Envuelto en un ambiente
de Maseratis, mujeres inalcanzables y catetos con cámaras de fotos encuentra
uno el principado monegasco. Es el lugar elegido por la Uefa para comenzar año
sí y año también hasta este año, la temporada Europea con una kermesse propia de Platini que regurgita bilis al verse rodeado de tantos españoles.
¡Inaugurar la temporada
Europea! Me lo explicó Briega en
Ginebra con el decoro de unos spaghettis a precio de percebe.
Filosofía, la de Platini, como la de Ambrose Bierce, que suena a francés pero es estadounidense.
Camino
de muchos ramales que conduce de ninguna parte a la nada.
Como el Barça de Vilanova, que camina de la final de la
Copa del Rey cuyo medio título ya se le atribuye al nuevo gurú, al sorteo de la
shempions cuyos emparejamientos nos llevaron a más de uno a pensar que el
Barcelona jugaría este año la Europa League.
Pero como en este país
y limítrofes la democracia participativa es del vulgo y el vulgo lee la prensa
favorita de Rajoy –el presidente del
vulgo- los periodistas (“los periódicos son los archivos de las bagatelas”)
decidieron sumar valors al tinglado de Platini.
Y es que Iniesta fue el elegido por
los plumillas que eligen cada año quien se sube a un estrado a cuyas gradas se
presentó el año pasado Puyol (Puyi para Casillas y Del Bosque)
con unas bermudas a cuadros demostrando que los valors son cuadrados pero,
sobre todo, socialdemócratas.
La kermesse suele cerrarse con un partido de fútbol, lo cual dados los
tiempos que corren y la cabeza del mandatario máximo del fútbol europeo, un Hugo Chávez predicador como de teletienda,
es de agradecer, como poco. El partido lo ganó el Atleti, que ya lleva cuatro
títulos en dos años entre paragüeros del Ikea y victorias sobre campeones de Champions
venidos a menos. Pero cuatro títulos al fin y al cabo. De ello se encargó Falcao que en su día fue pitado por el
Calderón, como Cristiano lo fue por
el Bernabeu quien ahora se extraña, ay, de que esté triste. Y es que Radamel o “el triste” son dos de los
muchos ejemplos que se le vienen a uno a la cabeza como mejor jugador de la
temporada pasada por encima del anunciante de Kalise.
Injusticia,
s. De todas las cargas que soportamos o imponemos a los demás, la injusticia es
la que pesa menos en las manos y más en la espalda.
Quedémonos con lo
positivo. Ya tienen el premio y sólo pedimos una cosa: no más tabarrón catalán.
Gràcies.
Darío Novo
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