Amenaza con llegar a la
cita en Casa Labra vestido de fundador del PSOE aunque finalmente no cumple.
Jorge Bustos (Madrid, 16 de diciembre de 1982) es uno de esos periodistas de
los que uno tiene una sensación de vacío al final del día si no le ha leído. Hablamos
de periodismo, del Real Madrid, de boxeo y en caso de no vivir del periodismo,
de trabajar de gigoló en Eurovegas.
Bueno
Jorge, empezamos hablando de periodismo que es lo más común que puede ocurrir
cuando nos juntamos dos periodistas. La semana pasada se celebró un Debate
sobre el Estado de la Nación. Si hubiera un Debate sobre el Estado del
Periodismo ¿quién sería presidencia y quién oposición?
Estuve en el Congreso y
me gusta ver a la clase política. No soy de aquellos periodistas que continuamente
echan pestes de ellos, me divierten y me parecen muy necesarios. Del estado del
periodismo no soy nadie para hablar y, acotando un poco la profesión, podría
hacerlo del estado del columnismo. Descubro un problema y es que las vacas
sagradas no se quieren ir. Además, los jóvenes periodistas se enfrentan al problema
añadido de una crisis de “software” del
periodismo dentro de la crisis general. Aún no se ha encontrado la
manera de que te paguen por escribir en Internet. Es una utopía: está la paz en
el mundo, ganarse la vida escribiendo y la Décima. Al estado del periodismo lo
único que podría pedirle es que leyera más, que dejaran de escuchar a sus
profesores de Ciencias de la Información, lo cual es un oxímoron ya que la
información no es una ciencia, y que leyeran. Que leyeran a los clásicos, que
leyeran a periodistas muertos consagrados por el paso del tiempo para recuperar
el lado intelectual. Tengo un discurso un poco aristocrático, pero es que el
periodismo se ha democratizado tanto que ya uno no sabe encontrar la calidad.
De ahí la petición de mejora de la capacidad intelectual. Lo demás son aplicaciones
y trabajo de Apple.
· Decía
el otro día el profesor Calvi que el periodismo como tal ha muerto, que eran
antes los escritores quienes escribían artículos para vivir ¿estás de acuerdo?
Es lo que vengo
diciendo. Pero ojo, no pido periódicos sólo formados por columnistas, eso sería
ingobernable, un error y un flaco servicio a la sociedad. La opinión en un
periódico tiene que ser en poca cantidad y mucha calidad. Al margen de esto
tiene que haber informadores y reporteros bien pagados a quienes se les permita
hacer buenas coberturas, hacer preguntas, perseguir al político y fiscalizar al
diputado. Se observa una devaluación evidente en el columnismo fruto de una
relajación de los requisitos para escribir en un periódico. Parece que con
Umbral murió el último escritor de periódicos y no es así. Al editor le falta
audacia para cortar amarras con la maldita generación de la Transición de los
cojones, la sacrosanta Transición, que si mañana el 15-M arrasa el Congreso nos
lo volverán a contar Victoria Prego e Iñaki Gabilondo, contra quienes no tengo
nada y me parecen excelentes profesionales, pero que ya han vivido bien de
esto, no pasa nada si ceden el testigo.
·
Después
está lo de “reinventar el mundo de los medios”
Hay que desconfiar de
cualquier discurso mesiánico, de cualquier empresario visionario. Como en
política, en el periodismo está todo inventado. Lo que hay que inventar es el
sistema que permita a los periódicos cobrar su información, como ha pasado con
Google en Brasil, no sé si ese es el medio, pero es lo único que hace falta
inventar. Los inventores han de encargarse de la técnica, los artilugios, los
avances tecnológicos. Las humanidades no se inventan : las inventaron los
griegos y los latinos. Sólo hay que leer y aplicar la excelencia humanística a
un oficio que es tan viejo como el Génesis.
· Se
habla mucho de reinventar los medios ¿el profesional del medio también se tiene
que reinventar? Es decir ¿reinventar el periodista como periodista?
