Una siesta a destiempo pudo costar un gran disgusto al Atlético de Madrid. El equipo delCholo, que arrasó al Rayo con Diego Costaen versión superclase, estuvo a punto de dejarse empatar en un partido que tenía controlado con 4-0 a falta de 8 minutos del final. El Rayo, voluntarioso y valiente, a pesar de sus minutos finales, fue preso de la defensa de tres planteada por Paco Jémez.
Los primeros minutos fueron de tanteo. El Atlético dominaba, pero el Rayo se asomaba con peligro al arco de Courtois.
Rondando la media hora llegó el primero. Diego Costa, imperial toda la noche, se marchó deTito tras una serie de rechaces y asistió a Mario Suárez que entraba desde segunda línea. Se adelantaba el Atlético con la facilidad propia del momento en el que vive el equipo de Simeone.
El tanto local hizo que el Atleti volviera a su trinchera expectante de lo que hiciera el Rayo. Pero el Rayo no podía ofrecer mucho más de lo visto. Buen tratamiento con el balón pero demasiada ingenuidad ante un equipo bien arropado como el colchonero.
Antes del descanso, Arda pecó del “mal del genio”, con un mano a mano frente a Dani Giménez, el turco decidió picar la bola. Efectista pero no efectiva, Casado salvó el 2-0 en boca de gol.
A la salida del descanso, el quinto de caballería arrasó al Rayo Vallecano en apenas siete minutos. Primero Koke y luego Arda anotaron goles prácticamente idénticos, marcados a placer tras galopadas desde el perfil derecho. El cuarto lo puso Falcao de penal, después de que Diego Costa redondeara su maravillosa actuación provocando el penalty. Mientras, el Rayo, se limitaba a rezar para que amainara el vendaval.
Con 4-0 el Cholo y el Calderón creyeron que era tiempo de homenajear y bajar la persiana. Se marchó con una cerrada, y merecida, ovación Diego Costa, después Mario Suárez y finalmenteArda Turan. Fueron cambios que bajaron sensiblemente la intensidad y el nivel mostrado por el equipo colchonero.
El efecto contrario se produjo en los cambios del Rayo: Lass, Chori Domínguez y Delibasiccambiaron la cara al tierno equipo Vallecano, convirtiéndolo en un equipo con las garras afiladas.
Cuando algún previsor se levantaba de su asiento dispuesto a esquivar los atascos del Calderón,Delibasic puso el 4-1. El de la honra dijeron algunos. Dos minutos más tarde, el propio Delibasicpuso el 4-2 al grito de “sí se puede” coreado por la afición rayista. Y vaya si se podía, con el Calderón teniendo ese característico miedo a lo sobrenatural, Leo Baptistao se aprovechó de una jugada que despertó los fantasmas de Godín para poner el 4-3. Inusitado rouge final propio de la parapsicología que rodea al Atlético.
El Rayo había llegado al Calderón 89 minutos tarde. Pero los tres minutos que restaban para finalizar el encuentro fueron de verdadero pánico local. Entre la incredulidad y el susto, el Rayo tuvo la última en un centro que Courtois atajó sin mayores problemas. Hubiera sido demasiado premio para el juego rayista, pero también justo para la lección de coraje que dio el equipo Vallecano.
Victoria deslucida para el Atleti. Derrota honrosa para el Rayo. Al colchonero le sobraron 7 minutos que generaron dudas y una lección: las siestas en primera división se pagan caras. Al franjirrojo le sobró ingenuidad y le faltó algún minuto más para desatar el desastre colchonero.
A.Briega
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