma de aprender a enmendar los errores es cometiéndolos. Así conocemos el mundo y descubrimos de qué material estamos hechos.
Asumir nuestras burradas es disfrutar. El hombre decae cuando renuncia a la manzana para aferrarse a su mísero espacio en el paraíso. Que no sea tu cuerpo la primera sepultura de tu esqueleto, aconsejaba Jean Giradoux. Por algo la palabra ‘errar’ sirve indistintamente como sinónimo de equivocarse y como sinónimo de andar. Al fallar comprendemos, nos endurecemos, avanzamos.
Me gano la vida cometiendo errores, es decir, haciendo textos. El verbo ‘texere’, en latín, significa ‘tejer’. Escribir es eso: garrapatear una frase, borrarla, garrapatearla otra vez, tejerla con la siguiente, construir el sentido palabra a palabra. En cada línea fallo, en cada línea tengo una nueva oportunidad. Los errores nos retan y nos ayudan a sostener la búsqueda.
A veces el esfuerzo es insuficiente para enmendar el error. He aprendido también a bailármelo. Aparte de los yerros involuntarios derivados de mi torpeza, están los perpetrados a conciencia. Siempre he creído, por ejemplo, que es muy estúpido huir del amor para ahorrarse una estupidez. Así que cuando Cupido me apunta con su flecha le ofrezco el pecho, a sabiendas de que podría matarme. Después veré cómo diablos resucito. Si es imposible corregirlo, nos queda la opción de convertirlo, por lo menos, en un asunto bailable.
Alberto Salcedo Ramos / Etiqueta negra

0 Las portadas del día 24/04/2013: Sport y Mundo Deportivo (España)



martes, 23 de abril de 2013

0 Españoles catalanes y alemanes de Baviera

-Vettel: me juego el cuello a que eres español.
-Josep LLuis Merlos (TV3): no, disculpa. Soy catalán.
-Vettel: oh, sí, gran diferencia. Como ser un alemán o de Baviera.


0 En el día del libro: "Literatura patológica", Julio Camba




Desgraciadamente, en la literatura española no hay más que genios. Ese tipo de escritor culto, ponderado, sano, inteligente y bien nutrido, que Lemaitre considera superior al genio y del que pone como ejemplo a Anatole France, no existe entre nosotros. Todos nuestros escritores pertenecen a la categoría genial. Yo mismo, en mi pequeñísima escala, ¿qué duda cabe de que también soy un genio? Y esta literatura de genios en chico viene a ser algo así como un grupo de tullidos que, a la puerta de una iglesia, le pidiesen dinero al público mostrándole sus diversas monstruosidades.

Cuando, en algún escaparate, yo veo un libro mío entre los libros de otros autores españoles, tengo la sensación de encontrarme en una sala de hospital esperando, con mis compañeros de dolor, la visita de alguna señora vieja que no sepa en qué matar el tiempo. La literatura española, en efecto, no es más que una serie de enfermedades, debidas, generalmente, a trastornos sexuales o a defectos de nutrición. El uno está enfermo del hígado. Al otro se le forman ácidos en el estómago. Este se encuentra amagado de parálisis general progresiva y tiene delirio de grandezas. Aquél padece del bazo... Hay escritor que perdería todo su interés en cuanto se le aplicasen unas cuantas inyecciones de algún producto más o menos alemán, o en cuanto se le sometiese a un buen régimen alimenticio. Y, en realidad, este último caso ya se ha dado varias veces. ¿Cuántos muchachos que comenzaron haciendo cosas interesantes no se volvieron idiotas tan pronto como se los llamó a un buen periódico y se les dio un buen sueldo? Los directores no se explicaban la causa, y, sin embargo, era una causa muy fácil de comprender: esos muchachos nunca habían tenido talento. Lo que habían tenido era hambre. Con el estómago normalizado, quedaban al nivel del más vulgar empleado de Hacienda...

¡Cosa terrible esta de ser un pequeño monstruo y de darse cuenta de ello! ¡Horrenda cosa la de saber que nuestra genialidad puede tratarse médicamente como un flemón o como una enfermedad de los riñones!... Pero hay algo peor aún en nuestra literatura: los aprensivos, esto es, los enfermos de enfermedades imaginarias, que, siendo perfectamente tontos, se creen atacados de genialidad...

