Atlético de Madrid 1- Valencia 1 "Reparto de puntos en un aperitivo Champions"
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Llegaba el Valencia al Calderón sensiblemente por detrás del
Atlético de Madrid tras unos años en los que la situación era radicalmente
inversa. El Atlético, convertido en gestor de rentas desde Febrero, encontraba
una buena piedra de toque con vistas a la final de finales en Copa del Rey, e
incluso, con vistas a la más que segura participación en la próxima edición de
la Champions League. Porque no se engañen, ayer visitó el Calderón un auténtico
equipo Champions. Rocoso, seguro, ordenado, el Valencia mira a de tú a tú a la
alta competición mientras el Atleti todavía tontea con ella.
Los primeros minutos del partido fueron un bofetón de
realidad al Atlético. El Valencia, apoyado en Parejo y Tino Costa, manejaba el tiempo del partido a su antojo.
Posesiones largas sumadas a transiciones de lado a lado que desarbolaron al equipo
rojiblanco.
Tal era el aturdimiento colchonero que en apenas cinco
minutos el Valencia amagó para posteriormente golpear. Primero amagó tras una
pérdida de Godín que Haedo Valdez no pudo rebañar. Pero
después golpeó en una acción del brasileño Jonas.
El delantero valencianista se aprovechó de la candidez de Miranda para batir por bajo a Courtois.
¿Se puede hablar de resultado justo a los 5 minutos? Visto lo visto ayer, sí.
Sin embargo, este Atlético es la esencia de Simeone. Si hubiera que comercializar
una fragancia de este equipo sería peleona y repetitiva, aunque convincente en
el resultado. No esperó un minuto Arda
Turan para asociarse con Falcao.
El Tigre, lejos del estado de forma angelical de inicio de curso, demostró que
todo pajarito que ronde la jaula es presa segura. 1-1 tras seis minutos. Aquí
no había pasado nada.
El intercambio de pareceres no amilanó a un Valencia bien
plantado. Sosegado en la creación, rompía una y otra vez la línea de presión de
un Atlético ahogado bajo el diluvio madrileño. Ahogado porque tiene una línea
medular floja, capaz de salvar la papeleta en partidos de menor nivel, pero que
naufraga una y otra vez cuando frente a sí tienen a los que saben de qué va
este deporte.
Apareció Courtois
en varias intervenciones para mantener con vida al equipo de Simeone. El belga pasó de ser promesa a
realidad hace tiempo, su paso al estatus de crack es cuestión de tiempo.
El segundo acto fue muy diferente a los primeros minutos de
partido. El Valencia pareció lamentarse de la oportunidad perdida en el primer
tiempo, consciente de que había dejado vivo al Atlético. Con la escopeta cada
vez menos cargada, Valverde firmó el
punto y miró a San Sebastián; rival más directo del equipo valenciano.
En el bando colchonero, la fe de Diego Costa espoleó a un equipo timorato merced al baile que había
recibido minutos antes. Sin mucha convicción, pero sí con bravura, el Atlético
buscó a Diego Alves con la poca
claridad habitual.
Todo pudo haber cambiado si Estrada Fernández, invidente toda la noche, hubiera señalado un
clarísimo penalti de Jonas. Era
mano, era penalti, pero Estrada
estaba saludando a su primo en la tribuna.
Con el paso de los minutos los dos equipos firmaron sin
rubor el punto. Al Valencia le vale rescatar botín de una cancha tan difícil.
Al Atlético le vale descontar una semana más para asegurar la Champions y por
fin poder mirar al reto del Bernabéu. Lo pide el público. Lo pide la historia.
A.Briega
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