Carnaval
[...]Por el ruido mediático, en Valencia asistimos a otro Casas Viejas, con un jefe de policía que señala en los manifestantes al “enemigo”, grosería alejadísima de la noble facundia republicana de aquel jefe de gobierno que dijo al capitán Barba: “Ni detenidos ni prisioneros. Después sólo hay inocentes. ¡Disparen a la barriga! ¡Disparen a la barriga!”
"El arma del 'enemigo' es un libro", titula, con su mejor espíritu naif, un periódico.
Los estudiantes huyen de los libros como Drácula de los escapularios, pero ¿cómo renunciar al redondeo de una imagen platónica como la flor y el fusil o el libro y la porra?
–Si mi pluma valiera tu pistola de capitán...
–No se puede aguantar que apaleen a niños.
¡Ay, si esos “niños” probaran a leer siquiera el “Trotsky y las orquídeas silvestres” de Richard Rorty! Son diez hojas.
Ignacio Ruiz Quintano
Leer el artículo completo en el blog de Ruiz Quintano, Salmonetes Ya No Nos Quedan
0 comentarios:
Publicar un comentario