Nunca las manos tuvieron tanta importancia en el fútbol desde la de Maradona.
-“Si pudiera volver tiempo atrás y cambiar la historia lo haría”
Vino a decir el argentino años después sobre “La mano de Dios”, una picia o robo según se sitúe en el banquillo o en la acusación. Pepe pisó la mano de Messi que Messi utilizó otrora para tangarle un punto al Español o dárselo al Barcelona, lo que no quita que Pepe lleve tiempo dejado de la mano de dios.
En Madrid no existe dios, y los locutorios carcelarios hacen la vez de confesionarios laicos en los que no se permiten las escuchas, en palabras de Ruiz Quintano. En Madrid está Mou, que es quien acerca a Pepe a los mortales y que osó a robar el fuego a los dioses en Valencia, por lo que fue castigado a la eternidad por los mismos y escacharrado en las tertulias del Tendido 7 que es la grada del Bernabéu y el Ragnarok que es Punto Pelota.
Los dioses vienen de “un país que se llama Cataluña” como cuenta Pep Guardiola que es un Zeus depilado y con traje.
En nuestra época el Robert Graves es Wayne Rooney y ha pasado de leer la “Batracomiomaquia” a que le lean “De Santpedor a la banqueta del Barça” y de escribir “Yo, Claudio” a Tweets que afean la conducta de Pepe.
Ya saben, la historia y sus cambios.
Darío Novo
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