Julio Camba, Mi nombre de charca/España reencontrada
Madrid, Barcelona 1920

0 La portada del día 23/04/2013: The Boston Globe (EEUU)


sábado, 20 de abril de 2013

0 Mallorca 1-1 Rayo Vallecano. El Rayo no puede con la isla


            Un insípido empate consiguieron los vallecanos ante un RCD Mallorca al que tampoco le sirve de mucho el punto logrado en el primer partido de la 32ª jornada de la Liga BBVA. Llegaban con objetivos distintos: unos ambos y otros Europa, pero el que se quedó con peor sabor de boca fueron los visitantes, que fueron los que más cerca estuvieron de la victoria, teniendo el doble de ocasiones, entre ellas tres remates al palo: uno de Delibasic y dos de Lass. Fue un partido muy intenso y físico pero, a su vez, bonito para el espectador con llegadas para ambos bandos. Con esta igualdad en el marcador, los de la capital siguen sin ganar como visitante al Mallorca en Primera.
            El partido comenzó con algún que otro fallo fruto del nerviosismo, pero el ritmo rápido facilitó lo ocurrido: en el minuto 6, Casado entraba por el gran vacío dejado por Gio (como durante todo el partido) en defensa, centraba al punto de penalti y Piti con una espectacular volea enviaba el esférico al fondo de la portería defendida por Calatayud. Otro más para el capitán. Minutos después, un córner para el Mallorca acabaría en gol. Alfaro remató medio solo en el área pequeña, paró el portero, pero el rechace de Rubén cayó en los pies del propio Alfaro que la empotró contra las redes rayistas. El portero franjirrojo se quejó de que Bigas estaba en fuera de juego y le obstaculizó la visión, pero el árbitro dio el gol como legal y eso es lo que sirve al final.
            Así las cosas, en el minuto 13 del encuentro ya habían subido dos goles al marcador, uno para cada lado. A partir de aquí, ambos quisieron poseer el balón y lo hicieron empleando todo el físico posible y poniendo toda la carne en el asador. Estrada Fernández tuvo un partido movidito y no le tembló el pulso a la hora de mostrar tarjetas. El que tuvo o quiso tener más control del balón fue el Rayo, que lo intentaba por ambos extremos y con largas posesiones y desmarques profundos. Así llegó el palo de Deli, previa parada de Calatayud. El Rayo buscaba huecos y tenía sus ocasiones bien formadas, mientras que el Mallorca aprovechaba la velocidad de Gio y las internadas de Hutton para buscar goles a la contra.
            Todo siguió igual en el segundo tiempo. El partido siguió con un ritmo acelerado, cosa que aprovechó Lass Bangoura para rematar dos veces al palo. En una, supera en carrera a Geromel y remata flojo con el exterior, calculando, pero la madera acaba repeliendo su remate. Minutos después lo probó desde fuera del área con el mismo resultado. Calatayud tuvo que intervenir de manera espectacular un disparo a bocajarro de Leo Baptistao. El brasileño además puso la nota negativa al encuentro. Si hace dos años se fracturaba la clavícula izquierda, en el partido de ayer su clavícula derecha hacía lo propio, por lo que se despide, salvo sorpresa, de la temporada. 
            El Rayo lo siguió intentando con llegadas y oportunidades de todos los colores y jugadores y el Mallorca logró tener más presencia en ataque con la entrada de Arizmendi al terreno de juego. Las estadísticas finales demuestran a qué nivel ha estado el partido: 5 ocasiones más que claras (tres del Rayo y dos del Mallorca) en los últimos 10 minutos. Cabe destacar que Tomás Pina tuvo vía libre para cortar de cualquier manera las salidas con el balón de Trashorras, recibiendo la tarjeta amarilla en su falta número 11, a cinco minutos del final del encuentro, después de varias quejas del centrocampista gallego.
            Y con un gol para cada uno en el video marcador, el colegiado señaló el túnel de vestuarios y confirmó este inservible empate. El Rayo debe esperar que ninguno de sus rivales directos (Betis, Getafe, Sevilla) sume puntos para poder seguir con los ojos puestos en los puestos europeos. Será más difícil con la baja de Leo Baptistao (a quién mandamos nuestro más sincero apoyo desde aquí), pero Jémez sacará los mejor de los suyos en cada partido para seguir soñando con lo "imposible". Eso deberá hacer Goyo Manzano si no quiere sufrir hasta el último minuto de la liga como hicieron sus rivales anoche en la temporada pasada. Da la sensación que necesitan que Giovanni dos Santos tenga un buen día para demostrar algo, y un jugador no puede llevar un equipo.
Mallorca: Calatayud; Hutton, Geromel, Bigas, Kevin; Pina, Martí, Javi Márquez (Arizmendi, min.77), Alfaro; Giovani y Hemed (Pereira, min.70).
Rayo Vallecano: Rubén; Tito, Amat (Arbilla, min.72), Jordi Figueras, Casado; Trashorras, J.Fuego, Piti, Lass; Leo (José Carlos, min.66) y Delibasic (Tamudo, min.80).
0-1, min. 6, Piti.
1-1, min. 12, Alfaro.
Estrada Fernández (Colegio Catalán) amonestó a Bigas (min.17), Kevin (min.33), Hemed (min.47), Pina (min.87) por parte del Mallorca; y a Amat (min.15), Tito (min.27), Lass (min.66), Casado (min.74) por parte del Rayo.
Toni López
@ToniLopez93

