España y Francia vuelven a verse las caras. Los enemigos íntimos, después del choque de cuartos de final en la pasada Eurocopa, se enfrentarán con el telón de fondo de la clasificación mundialista. Caprichoso fue el sorteo que determinó un grupo en el que estos dos colosos se enfrentarán rodeados de cenicientas, por eso el partido tiene un aroma a decisivo. A nadie se le escapa que la clasificación sólo pasa por Madrid y París, más aún si las dos selecciones hoy contendientes no fallan ante los rivales más débiles del grupo. En el cara o cruz la primera parada es el Calderón.
Llega Francia con unas dudas parasitarias camino de ser eternas. No ayudó su penúltimo tropiezo en el amistoso del viernes ante Japón en Saint Dennis. Se fue Blanc, preso de un vestuario arrabalero a la par que problemático, para llegar un hombre con fama de duro: Didier Deschamps. El de Bayona, después de un paso con luces y sombras por Marsella, llega para poner orden, lo que fue imposible para sus predecesores. En su intención de ordenar las ideas de un equipo sin rumbo, Nasri de momento sigue sin entrar en sus planes. El jugador del City sigue siendo castigado por la FFF y su entrenador. Por contra, debido a las bajas en la franja central,Lass Diarra vuelve la convocatoria tras un largo tiempo de ausencia. Por lo demás nada ha cambiado en la France. Benzemá y Ribéry esconden la magia de un equipo pura fibra necesitado de talento.
En el bando español todo es diferente. La prolongada luna de miel de la selección con el fútbol se mantiene después de la Eurocopa. Viene España de machacar a Bielorrusia en el partido del que todo el mundo habló y nadie vio. Con Pedro lanzado después de su primer triplete en el combinado nacional, el juego de España pareció encontrar esa verticalidad perdida durante algún tiempo. En el capítulo de dudas aparece Sergio Ramos. El sevillano sufre unas pequeñas dolencias musculares que sin embargo no le impedirán ser de la partida. Por lo demás, todo seguirá igual. España a lo suyo, el rival a lo que España quiera.
Volverá Fernando Torres a la que fue, y será más pronto que tarde, su casa. El Niño que parecía adolecer una maldición cuando llegaba el momento de aterrizar en la ribera del Manzanares con su club o selección, por fin podrá pisar el césped que le vio crecer y triunfar.
Empieza el verdadero Mundial esta noche. Francia se presenta en el Calderón con varias cuentas pendientes…y Brasil en el horizonte.
A.Briega
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