El soldado de las fuerzas especiales que mató a Osama Bin Laden dejó el ejército de Estados Unidos el pasado septiembre y ahora lucha por sobrevivir. No tiene seguro médico público y no sabe quién le pagará la pensión.
En una entrevista concedida a 'Esquire', se queja del maltrato a los veteranos. Un reportero acabó haciéndose amigo suyo y consiguió que aceptara contar su historia a cambio de mantener el secreto de su identidad. El artículo arranca con la frase: "El hombre que disparó y mató a Osama Bin Laden se sentaba en una silla de mimbre en mi patio trasero, preguntándose cómo iba a alimentar a su mujer y a sus hijos o pagar por sus cuidados médicos".
El militar, al que la revista sólo identifica como 'The Shooter' ('el tirador'), entró en la Marina de Estados Unidos con 19 años y asegura que acabó en la oficina de reclutamiento sólo para recuperarse de un desengaño amoroso. "Al Qaeda está descabezada porque me rompieron el corazón", bromea él.
Solo ante el peligro
Después de cientos de misiones acabó en la operación de los SEALs más crucial de su historia. Aunque el Pentágono nunca identificó al hombre que apretó el gatillo, varios militares confirman que fue él. Un testigo a su lado dice que él entró en el dormitorio del tercer piso donde Bin Laden estaba con sus mujeres y se enfrentó solo al terrorista más buscado. Pero hasta el testigo se había quedado más atrás. Los detalles sólo los tiene el militar que disparó.
El asesino de Bin Laden decidió retirarse del ejército en septiembredel año pasado y aún sufre las dificultades de volver a la vida normal. Un colega del equipo de SEALs, Matt Bissonnette, ha escrito un libro sobre la operación con el pseudónimo de Mark Owen, pero quien apretó el gatillo dice que algo así viola el código de la discreción profesional que se espera de las fuerzas especiales. También expondría a su familia a los ataques de extremistas y a denuncias del Gobierno.
Pero después de 16 años en el ejército, el hombre que mató a Bin Ladenno sabe en qué trabajar. Ha hecho algún trabajo como consultor de videojuegos. Asegura que no tiene derecho a pensión ni a ningún seguro médico del Pentágono. Ni siquiera disfruta de una protección especial, según cuenta en 'Esquire'. El Gobierno sólo ofrece un seguro médico durante 180 días para quien deja el Pentágono y sólo si acepta mantenerse como reservista.
El Mundo
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