lunes, 17 de diciembre de 2012

0 Volverás a Columbine


Trece años después de la masacre del Instituto Columbine, como en una macabra revancha del destino, el horror vuelve a golpear las conciencias de los norteamericanos, tan aferrados a su sacrosanto derecho constitucional a portar armas.
El consabido espectáculo de lamentos y lágrimas seguirá durante días a la tragedia de Connecticut. Acudirá el presidente Obama a pronunciar discursos y consolar a las víctimas. Pero nadie moverá un dedo para ponérselo más difícil a los asesinos. Como dijo el malogrado Charlton Heston: "Tendréis que arrancarme el arma de mi cadáver"...
Con más de 200 millones de pistolas en circulación, con la mayor proporción de pistoleros por cabeza de todo el planeta, es de esperar que en cualquier momento se produzca una tragedia similar. La duda no es ya cuándo, sino dónde será el próximo tiroteo, "patrocinado" por la todopoderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA), auténtica responsable de la epidemia que causa todos los años más de 30.000 muertes en Estados Unidos (incluidos los suicidios, con las pistolas siempre a mano).
La penúltima lluvia de balas fue en un cine de Aurora, este mismo verano, cuando 12 personas resultaron muertas y 59 heridas en un pase de la ultraviolenta 'El caballero oscuro: la leyenda renace'. Tiempo antes, en Arizona, uno de tantos perturbados con pistola mató a seis personas yatravesó con una bala el cráneo de la congresista Gabrielle Giffords, que meses antes había presumido ante su electorado: "Tengo un Glock de 9 milímetros y soy muy buena disparando".

Lecciones no aprendidas

Ahora, como entonces, los lamentos de políticos se estrellan contra esa "incultura" de la violencia arraigada en la América profunda y alimentada por el 'lobby' de las armas que, digámoslo claro, tiene comprada a tres cuartas partes del Congreso norteamericano, incluido un buen puñado de demócratas.
Pese al impacto de la masacre del Columbine (13 muertos y dos suicidios), pese a la conmoción causada en el 2007 por la matanza de la Universidad Virginia Tech (32 muertos), pese a los cambios prometidos por Obama, lo cierto es que nunca cambia nada. El NRA invierte más dinero que nunca en la ruleta de la política y logra que se aprueben 'leyes de autodefensa', como la que se cobró la vida del adolescentes Trayvon Martin en Florida.
El 'lobby' de la pólvora tiene la máquina bien engrasada, y por nada del mundo va a permitir que las leyes para reforzar el control de las armas se convierta en un tema palpitante, no ahora ni nunca. Los pistoleros fueron fieles a su cita en las dos convenciones, la republicana y la demócrata, y ahora llega el momento de recoger la cosecha de pólvora.
Como en Columbine, los grandes medios contribuirán al circo montado alrededor de la tragedia y nadie (salvo que Michael Moore lo vuelva intentar con una secuela) se atreverá a ahondar en las raíces de la tragedia. Con lo fácil que sería publicar una lista de todos los políticos 'untados' por la NRA y cómplices de la masacre de Connecticut...
Pero los pistoleros, con flamante sede en los alrededores de Washington, seguirán en pie de guerra y pronto contraatacarán su ejército peculiar lacayos de las relaciones públicas, repitiendo por activa y pasiva la letal consigna: "No matan las pistolas, matan las personas". ¡Acabáramos!
Carlos Fresneda / El Mundo

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