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La gran diferencia del Levante que ayer se plantó en el
Santiago Bernabéu con el de estas últimas temporadas, esta inclusive, es su
forma de manejar el ataque. Los de Juan Ignacio Martínez se han quedado sin la
pieza que más marcaba su estilo de juego, su delantero que ataca buscando el
espacio, el que daba sentido a la labor del centrocampista.
Ayer el Levante tenía como referencia arriba a Robert
Acquafresca, el delantero italiano de 26 años ataca mucho más en posicional
porque no posee la potencia y verticalidad de Obafemi Martins. Busca más la
asociación y los desmarques en corto.
Tener a Aquafresca de delantero centro explica por que el
Levante jugó ayer de manera distinta en el feudo blanco –desde que perdió a
Martins-, se ve casi obligado a hacerlo.
Esto no quita que el italiano ande en buen momento y cumpla
casi a la perfección su labor.
Por lo tanto los de José Mourinho ayer se encontró a un
rival más paradójicamente descompensado, estático tanto atrás como alante,
cuando de mitad de campo para arriba suele frenético.
El entrenador portugués del Real Madrid preparó el choque
sabiendo de la firmeza de la defensa levantina, una zaga muy difícil para hacer
fisuras. Las variaciones de Vyntra y Lell para nada alteran la comparsa de
Ballesteros y Navarro.
Con Kaká, Modric y Callejón de titulares –Cristiano obtuvo
descanso- los blancos salieron cumpliendo la táctica casi a la perfección pero
faltos de chispa, y según avanzaba el primer tiempo y marraban ocasiones en el
área, la retaguardia mediterránea crecía en confianza. El hecho de que Pepe y
Marcelo estén aún a distancia de su mejor nivel explica muchas de las ventajas
que obtuvo el Levante en campo rival, con espacios en transición ofensiva,
aunque no del todo cómodos. Modric incidió perfectamente sobre Míchel y le
desesperó en contadas ocasiones.
Precisamente Míchel fue el que condujo con inteligencia un
contragolpe que finalizó el mismo en gol. La mala ubicación de Pepe, la
desaparición de Marcelo y el típico error tonto de Ramos de todos los partidos
propiciaron el ir abajo en el marcador. Los de ‘JIM’ por un momento creyeron
ver al nigeriano arriba, pero no, fue el oasis blanco el culpable del
espejismo.
Mourinho vio claro el problema, el ahogamiento por dentro
obligaba a la utilización de bandas y abrir el campo, y la falta de actitud.
Pero con la usual magia que el Bernabéu incurre sobre sus jugadores, los polvos
de la casta, esa actitud se convirtió en la finalización de gol de, quizá, uno
de los jugadores con más actitud de la plantilla. Gonzalo Higuaín marcó un
golazo que recordó al ‘Pipa’ del 2009. Y no sólo fue eso, también como ha
mejorado en su compromiso y efectividad en sus movimientos. Está en el mejor
momento del año.
Una mano de Lell dentro del área hizo que Kaká culminara la
remontada en 3 minutos.
En la segunda parte las salidas al campo de Di María, Özil
y, principalmente, Cristiano Ronaldo mejoró notablemente al colectivo merengue.
El religioso tanto del portugués y dos más de Mesut terminaron la fiesta del
estadio de Chamartín, que está viendo como su equipo llega a los momentos
claves del curso en su pico más alto de rendimiento. El físico de la plantilla
en estos momentos es considerablemente bueno, otro tema es como anden de tono
ciertos jugadores importantes y como sepan desarrollar al dedillo cualquier
situación táctica.
Juan Ignacio Martínez tuvo ayer reminiscencias de Martins
como manera de afectar al equipo, pero sin una figura así el equipo baja un par
de escalones su nivel.
Alberto Fernández
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