viernes, 19 de abril de 2013

0 ABC Punto Radio absorbida por la COPE

jueves, 18 de abril de 2013

0 Calleja critica al Papa Francisco

0 The shattered dreams of American farmers (1987)

David Peterson
Des Moines Register

miércoles, 17 de abril de 2013

0 El caso Ponferrada hunde aún más al PSOE

0 Entrevista de Manuel de Lorenzo a Quique González (y V)



¿Qué es lo más embarazoso que te ha pasado en un escenario?
La peor noche de mi vida la pasé en Barcelona hace ocho o nueve años. Estaba malito y no tenía voz. Tiré la primera media hora del concierto, pero no suspendí. Al final estuvimos tocando dos horas y media, pero lo pasé fatal. Nunca me había pasado, y además me había medicado para que no me pasara, pero no salía la voz. Tuve un complejo de culpa enorme durante tres días… Y nunca me ha vuelto a pasar. Doy gracias a Dios y toco madera, aunque no soy supersticioso, pero nunca he suspendido un concierto. Ahora bien, ese día lo pasé muy mal y estuve a punto de suspender.
¿No eres supersticioso? ¿Ningún ritual antes de salir al escenario?
No. Sinceramente no.
¿Te has llevado alguna decepción al asistir a un concierto de un grupo al que solo conocías por sus discos?
Sí, claro. Nos ha pasado a todos. Aunque ahora mismo no te podría poner ningún ejemplo.
Cambiemos de tema. ¿Todavía se puede vivir de la música en España?
¿Cuándo se ha podido, si siempre hemos estado tocando por lo que había? Me hace gracia cuando el impresentable de Wert dice que los músicos nos tenemos que bajar el sueldo. ¿Pero qué sueldo, si hemos tocado siempre por lo que había? ¿De qué sueldo me estás hablando?

Una de tus últimas canciones se llama Donde está el dinero, precisamente. ¿Dónde está?
Pues parece que está en Suiza (risas). La canción la escribí antes… La respuesta igual tarda tres discos.

¿Qué se puede hacer contra “los presidentes de la desesperación”?
[Se toma exactamente 30 silenciosos, largos e incómodos segundos para contestar].
Habría que meterlos en la cárcel.
Después de esto, será mejor hablar de fútbol.
Vale.
¿Tu delantera mítica?
Creo que es Juanito y Santillana. Mi padre me llevaba al campo a finales de los 70 y principios de los 80, cuando Santillana era mi ídolo, y si tuviese que elegir alguna de las delanteras míticas, por el equipo que seguía entonces y sigo ahora, sería esa.

