0 Por la prensa

Ya tarda,Blanco

Número dos dice ayer en la televisión: «Blanco está diciendo la verdad. Y el empresario parece que estuvo en la cárcel unos meses y eso a uno le da que pensar. Entre Blanco y el empresario, no le quepa ninguna duda, la verdad la dice Blanco».

Esa altivez socialdemócrata, indeleble marca de la casa y de la Historia.

Camps está diciendo la verdad. Y el sastre parece que se llevaba muy mal con el dueño de la sastrería y eso a uno le da que pensar. Entre Camps y el sastre, no le quepa ninguna duda, la verdad la dice Camps.

Luego está lo de los 400.000 euros que el empresario Dorribo declara que entregó al ministro José Blanco, bien en persona, bien por persona interpuesta.

¿Qué pruebas hay, aparte de su palabra?, clama la afición socialdemócrata.

Ninguna prueba. Solo faltaría que hubiese pruebas. Con pruebas ya sería la hostia. Pero en fin, si queréis pruebas la verdad es que ya está tardando Blanco en presentar las pruebas que demuestren su inocencia.

¡Que presente las facturas!, clamaba la afición, cuando le hicieron un traje a Camps.

Luego está lo del propio e impropio, aquello.

¿Hay alguna prueba o indicio botarate de que el ministerio de Fomento facilitara ayudas a la empresa por la que intercedió el empresario Dorribio ante el ministro?

¡Más a mi favor!, so cohecho. Como si aceptar de alguien 400.000 euros obligara darle algo a cambio. ¿Tú eres propio, impropio, pasivo, activo, o qué? ¡Amiguito del alma! ¡Y en una gasolinera!

Esto no es un asunto judicial.[...]. Solo existen los asuntos mediáticos. Por la prensaquiere decir (¡agua va!) al margen de la verificación de los hechos que se les imputan. Por la prensa quiere decir esta espeluznante confesión que han hecho los abogados de Amanda Knox y Raffaele Sollecito, angelitos, eso de que sabíamos que para lograr su libertad teníamos que cambiar su imagen pública. Por la prensa, quiere decir, y esto es la conclusión terminal, ni siquiera los periódicos. Basta con el tumulto. Con esta acampada sucia, cobarde y permanente a la que llaman ágora.

Arcadi Espada

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