¿Conviene
buscar siempre la ayuda de aquellos que tienen gustos similares o es mejor
escuchar a quien entiende la música de un modo distinto al propio?
Depende de la persona. A mí me
gusta trabajar con alguien y que ese alguien tenga una visión distinta de la
que yo tengo, porque la que yo tengo va normalmente hacia dentro, hacia mí, y
me intento convencer a mí mismo. Pero cuando confías en alguien ya no es tan
importante que tenga una visión artística o musical distinta a la tuya, sino
que pueda aportarte cosas que tú no tienes, por todo lo que tiene que ver, en
cuanto a hacer canciones, con mirarse el ombligo. Es bueno que de repente
aparezca alguien que te conoce y te pueda aportar algo. Pero siempre dentro de
un ámbito, claro. De haber escuchado cosas parecidas.
¿Qué escuchas tú?
Sigo escuchando mucho a mis
héroes de siempre. Y también a gente de ahora.
Y esos héroes son…
Pues Bob
Dylan, Neil Young, Petty, Morrison, Springsteen, Ray Davies, Bob Seger…
Ahora que mencionas a Dylan… Telonearlo debió de ser toda una
experiencia, ¿no?
Mucho. Sobre todo verlo
aparecer a las cuatro de la tarde en Jaén a 40 grados con botas camperas,
chubasquero y paraguas. Eso sí que fue una experiencia.
(risas) Tengo
entendido que en las distancias cortas es un poco áspero, a no ser que sea uno
mujer…
Yo ni lo intenté. Pensé: “¿Qué
le voy a decir a Dylan? ¿Soy fan tuyo desde hace 20 años?”. No. Pero sí te digo
una cosa, Dylan estaba a las cinco de la tarde, con el calor que hacía en Jaén,
en un sitio bastante inhóspito, controlando la prueba de sonido, hablando con
el técnico de P.A., subsanando fallos del día anterior y haciendo una hora y
media de prueba tocando él. Y no creo que tenga que hacerlo, a estas alturas
del partido.
Has enumerado la delantera mítica del rock internacional. ¿Y la
nacional?
En la nacional estaría Lapido, Antonio Vega, Sabina, Serrat, Kiko Veneno, Calamaro, Diego Vasallo,Leiva, César Pop…
Me dijo una vez José Luis Cuerda que no es
que en España se haga peor cine que en otros países, sino que sencillamente se
hace menos. De ahí que, por una cuestión de proporción, haya menos películas
buenas. ¿Crees que le ocurre algo parecido al rock and roll nacional?
Sin duda. ¿Por qué hay tantos
músicos buenos en Estados Unidos? Porque, aparte de todo lo que tiene que ver
con la cuestión cultural, ya que realmente les pertenece a ellos, la industria
en tan grande que hace que la música sea tomada muy en serio. La diferencia con
España es que allí el que es bueno tiene que demostrarlo, y aquí el que es
bueno puede llegar dos horas tarde al estudio de grabación, porque es el mejor.
Allí hay tantos buenos que si llegas 15 minutos tarde al estudio, donde hay otros
15 guitarristas, alguno va a hacer igual de bien o mejor lo que iba a hacer el
tío al que has contratado.
¿La cantidad de buenas bandas de rock que hay en España es
proporcional a la de Estados Unidos, entonces? Porque la opinión general es que
estamos un escalón por debajo… ¿O es que se tiende a ningunear a los grupos de
aquí?
Es que aquí nunca nos ha importado la música. ¿A quién le
importa la música en España? A muy poca gente. Mira las actuaciones de los
Grammy y mira los Premios de la Música, que son un bochorno. Allí hacen la
Super Bowl y el momento en el que canta Tom Petty, Springsteen o Beyoncé es tan importante como todo lo demás.
Y aquí ya ves.
Hablemos de la música en vivo. Alguna vez has comentado que para
ti la música es sobre todo el directo, que el disco es solo el paso previo.
Quizá no el paso previo. Creo
que el disco es lo que justifica que hagas una gira. Es decir, le da sentido a
la gira que hagas después.
Lo importante entonces es el directo, más que el estudio.
No, lo importante son las
canciones que hagas en tu casa. Son tres partes. La primera, la parte más
sufrida, que dura un año y medio o dos en los que estás componiendo las
canciones. La segunda, que es la grabación del disco, y según con quien lo
hagas puede ser sufrida también o puede ser placentera. Y por último, lo que
sin lugar a dudas tiene que ser una celebración, después de haber sufrido
escribiendo y grabando el disco, es salir a tocar las canciones. Y eso debe ser
una fiesta.
¿Con quién has sufrido grabando?
He sufrido conmigo. Con mis
inseguridades y mis historias…
A veces en los conciertos da la impresión de que los músicos
estáis más pendientes de detalles técnicos en los que el público normalmente ni
se fija, y eso siempre termina afectando negativamente al directo, restándole
un poco de frescura. ¿No sois demasiado rallados?
(risas) Sin duda alguna. Es algo que ocurre
continuamente. Muchas veces terminas de tocar y crees que has dado el concierto
de tu vida, y tampoco lo parece. Y otras veces has metido tres gambas en las
que estás pensando tres noches, recordando ese Sol que has tocado en lugar de
La, y resulta que nadie se da cuenta y la gente te devuelve toda la información
contraria, como si hubieses dado un concierto increíble. Y creo que es porque a
veces a la gente también le gusta ver que fallas.
¿Sí? ¿Crees que se dan cuenta?
Es una cuestión de impresión.
No lo sé… Al final, lo que escucha una banda cuando está encima del escenario a
través de los monitores es otro concierto, diferente al que escucha el público.
Tienes otra sensación, porque ahí todo suena diferente.
Jot Down
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