Quizá te refieras al
periodista multimedia. El que se conozca a sí mismo y conozca sus fotalezas y
debilidades, como dicen los putos guiris de los manuales de autoayuda
financiera, lo que tiene que hacer es encaminar su carrera por donde crea que
mejor le puede ir. No quiero hacer una enmienda a la totalidad de la profesión
periodística. En los artículos que escribo me río mucho de los tertulianos. Los
tertulianos son una cosa -así en abstracto, que luego los hay buenísimos- muy
fachendosa que diría Pla, muy fatuo, póngame el menú que yo hablo de lo que
sea. Oiga, usted no sabe de todo. Lo que pasa que hay que llenar tiempo de
radio y es una forma barata y eficaz de hacerlo. Teniendo esa idea en mente,
los escucharemos con la prevención debida. Ahora, que se arroguen la custodia
de la democracia o ser el látigo de la casta política… Aunque soy muy joven,
tengo un temperamento de viejo quizá porque he leído demasiado. El asunto es no
emitir juicios generales sobre ningún estamento o profesión; señalar lo bueno e
ir a la persona a quien queramos elogiar o atacar sin ir a la profesión. Por
ejemplo, la prensa deportiva que está ahora tan desprestigiada. La prensa
deportiva no se ha dirigido nunca a académicos de la lengua, sino a la clase
intelectual media-baja de este país que necesita también su alpiste
informativo. Pero en la prensa deportiva hay nombres a quienes rescatar o
revindicar. Todos podemos echar un borrón, y allí se puede ver un tono general
de incultura rampante, pero no todo el mundo puede pasarse la vida leyendo a
Joyce. Lo ideal para mí es practicar una mezcolanza entre lo deportivo y lo
literario, como hacen mis amigos Hughes o Jabois, y logrando, además, buena
acogida. Pero es algo que no está al alcance de todo el mundo. Ni que lo
escriba todo el mundo, ni que lo lea todo el mundo. Hay veces que me vuelvo
sentimental con la profesión.
·
Jorge,
has pasado de esas “Crónicas canallas” a la contraportada de un periódico
¿estás donde te hubiera gustado estar hace diez años?
Soy un caso de
periodista que sabía que quería escribir en un periódico desde muy pequeñito. Me
recuerdo con 14 años leyendo el ABC
por las columnas, me influía muchísimo. Luego ya El Mundo, El País… La
gente a los 14 quiere ser bombero, modelo o futbolista, yo quería ser
columnista, es un caso de vocación precoz. Estar en la contraportada de un
periódico es la consumación de un sueño mío. Después de esto a lo que se puede
aspirar es a mantenerse, escribir cada vez mejor, que tu nombre vaya sonando
más. Luego está lo de romper el prejuicio político, cainita, de poner la
etiqueta por la cabecera y no por la firma. Hay gente que despacha mis textos
muy españolamente con un “¡Este es un fascista!”, y entonces no queda más
remedio que abrazar el adjetivo fascista y hacer bandera de él, riéndose del
asunto porque es muy cansado. Luego la gente te lee y ve que no defiendes la
implantación del Ku Klux Klan en Andalucía, y entonces comienza lo bonito de
este trabajo, que es ganarse a los lectores por lo que hay escrito de tu firma para
abajo.
·
Con
visión de futuro ¿dónde te gustaría estar dentro de diez?
¡Dentro de diez no sé
si habrá periódicos de papel! Si los hay me gustaría estar en alguno, en el que
permanezca. El propio tiempo hará la criba. Hombre, no me veo en un periódico
de extrema izquierda, la extrema derecha directamente no existe y a Dios
gracias, pero este país aún juzga por el dime niño de quién eres y eso te veta
en determinadas tribunas. Yo escribiría donde fuera mientras me respetaran y no
me tocaran los textos. Me conformaría con seguir escribiendo en periódicos y si
no, oye, si hay que poner una discoteca o hacerse gigoló en Eurovegas pues lo
haremos, tampoco se nos caerán los anillos.
