Decíamos en la crónica del primer partido del Cholo en el banquillo, ante el Málaga, que el cambio se había notado mucho en la actitud pero poco en el juego. Después, contra Villarreal y Real Sociedad, a esa misma actitud se unió la fundamental presencia de Adrián arriba con Falcao, así como la de Arda, lo cual resultó en un mejor juego y resultados. Anoche se plantó el Atlético en un campo difícil, en el que ni esta temporada ni nunca ha sido fácil sacar puntos ni lucir en el juego. Y no, no voy a caer en los tópicos futbolísticos propios de estos partidos. Que si “oficio”, que si “saber estar”. No, no es eso. La victoria de ayer llega por una decidida actitud, ya era hora por cierto, de “las clases medias”.
Que Falcao mete goles, que Adrián, Arda y Diego son quienes tienen fútbol de verdad en esta plantilla, ya lo sabíamos. Pero faltaba, faltaba. Y ahí está, estoy seguro, la mano del Cholo. Filipe Luis está recordando al que fue en La Coruña, cuando el Barsa pujó por él, con un gran despliegue físico doblando continuamente por la izquierda y estando más atento atrás. Lo mismo por el otro lado, con un Juanfran reconvertido en lateral muy explosivo, y que está sabiendo suplir sus carencias en el centro con paredes en corto que le llevan al área contraria. Respecto a esta banda derecha, en cualquier caso, la próxima recuperación de Silvio, que no Salvio, va a mejorar el juego, estoy seguro. En el medio Tiago se ha visto con los suficientes galones, tanto que ayer llevó el brazalete, como para recuperar la confianza en su pase, que lo tiene. Es un jugador inteligente, y sabe asociarse sin balón con el otro mediocentro para paliar su evidente bajón físico en las segundas partes. Y así hay más, hay unos cuantos de esa clase media que se están sabiendo importantes y que están valorando el privilegio que supone para ellos defender esa camiseta. Ahí está Domínguez, que viéndose relegado al banquillo, cada segundo que juega parece que fuera el último. O Koke, a quien por fin han sacado de la banda para acercarlo a la mediapunta, y que ayer apareció con acierto en los ataques del primer tiempo. Y por encima del resto, destacan los centrales, Miranda y Godín. Curiosamente, los mismos por los que apostó Manzano en un principio, y que están dotando de un equilibrio al equipo que redunda en una clara seguridad y fluidez hacia adelante: ya son cuatro partidos seguidos sin recibir un gol.
Hubo anoche dos jugadas muy significativas en las que estos nombres pusieron de manifiesto la clara intención de Simeone. Al final del primer tiempo, y en el inicio del segundo, cuando suele haber más relajación sobre el césped, hay un par de balones divididos en la banda con posibilidad de contra en el que la proporción de atléticos frente a rojillos es de cuatro a uno. Parecía que el 14 había vuelto y estaba en el campo. Además, cuando recuperan, enseguida buscan a quien sabe realmente moverla, como hacía Diego Pablo, que era el primer conocedor de sus limitaciones. Ahí sí que se notó bastante la ausencia de Diego ayer, el brasileño es de largo el jugador más talentoso y vertical del equipo. Otro dato significativo es el cambio en el juego a balón parado. El equipo ya no defiende en zona, sino al hombre; en ataque ya no remata, sino que muerde. Y en una de ésas le pegó Godín el bocado de la noche a Pamplona en el minuto 40, anotando el 0-1 definitivo tras rechace de un córner, dejando al Atlético a sólo dos puntos de una Champions que está más barata que otros años. Aun así, tanto Adrián como Falcao tuvieron dos ocasiones claras en la segunda parte como para haber llegado a un final menos apretado, pero no fue así. Entonces llegó el turno de Courtois, ante quien cada minuto que pasa uno sólo siente rabia por ver que se está formando a un porterazo que no está en propiedad, sino cedido. Es muy difícil que alguien de su gran envergadura y su corta edad tenga tanta coordinación, agilidad y madurez. Y si no, que pregunten en Manchester…
Luis F.V.
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