Reconoce uno que ha regresado a Barcelona cuando se encuentran rodeado por un mar de hombres que con encomiable espíritu juvenil lucen todo su esplendor en chanclas, calzón corto y camisetas multicolores. Una oda al uniforme y la ética del eterno dominguero, con la bicicleta, el patinete o el diario deportivo como extras de lujo, que explica por si sola la desconfianza internacional con nuestro país, pero que tiene sus ventajas para el ciudadano atento: en un periquete y sin pagar cuotas ni entrada se convertirá en todo un experto en las nuevas tendencias de la pedicura, este año triunfa la uña larga y marrón, descubrirá todo tipo de olores cuando se siente en las butacas de un cine o asista al Liceu y podrá proclamarse sin rubor doctor en tatuajes varios. Conocimientos, sin duda, muy necesarios a la hora de reforzar el Currículum Vitae en estos tiempos de tribulaciones que se obtienen de forma gratuita merced a esta peculiaridad local que, extrañamente, los próceres de la ciudad, tan sensibles a la hora de hallar y resaltar nuestras singularidades, no han elevado todavía a rango de “hecho identitario diferencial”. Todo se andará.
Iñaki Ellakuria
Leer el blog de Ellakuria, Barrio Chino
0 comentarios:
Publicar un comentario