·
He
leído algo esta mañana que no conocía a raíz de esas contraportadas de un
verano por España que los filoterroristas de Gara no tomaron muy a bien y que
recordaba un poco esos señalamientos que hacía Pepe Rei de Luis del Olmo por
ejemplo
Me propusieron ir por
toda España con un portátil y una cámara y organizármelo como quisiera. Una
vida divertidísima de España en fiestas. En el año 2010 terminé en Bilbao. Y
uno como madrileño siempre tenía esa prevención, esa aprensión a lo vasco, que
es una cosa que los amigos vascos siempre te dicen, y es cierto, expresa
prejuicio. Pero, coño, también hay una banda terrorista que no es murciana, es
que es vasca. En ese momento la izquierda abertzale estaba ilegalizada y hacía
manifestaciones más violentas y explícitas que ahora, ETA aún estaba activa. Una
noche los borrokas quemaron el cajero de al lado de mi hotel. Fui a un par de
manifestaciones en las que se escuchaban gritos de apoyo a ETA. Todo eso me
impresionó un poco. Señoras con sus hijos en el carrito insultando a los ertzainas,
llamándolas txakurras y tal. Al ver
que tiraba fotos se me acercaban abertzales a preguntarme qué opinaba del
conflicto, para quién escribía y a ver qué iba a decir. Al día siguiente
escribí una columna riéndome un poco del aldeanismo criminoide este, porque no
es más que eso, paletismo, aldeanismo, falta de lecturas y viajes. Entonces una
periodista de Gara, Maite Soroa, que luego me he enterado que al parecer era un
seudónimo y que tenía una sección ya famosa donde señalaba a los periodistas
fascistas u opresores, en su terminología, me dedicó un par de columnas. Cuando
lo vio Carlos Dávila, director de La Gaceta, que era muy temperamental, dijo
que había que contestar. Me pusieron en portada aquello de “El diario de ETA
señala a nuestro redactor” y claro, las llamadas de la familia y de los amigos
preocupados. Al día siguiente ETA anunció su primera tregua y yo siempre digo
en broma que es porque se acojonaron, no sabían con quién se estaban metiendo.
Pero fue todo una tontería y una estupidez, cosas del sensacionalismo, jamás
blasonaría de que he estado amenazado porque hay gente que lo ha estado de verdad.
·
Cambiemos
de tema. Hilándolo un poco con lo que comentaba el profesor Calvi ¿es Jorge un
escritor que gana la vida con el periodismo o no planteas por el momento el dar
el salto a los libros?
Sí, lo que pasa que el
periodismo no te deja tiempo. Aunque no debería ser excusa, ya que tengo amigos
que lo compatibilizan. Lo que pasa es que yo, joder, soy muy vago. Y eso me
hace ilusión porque Camba también era muy vago y es una forma de parecerme a
él. Ya me va tocando escribir algo largo. Hay una editorial que se interesó por
publicar una antología de artículos míos y cuando iba a salir, quebró. Ahora estoy
buscando interesados en ello. Luego tengo también en el cajón un manuscrito de
piezas raras, que escribí en una época de mi vida en la que estaba frustrado
profesionalmente porque tenía un jefe que no me dejaba adjetivar y me obligaba
a hacer tablas de números y cosas infames, que por poco agotan mi vitalidad
para siempre. Entonces llegaba a casa con toda la represión creativa bullendo y
empezaba a aporrear el teclado. Eso lo escribí con 25 o 26 años, un manuscrito
bastante grueso, escrito con una violencia verbal no zafia, sino lírica, de
adolescente con ganas de fundar un grupo anarquista literario o vanguardista.
Lo ha leído algún amigo y me ha dicho que está bien, pero no tengo mucha fe en
que eso vaya a salir.
Luego sí me gustaría
escribir una novela o una biografía. El otro día David Gistau me regaló un
libro que se llama “Escribir ficción” y yo me lo tomé como una invitación del
tipo “ya que no vas a vivir del periodismo, al menos escribe novelas”. No lo
descarto, la verdad que no lo descarto.
·
Filólogo
y con un excelente paso por la Universidad. Evidentemente el buen provecho es
un paso ¿pero qué porcentaje hay de autodidactismo?
La filología lo mejor
que tenía no eran sus profesores sino las listas de libros que te daban a leer
y constituían la materia del examen. Si querías sacar buenas notas, y yo he
sido un empollón toda mi vida, tenías que leerlo todo. Aparte me fascinaba la
literatura, leía como un enfermo. Leía seis novelas a la semana. Pero no El tiempo entre costuras: leía a Joyce o
La muerte de Virgilio de Hermann
Broch en el metro. Estaba estudiando Filología Clásica y me empezó a picar el
gusanillo de escribir en periódicos de forma profesional, con lo que tuve que
buscar la manera de hacer la transición desde traducir a Séneca al periodismo.
Entonces me matriculé en la licenciatura de segundo ciclo de Teoría de la
Literatura, dirigida por el simpar Antonio García Berrio, una especie de
Mourinho de la crítica literaria que blasonaba de su amistad con Harold Bloom y
que escribía libros indescifrables con párrafos que teníamos señalados para
reírnos en las noches de copas. Lo que agradezco es la cantidad de libros
leídos. Ojalá pudiera leer ahora lo que leía entonces porque un día se me va a
acabar la renta y voy a acabar escribiendo como un periodista deportivo.
·
¿Doctorado
sí, doctorado no?
