
320 golpes en 23 minutos. Casi 16 por
minuto. La primera vez en que Anderson Silva, el invicto luchador
brasileño, se enfrentó al estadounidense Chael Sonnen, se batió el
récord de golpes efectivos en un solo combate de la historia de la UFC. De todo
se lleva hoy estadísticas, ya se sabe. Sonnen, un underdog, un
jornalero del trompazo entrado en la treintena que a la manera de Rocky Balboa
se encontraba ante la única oportunidad de su vida, sometió a un castigo
inhumano al mejor luchador de todos los tiempos, el invicto cinturón negro en
jiu-jitsu, capoeira, judo, taekwondo y muay-thai. Pero este, cuando los jueces
ya rellenaban...