Si había alguna opción, por mínima que
fuera, de luchar el título al imparable Barcelona, ayer se desterró en Bilbao.
El Atlético de Madrid cayó con estrépito en su última visita al añejo San
Mamés, tras un partido en líneas generales flojo.
El conjunto de Bielsa completó el mejor partido de la temporada, recordando
durante fases de éste al equipo que tan buen fútbol practicó durante el curso
pasado. Con Susaeta, De marcos o Iraola
en su mejor versión, el conjunto bilbaíno causó numerosos problemas a la zaga
madrileña.
Desde el primer minuto las cartas
estuvieron encima de la mesa: el Athletic presionaba, consciente de que su
situación en la tabla corría cierto riesgo de tornarse en dramática si no se
sumaba de tres en tres. Por su parte, el Atlético, en plena rotación, no se
enteró del tremendo esfuerzo físico que supone vencer en Bilbao.
En esa gestión de esfuerzos, con sus
correspondientes rotaciones, se equivocó ayer el Cholo. Un borrón en su inconmensurable temporada, pero comparecer
en Bilbao con un mediocentro formado por Tiago
y Emre, ambos en un tono físico muy deficiente, es lo más parecido a
pegarse un tiro en el pie.
Con el campo inclinado hacia el área de Courtois, el arquero belga demostró que
su llegada a la élite es una realidad. Se hizo inmenso bajo palos, realizando
paradas milagrosas, especialmente una a De
Marcos con el pie.
Sin embargo, a pesar de estar siendo
borrado del mapa por el equipo local, el Atlético tuvo sus opciones, mediante Diego Costa. El bravo delantero
brasileño presentó la pelea, su sello de identidad habitual, pero no estuvo tan
afinado como en días atrás. Tampoco ayudó al brasileño la línea de tres cuartos
formada por Cebolla, Arda y Raúl García,
superados en todo momento por los medios bilbaínos.
Con el Athletic siendo abiertamente
superior, y el Atlético dando algún susto por medio de Filipe Luis y Raúl García, las tablas estaban en el marcador.
Pero poco duraron estas tablas, el
cántaro fue tanto a la fuente que acabó por romperse. Después de otra
intervención milagrosa de Courtois,
en el córner posterior, San José
entró como un tren tras el fallo en la marca de la defensa colchonera. Se ponía
en ventaja el Athletic con todo merecimiento.
Tras el gol local, el Atlético pareció
entender que había regalado una hora de partido. Se estiró el equipo de Simeone para poner en ciertas dudas a
una zaga bilbaína, la cual ayer completó un partido magnífico.
Por si quedaba alguna duda de que el
triunfo se quedaría en San Mamés, Susaeta puso más tierra de por medio
tras una buenísima contra del Athletic.
El partido estaba cerrado pero dio tiempo
a que el castigo fuera más duro para el Atlético de Madrid. De Marcos cerraba el correctivo vasco
con un 3-0 que en cierta forma sana la herida abierta tras la final de Bucarest.
Con este triunfo el Athletic respira en la clasificación a la par que recupera
sensaciones positivas. Le hacía falta a la parroquia bilbaína. Por su parte, el
Atlético se despide de la Liga mientras pone sus miras en la Copa. Aguarda el
Sevilla, pero con una preocupación sobrevolando el Calderón: el equipo no
consigue vencer fuera de casa desde hace mucho tiempo.
A.Briega
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