lunes, 17 de septiembre de 2012

0 De la grada a la trinchera (III)



Camino de la batalla
Era un momento muy desaconsejable para celebrar ese partido”, expresaría —meses después en un programa de la televisión croata— Sasha Kos, taxista de Zagreb y que aquel 13 de mayo se encontraba en el estadio. Los tres mil delije fueron conducidos por la policía hasta el estadio de Maksimir. Durante el trayecto hubo golpes, carreras, pedradas… Todo menos control policial sobre los ultras serbios. Los agentes contemplaban cómo ambas hinchadas recogían kilos de piedras para introducirlos en el estadio. Los ultras serbios, además, portaban ácido, que luego utilizarían para quemar las vallas de seguridad. Cuando estaban a pocos metros del estadio la situación se recrudeció. Los Bad Blue Boys, grupo ultra del Dinamo de Zagreb, entraron en escena ataviados con banderas croatas. Quemaron banderas yugoslavas y llenaron los muros de pintadas independentistas. Se produjeron las primeras peleas. Cazadoras vaqueras, cintas en la frente y ‘bombers’ naranjas se enfrentaron ante la puerta del fondo sur del estadio. Finalmente, la policía decidió abandonar los cacheos individuales y meter apresuradamente a los tres mil ultras serbios en la grada de Maksimir. Entraron cantando “¡Zagreb es Serbia!”, arrancaron una valla de publicidad donde se leía la palabra ‘Croatia’ y encendieron bengalas. Enfrente, 15.000 aficionados croatas. En el césped, los jugadores calentaban. No llegarían a disputar un solo minuto del encuentro.
Nacho Carretero / Jot Down

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