miércoles, 7 de diciembre de 2011

0 A tumba abierta, Jaime Campmany (I)

A Pedro Rodríguez, vecino de página, compañero de viaje, gemelo de pluma, amigo del alma, hermano y maestro mágico, periodista celeste, canario flauta de las rotativas, surtidor de palabras, ángel de las banderillas, alondra del desayuno, encantador de gaitas, violinista sobre el tejado de zinc, columna de agua jónica, duende del asfalto, látigo de papel, cazador de espumas, alfiler florentino, oráculo manantial, a Pedro Rodríguez, digo, se le ha partido el corazón cansado y joven. Pedro tenía un corazón de invernadero, frágil y extraño como una orquídea de tinta, y lo llevaba a la intemperie por la calle de en medio, por las Redacciones de los periódicos por las cocinas políticas. Vivía y escribía a corazón abierto y a bolsillos cerrados. Trabajaba sin red, y todos los días del Señor, maldita sea, bendita sea, daba el triple salto mortal desde el trapecio del más difícil todavía. Voila. Y el corazón, claro, se le salía por la boca, se le salía por la pluma, se le iba desangrando en palabras de oscura claridad, como un acertijo incandescente. Hasta que se le ha partido.
Bajaba hasta las cuevas, los sumideros, los sótanos y los infiernos de la política a tumba abierta. Subió como en un vuelo a la fama y al éxito, pero él seguía pedaleando siempre a tumba abierta. Tuvo que ser por eso lo de ponerle a su libro “A tumba abierta”. Iba como un enfermo de sí mismo, convaleciente sin remedio, y sin embargo siempre le quedaban fuerzas para escribir de urgencia en un mensaje cifrado, un silbo vulnerado, un retrato al minuto o una gacela en forma de epitafio. Sabía ensalmos gallegos y oraciones extrañas, como aquella que rezó a los “españoles del belén” cuando salimos a esperarle a las puertas del “Cavia”. Y sabía tirar del hilo de la conversación, en la esgrima dialéctica, hasta la primera sangre, hasta rozar la carne viva de lo casi inconfesable, como en aquellas conversaciones con los españoles de la “A” a la “Z”, el más abierto alfabeto de nuestro periodismo en años cerrados
Jaime Campmany
ABC 17/12/1984

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