0 El Decamerón y las nubes de Zapatero

            Arranca la campaña electoral con la misma sensación que las tarjetas del Travel Club: nos engañan. Ésta empieza desde que se convocan elecciones y eso no se le escapa al vulgo ¿Qué es sino la precampaña que otra cortina de humo de hinchazón electoral?

Por si no lo sabían se va Zapatero y auguro resoplidos. Tan frío y calculador es el socialismo que ya anticipó que vería nubes: Madrid está negro y con una sensación de lluvia que quizá impida a más de uno salir a pegar carteles con las ganas que el pueblo tenía de verlos trabajar. Algunas campañas también arrancan en la capital y quien no corta una calle alquila un hotel. Forma parte del circo electoral en el que nos vemos imbuidos de voz y voto aunque no todos los votos valgan por igual. Eso al menos dice Cayo Lara que entiende la Ley d´Ont y los comunistas listos son un rato. Llamazares por ejemplo, ha colgado por Oviedo unos carteles de película con él sentado como protagonista. Rectificaré entonces: son listos y peliculeros.

Por Madrid las aguas del entendimiento andan mansas y encuentran ya vencedores y vencidos. Rubalcaba es el vencido pero también es listo ¿de qué otra manera entenderíamos que “no le importara trabajar a las órdenes de Florentino”?

-“Es más fácil que el Madrid gane al Barça que remontar a Rajoy”

Por eso el PSOE presentando su programa en Alcalá de Henares, que podemos calificar de Decameron: cuentos y más cuentos en medio de la peste bubónica que es el socialismo patrio. O sea España ahora.

Remontar a Rajoy supone remontar a las encuestas, lo que supone remontar a la prensa, lo que supondría tener la aquiescencia de un país hasta los cojones y ya es mucho suponer. Sabemos que Mariano no se asomó anoche a Genóva casi con la misma seguridad que se asomará el día 20. Tocó Castelldefells, diciendo que nos sumemos al cambio. La diferencia entre el 20N y hoy es que habrá quien le recuerde que no toque nada hasta entonces. Ya saben las encuestas, la aquiescencia y el vulgo. Que si tienen de vulgo también tienen de necio.

Darío Novo