Pasa con Gregorio Manzano como con el personaje de La Colmena del gran Camilo José Cela:
-Se compró un calendario y se sentó a ver pasar el tiempo.
Deberían avisar a Goyo que la rojiblanca no es parroquia de paciencia y de calendario. Empieza a ser época por el Manzanares de hastío generalizado, calificando los partidos incluso de nauseabundos. Por un momento cuando acabó el partido sacamos el niño de cambiar cromos que llevamos dentro y nos ofrecimos una tregua de las de primera mano…
-¿Y si ahora se equivocan y Caparrós se baja al vestuario colchonero y Manzano se vuelve a la isla?
Demasiado tarde, me temo. Los jugadores encajan ya las críticas como los camareros del bar de doña Rosa y miran al reloj según pasan los minutos y comienza la sinfonía de viento que mucho teme servidor, va a ser una tónica generalizada en el teatro de los melodramas atléticos. Aunque el que no se consuela es porque no quiere. Rubén Amón indicó, de manera muy acertada, que a estas alturas de Liga el Atlético puede quedar entre los veinte primeros. Y Manzano aparte, a ver quién es el guapo que se lo discute.
Mourinho es doña Rosa, aunque aun no ha insultado a sus camareros. El portugués empieza a conocer España. Cuentan las malas lenguas que un señor se encontró la lámpara y al frotarla salió el genio. Este le dijo que pidiera lo que pidiera a su vecino le daría el doble. Y decidió quedarse tuerto. De ahí que el portugués empiece ya a ver los cánticos contra su persona como algo festivo: cada vez que me cantan les marco cuatro. El baile le pusieron en esta ocasión Marcelo y Cristiano. Antes de entrar en detalles diremos de los últimos partidos de Marcelo que si existe una facultad de laterales que enseñen a jugar sin balón, debería ser honoris causa siempre que le deje Carrillo. Hablábamos de celebraciones. En este caso el baile consistió en una recreación de los movimientos de los libios en las diferentes televisiones mundiales sin armas de fuego. De eso se encarga Higuaín que es la mejor kalasnikhof que posee Mou. Ocurre en este caso una triple paradoja. Cuando marca Higuaín el pueblo se acuerda de Benzema. Cuando marca Benzema el pueblo se acuerda de Cristiano. Y cuando marca Cristiano marca tantos que la Sexta no se acuerda de los que ha marcado y le birla el último por copyright indebido a Cruyff. Cosas de los chicos de Roures.
De Guardiola podríamos pensar por vestimenta y formas que es el señor Suárez, pero tampoco es plan de buscar personajes así como así. Máxime cuando Javi Varas estuvo tan tremendo que se comenta que está situado ya entre la Esperanza Macarena y el Gran Poder. Hay quien quiso traerle a andas. No será por la prensa catalana de quien algún redactor no fue a currar fruto del penalti parado a Messi a quien me gustaría descubrir con un par de detalles que dejó Twitter a razón de su rueda de prensa. El primero de Jorge Bustos que indicó a la perfección que es lo que tiene cuando uno que creemos tonto abre la boca: lo confirma. Por otro lado le llamaron analfabeto funcional. Y lo hicieron con la razón que da este santo país en no admitir como delito el llamar gilipollas a un gilipollas que se presenta con una camiseta tan progre que quizá le haya regalado el ídolo argentino de la gambeta y el perico. Total que el resultado del penalti del analfabeto funcional es la pérdida del liderato y un punto de ventaja del Madrid. Y el canguelo del derrumbe de la colmena.
Darío Novo
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