En 5º de carrera estaba
muy harto y lo único que practicaba era el autodidactismo. Pasarte dos o tres
años con un director de tesis al que seguro sólo le interesas como corrector de
sus exámenes para que él se pueda ir a la casa de campo con la amante… Descarté
rápido esa posibilidad. Luego me arrepentí y es que tuve una entrevista de
trabajo muy jovencito, con 24 años, para dar clases de escritura creativa en la
Universidad Antonio de Nebrija. El decano de Periodismo dijo que le encantaba
mi currículum y mis textos, pero que era demasiado joven y encima no tenía el
doctorado en Periodismo. Luego me he enterado de los profesores que dan
escritura creativa y qué textos escriben y es una venganza que un día serviré
en frío. No creo que el doctorado en un escritor de periódicos, que es lo que
aspiro a ser, tenga la menor importancia.
·
Vemos
a jóvenes que pasan más tiempo en las calles gritando que en aulas o
bibliotecas por ese futuro incierto que espera ¿es la Universidad una máquina
de crear alfas y betas con título, autómatas de licenciatura o aún hay
esperanza?
Tampoco podemos
estigmatizar o satanizar la universidad. Creo que es mejor ir a la universidad
que no ir si te quieres dedicar a una profesión humanística, por no hablar de
la Medicina o la Ingeniería, que son una cosa seria y es lo que tenía que haber
hecho yo en vez de esta ruina. Siempre hay en una generación dada una constante
de alumnos brillantes, desde Adán y Eva hasta hoy. Es muy fácil caer en la
jeremiada que dicen algunos profesores, eso de que todos están con la maquinita
y que todos son lerdos. No, no. Yo voy en el metro y hay gente que va leyendo a
Kafka, el otro día un tipo frente a mí estaba leyendo Diplomacia de Kissinger. ¡Diplomacia
de Kissinger! Un tipo joven. Bueno, también hay gente que está leyendo a Paulo
Coelho, pero el metro de Madrid no es la Escuela de Frankfurt. Hay una
constante de brillantez en el ser humano, al igual que hay una constante de
estupidez que se mantiene estable, lo explica muy bien Carlo Maria Cipolla en
su ensayo sobre la estupidez, y esa constante de brillantez buscará los libros.
Y es que al final el placer más refinado, o uno de ellos, es la lectura;
después de satisfechas las necesidades fisiológicas básicas uno puede seguir
leyendo el Marca o puede
desarrollarse como ser humano completo descubriendo las grandes novelas. O
descubriendo las series de televisión de culto como las de HBO. La cultura no
es un deber. Se lee para terminar de ser humanos. Un tipo que no lee no es un
ser humano del todo, es algo parecido a la última escala evolutiva del primate
mesozoico. La cultura es una segunda naturaleza, decían los clásicos. Hay que
leer, cada uno en su nivel y como una sugestión, no como una obligación. Aunque
bueno, yo de educación no entiendo nada y no soporto la pedagogía.
·
Nos
lo dice un hombre renacentista del Siglo XXI, periódicos, radio y televisión,
en concreto Real Madrid televisión.
No es espíritu
renacentista, es una necesidad de hoy. La televisión es lo que menos me gusta,
como dice Gistau avillana mucho, lo que pasa es que da dinero. Pero de primeras
no lo busco. La radio es un poco más digna, divertida, da como calor. La
escritura, que es lo que yo considero mi terreno, es de lo que espero vivir. En
una tertulia de radio o televisión uno puede decir unas gilipolleces tremendas
y no reconocerse luego; en la escritura, no. Uno medita cada frase, cada
adjetivo, cada palabra: es uno mismo. Si una chica se enamora de mí por lo que
digo en televisión eso no puede salir bien. Una chica se debe enamorar de mí
porque ha leído mis textos. Ahí sí que soy yo. Aunque esto no sé por qué lo he
dicho…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEnorme entrevista. Me ha encantado. Podríamos decir que aquí el amigo Bustos se desnuda a nivel humano e intelectual. Insisto: gran entrevista... aunque la haya leído con tres años de retraso. Enhorabuena.
ResponderEliminarYo también leo la entrevista con tres años de retraso.Pero al leerla, veo que lo que dice Jorge Bustos no ha perdido actualidad. Lo que quiere decir, que Bustos es un Clásico.Y que no se si,al tiempo de publicarse la entrevista levantó iras de la progresía,pero que las puede levantar, lo cual corrobora que es un Clásico
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