¿Se está gestionando mal la cantera del Real Madrid? Por ejemplo, en el caso de jugadores como Mata, Soldado, Granero…
Que ahora está en el Queens Park Rangers. He ido a verle hace poco allí.
Exacto. ¿Su puesto ha sido ocupado por jugadores de fuera más capacitados o se están dejando escapar los grandes valores de la casa?
En los últimos años, los agentes y representantes de futbolistas han mandado mucho más en las plantillas que la propia idiosincrasia del club. Y en el Madrid se ve muy claramente.
¿Se puede ser del Real Madrid y preferir el estilo de juego del Barça?
Pues claro, es mi caso. Yo entiendo el fútbol como un espectáculo, como un acto de atrevimiento. En cualquier deporte siempre estoy de manera natural del lado del que expone más.
Bueno, en el Madrid juega Xabi Alonso…
Claro, pero el juego de Xabi no es defensivo. Todo lo contrario. Es un tipo que da equilibrio, pero no llega a ser un stopper. Es un creador de juego. Me gusta más la gente que crea que la que destruye. Y sobre todo, si tienes un equipo plagado de estrellas. Me parece lícito, porque hay muchas maneras de jugar al fútbol y de ganar, pero no congenio con la idea de esperar el fallo del rival para acabar ganando la partida. Es una cuestión de filosofía.

Hay quien opina que el juego técnico y casi delicado del actual Barça desvirtúa un poco el espíritu original de ese deporte, de ese fútbol de antaño basado en el despliegue físico.
Hombre, es una evolución del fútbol, y Guardiola la ha llevado a la máxima expresión. Yo nunca he visto un fútbol tan estético como el del Barça de los últimos años. Lo han buscado, los jugadores de la cantera juegan bajo ese precepto y todos saben ya a qué juegan. Han demostrado que es algo no solo exitoso sino también brillante y aplaudido por el público.

¿Has llegado a ser de algún otro equipo antes que del Real Madrid?
Soy antes de cualquier equipo en el que jueguen mis amigos que del Real Madrid.
¿Cómo se pasa de intentar formar parte de la cantera del Madrid a querer dedicarse al rock and roll?
Siendo un paquete (risas). Yo creía que era mejor de lo que era. Pero menos mal, porque ahora tengo 39 y estaría sacándome un curso de entrenador, y sin embargo estoy publicando mi noveno disco.
Creo que es de aquella época de la que te viene la pasión por el Ford Capri. ¿Nos cuentas eso?
Claro. En aquel momento Fernando Martín era El Ídolo. Recuerdo que una vez yo estaba en la Ciudad Deportiva viendo un entrenamiento con mi padre y apareció él con un Ford Capri negro. Parecía que habían salido dos personas del coche. Más adelante, cuando tuve treinta y pico años, me lo compré. Me compré el coche que quería tener desde que tenía 18.

Unas cuantas preguntas cortas. ¿Madrid o Nashville?
Depende de para qué. Para la música, Nashville. Es una ciudad en la que la música es el cincuenta por ciento de todo. Madrid para estar con mi gente. Y para caminar.
¿Macrofestival o El rincón del arte nuevo?
¿No puede ser algo entre medias? (risas) Como te decía al principio, yo soy un músico de club, y nunca me voy a sentir tan a gusto como tocando en un club.

¿Guitarra o piano?
No lo sé… Me gusta componer con las dos cosas, pero últimamente prefiero hacerlo con la guitarra. Además, con el piano no he dado ni una sola clase y con la guitarra sí tuve buenos profesores, a pesar de no haberlos aprovechado demasiado. Pero con el piano tengo menos soltura, sí. Lo bueno es que salgan las dos cosas, porque con el piano las canciones salen de una manera y con la guitarra de otra.
¿Eléctrico o acústico?
Esto es como todo en la vida. Me gusta tener las dos cosas para no aburrirme de una de ellas. Cuando me canso un poco de una, tengo la otra. Me gusta tocar en acústico, pero a veces necesito electricidad y compartirlo con más gente. Una cosa hace que no me canse de la otra.
Para terminar, ¿hacia dónde crees que evoluciona ahora tu música?
Pues ojalá me sorprenda…
¿Quizá hacia un sonido todavía más americano?
No lo sé… Que esté grabando en Estados Unidos no significa que esté haciendo un ejercicio de estilo. Ahora me encuentro bien haciendo canciones con Luis y supongo que las cosas seguirán por ahí, pero no sé hacia dónde irán los próximos tiros. Ya veremos.
Jot Down
 

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