jueves, 24 de mayo de 2012

0 Cuando socialistas y comunistas rompían banderas republicanas (I)


A los jerarcas socialistas y comunistas españoles les gusta fotografiarse con la bandera rojigualda cuando son ministros; por lo demás, sus sentimientos están con la tricolor de la II República, la francesa y la kufiya palestina.
Hace unos años, el fotógrafo Alfredo García Francés, premio nacional de periodismo en 1984, sufrió todo tipo de insultos, menosprecios y advertencias por tener una bandera rojigualda; no fue en la redacción del Avui, ni en la de Gara ni en la de Público, sino en la de El País, convertido hoy en el principal diario monárquico. Asó lo contó en su blog el propio afectado:

En octubre de 2002, me enviaron una banderita española firmada por los amigos que acudieron a una manifestación en San Sebastián. Convocaba Basta Ya, el lema era ‘Contra el Nacionalismo Obligatorio’ y participaron Mayor Oreja y Redondo Terreros. Fue un éxito. Por cariño, la puse sobre mi mesa en El País. En las paredes de la redacción colgaban otras banderas republicanas, palestinas y vascas. El gesto me costó un enorme disgusto en el diario en las siguientes elecciones.
Un miembro de CCOO, redactor de internacional, secuestró mi banderita, luego sufrí agresiones verbales por parte de algunos compañeros y jefes, muy especialmente del perro que soltaron para roerme las canillas, el entonces subdirector Félix Monteira, más tarde director de Público y hoy [2010] Secretario de Estado de Comunicación del Gobierno de España. Félix, excelente periodista y comisario político, me acusó durante semanas de llevar a la redacción la guerra de las banderas, y sus palmeros, de facha y otras memeces parecidas.
Yo respondía atónito que estaba en España, dentro de la ley (artículo nº 4 de la Constitución), y que en la redacción se exhibían otras banderas. Pero, no hubo manera. Chantaje y sectarismo, por delinquir mostrando la bandera de mi país. En Madrid. En el diario independiente de la mañana, en el templo de la libertad. Al final, decisión salomónica, ordenaron quitarlas todas.

La guía electoral socialista de 1977

En la transición, una vez muerto el general Franco, tanto el PSOE como el PCE ocultaron las banderas tricolores y rojas, para no crispar... y para no perder votos, debido al recuerdo de lo que fue la República entre los españoles.
En la guía electoral del PSOE para las elecciones de 1977 se estableció que el único símbolo que se usaría sería el del puño y la rosa, más el eslogan "La libertad está en tu mano". Aunque el partido no se había pronunciado sobre la aceptación de la Monarquía, tampoco iba a perder votos por ondear la tricolor. Sobre la bandera republicana, esa guía decía lo siguiente:

Hay que tener en cuenta la Ley Antilibelo, en la cual se puede caer de lleno por la utilización de dicha bandera, lo cual puede ser la excusa servida en bandeja para que los gobernadores civiles dificulten nuestra campaña, nos prohíban actos, detengan a personas, etc., evitando que contactemos con el electorado, que es nuestro objetivo.

El sociólogo Julio Feo, uno de los miembros del círculo más cerrado de Felipe González, relata en sus memorias, tituladas Aquellos años, varios casos en que los servicios de orden (es decir, los matones) del partido quitaron banderas tricolores a los militantes. En un mitin en la plaza de toros de Cáceres, Feo afirma que Pablo Castellano, primer candidato de la lista por esa provincia, había montado un numerito:

En un palco había unos muchachos con banderas republicanas. Curiosamente, había tres banderas y dos personas. Felipe se cogió un importante cabreo.

Los muchachos se habían encerrado por dentro, por lo que los "miembros del equipo de seguridad de Felipe González", tres de los cuales eran escaladores, treparon al palco;

las banderas se retiraron tras un pequeño forcejeo con los dos muchachos que resultaron ser dos chicos gitanos, ignoro si compañeros del partido o contratados.

El mismo Feo paró en Murcia a un anciano que trataba de acercarse al estrado donde se encontraba González; al menos Feo empleó la educación y no las manos.
El control del aparato del PSOE sobre los asistentes a sus actos fue muy cerrado, a diferencia del PCE, como escribe con satisfacción Feo. El PCE

se vio obligado a utilizar la fuerza y la violencia para retirar en sus actos las banderas republicanas, teniendo peleas importantes y consiguiendo con ello más de una fotografía en las primeras de los periódicos, con la consiguiente pérdida de credibilidad y prestigio.

Pedro Fernández Barbadillo
Libertad Digital

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