Hay derrotas que quedan en el memorial del aficionado, ya sea por injustas, por épicas o por ser un auténtico insulto a la historia de una institución. La de ayer fue el ejemplo más claro de una deriva, tanto técnica, como profesional e institucional, la constatación de que el Atleti vuelve a vivir en un fango repleto de mediocridad, esta vez el señalado (y con razón) es Manzano, enésimo "culpable" del enésimo hartante y paupérrimo proyecto, una tremenda, y repetida, afrenta a la historia de un club antaño glorioso, reducido hoy a un mero mercadeo de jugadores e ilusiones.
Se podría culpar a Pérez Lasa, árbitro pésimo a la par que arrogante, el cual perdonó la expulsión a Pedro Ríos tras un codazo a Diego, al tiempo que cavaba la fosa de Manzano y del Atleti señalando un penalty que solo él vio. Pero de nada vale culpar al trencilla, un equipo con 0-1 y 60 minutos por delante jamás se puede permitir conceder 3 goles, jamás puede ofrecer el tétrico espectáculo de la segunda parte cuando debía remontar, jamás, jamás...en el Atleti ocurren, aún peor ocurrirán, tantas cosas que jamás debieron pasar y se aceptan con un silencio cómplice mezclado con una resignación aberrante.
Con respecto al partido, el inicio pareció dibujar un escenario favorable al Atlético. Frente a un Getafe atenazado por su posición en la tabla, los colchoneros mandaron en el campo generando cierto peligro mediante Godín y Diego solventado por un buen Moyá.
Llegados al ecuador de la primera parte se dio el pistoletazo de salida para las emociones del partido, primero Lopo reclamó un penalty en el área de Courtois, para luego cometer uno indiscutible. Roja para el catalán, 0-1 para el Atlético. Marcó Falcao su primer gol fuera del Calderón, por su parte el Atleti inauguró su casillero como visitante en la temporada.
Con la desventaja en el marcador y numérica, el Getafe pareció sufrir un K.O de manual, en ese amago de tirar la toalla getafense el Atlético disfrutó de dos contras que no supo resolver para cerrar el partido. Cuando los dos equipos parecían darse una tregua hasta el descanso, Tiago decidió hacer una falta absurda y posibilitar al Getafe tener una opción de peligro, el buen canterano Barrada no la desaprovechó y con la ayuda de Courtois puso el 1-1. Empate balsámico para un Getafe que tenía hecho ya el boceto de una monumental crisis.
Tras el descanso, se intuía que los colchoneros se lanzarían a por un partido, simplemente por vergüenza torera, pero ni vergüenza, ni torería. Una falta botada por Abdel Barrada, fue rematada por Míchel, que tras la ayuda de Filipe se coló en la red de Courtois. Sorprendente 2-1, la crisis azulona traspasada directamente a Manzano.
Tras el gol, el ridículo tomó dimensiones colosales, el Atlético no ofreció ni un atisbo de fútbol, se limitó a bombear mal balones, a certificar una catástrofe indigna.
Pero el destino le dio una nueva oportunidad al Atleti, Domínguez tras tocar en Valera puso el 2-2 con 10 minutos por delante. Esos 10 minutos fueron tiempo suficiente para...Pérez Lasa, tras una pérdida de balón absurda en el centro del campo, una contra del Getafe dio con Diego Castro en el suelo, ¿penalty? nunca lo fue, pero en el mundo de Pérez Lasa todo es posible. La pena máxima fue lanzada por el propio Castro, 3-2 para el Getafe. El ridículo estaba ya servido, quedaban apenas 5 minutos para intentar disimular la catástrofe pero nada sirvió.
Derrota humillante, de las que desnudan las vergüenzas de una institución perdida, sin rumbo, con una estocada hasta la bola. Institución cariturizada en su presidente, el cual presente ante el ridículo ponía cara de indignante indiferencia. Se acabó, este proyecto está tocado de muerte ya en Noviembre, otra nueva hazaña del "Atlético de Gil" porque no, este no es mi Atleti.
La próxima jornada ante el desinflado Levante, con el juicio sumarísimo del Calderón, la próxima visita será al Bernabéu, que Dios nos coja confesados...
A.Briega
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