miércoles, 26 de octubre de 2011

0 El antes y el ahora

Patriotas de la muerte

[...] "Joder, fue algo... no sé, inexplicable o no sé. O sea, fuimos a por una persona, un conocido además, y en vez de dispararle desde donde estaba yo, o sea a una distancia de unos cinco o seis metros, salí corriendo hacía él. O sea, como si, no sé, como si digo: ¡joder, no le voy a dar desde aquí! Entonces salí corriendo hacia él... Era tanto el odio que tenía contra él, que digo: ¡Dios, no se me escapa! ¡No se me escapa!". [...


[...] "O sea, tenía las cosas bastante claras. Yo, después de hacer lo que hacía, me quedaba como un señor y dormía como un rey. O sea, no tenía ningún problema, ninguno. Ningún pensamiento de decir: ¡hostia!, ¡joder!, que he hecho esto y... Qué va, qué va, qué va". [...]


"No he tenido además ningún remordimiento de conciencia. O sea, de decir, bueno, matas a una persona y ¡hostia!.. En ningún momento. Porque actuaba en ese momento por odio. O sea, si no es el odio el que me guiaba, seguramente no sería capaz de hacerlo". Aunque ahora vea el asunto desde otra perspectiva y tal. "Hoy en día sí me lo pensaría más de una vez. Hoy en día, además, soy incapaz de pegar a un perro. Y en cambio, pues eso, si me hace algo el perro, lo machaco, soy capaz de arrancarle el cuello. Y hoy en día me dicen: tienes que matar a un guardia civil; y digo: ¡chst!, espera, espera un momento. Primero, a ver cómo es, luego decidir quién es, cómo. O sea, valoro otras cosas. Ya no me guiaría por el odio". Nada de un aquí te pillo, aquí te mato como entonces. O sea.


Fragmentos del testimonio oral de un ex militante de ETA recogido en el libro Patriotas de la muerte, del catedrático de Ciencia Política y ex asesor del Ministerio del Interior Fernando Reinares.
José García Domínguez
Artículo completo en Libertad Digital

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