[...]Y vuelvo a la Audiencia, por cuyos pasillos se oye esa mañana mucho euskera; es que aparte del txapoteo concurren otros dos juicios de temática sabiniana y la perroflautada abertzale peta los corredores como los gitanos el hospital de la mama parturienta. En el que se sigue contra Segi, si disculpan el retruécano, la sala está abarrotada de groupies del hacha y la serpiente y no quepo, así que me meto en el tercero, que dirime el asesinato frustrado de la delegada de Antena 3 en Euskadi, María Luisa Guererro, a manos de Asier Arzalluz e Idoia Mendizabal. La tal Idoia, de rima fácil, se arrastra por el suelo cuando la Policía trata de incorporarla durante la lectura de los derechos que les asisten aunque no quieran, y no son los únicos. Yo del poli la hubiera dejado arrastrarse un poco más, puesto que como res mostraba esa querencia. En cuanto al maromo del Asier, pese a su hechura de cortatroncos pancesco, de chavalote que no dejó de dormir con peluche hasta los 15 y cuando lo hizo fue para cambiarlo directamente por la Parabellum, se le atribuye la mutilación del socialista Eduardo Madina y participó en el asesinato de López de Lacalle. A este no le gustan los periodistas, se conoce, así que le clavo los ojos a través de la pecera. Pero los peces se dedican a hablar y a sonreírse mucho entre ellos, al objeto de que la afición parvularia –sexualmente indiscriminable; bueno, quizá ellas exhiban una coletilla occipital más trenzada– que asiste de público no sospeche el sumidero de angustia que se está tragando sus vidas sino que contemple una proyección de cine épico vasco: el gudari y la gudari resistiendo la opresión de un tribunal presidido por la bandera de los invasores. Pero qué resistencia ni que épica, tontos del culo, que vais a criar percebes en la entrepierna con lo que os queda de maco por no haber criado antes una sola neurona provechosa en esas cabezonas RH que sólo os sirven para sujetar la puta boina, manga de perdedores.
Jorge Bustos/La Gaceta
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