Enfrentamiento en el estadio de Riazor entre dos de los
equipos que más jugadores tienen representados por el mediático Jorge Mendes. Un Deportivo de la Coruña
y un Real Madrid que están fraguando una temporada por debajo del nivel
esperado. Y si no sólo no había un claro favorito, teniendo en cuenta los
resultados que está obteniendo el Madrid fuera de casa era de esperar cualquier
sorpresa. Se estrenaba en su estadio el nuevo entrenador deportivista, el
gallego Fernando Vázquez, gran
conocedor de los campos de primera división y el fútbol de Galicia.
Mourinho decidió dejar en el banco a
Cristiano Özil y Khedira pensando en la Copa y partir de
inicio con Essien, Modric y Callejón.
Los de Coruña salieron muy ordenados, permitiendo tímidas
inclusiones blancas en su zona defensiva. Higuáin
mantiene un pobre estado de forma y sus movimientos en área rival empiezan a
ser preocupantes.
El volante del Depor lo llevaba Valerón, y Abel Aguilar
era su copiloto. Un jugador el colombiano que planta muy bien a sus equipos
allá donde juega y sabe cómo lanzar las jugadas. El Deportivo se mantenía
organizado pero no ordenado, Bruno Gama,
Riki y, sobretodo, Pizzi comenzaban a hacer daño a la
defensa del Madrid pero casi siempre en acciones individuales y no como bloque
ofensivo. Di María y Callejón lograban inquietar
testimonialmente el marco de Aranzubía.
Fernándo Vázquez
se encontraba con un problema, Silvio
se lesionó cerca de la media hora de partido y no tenía relevo natural. Tuvo
que tirar de Alex Bergantiños, un
mediocentro haciendo de lateral derecho. Callejón no debió ver claro este
filón.
Dos muy buenas ocasiones de Pizzi, que efectivamente estaba siendo el más desequilibrante,
precedieron el gol de Riki. Un disparo
escorado en el que Diego López pudo
hacer más, bastante más.
El desorden blanco era evidente, la defensa estaba demasiado
flexible, Pepe y Marcelo siguen a distancia de recuperar
su nivel exigido, principalmente el brasileño. Modric estaba desorientado en ciertas fases y Essien ya había perdido un par de balones importantes.
La segunda parte comenzó con un ritmo parecido al final del
primer periodo. Modric con
dificultades de generar y con un Riki
que se había echado completamente a la espalda al Deportivo y continuaban
llegando con peligro.
El Madrid llegaba al área gallega pero sin claridad. Tras
una internada de Modric en el área
se protestó un posible penalti por mano deportivista. Después vino una oleada
de cambios. Kaká, el defensa
central, se marchaba lesionado y en su lugar entraba Jesús Vázquez, otro jugador que tenía un papelón. Por parte
madridista, Mourinho hizo los tres
cambios disponibles de una tacada, daba entrada a Özil, Khedira y Cristiano por Essien, Modric y Marcelo. Di María e Higuaín
podían respirar tranquilos.
Con esto Kaká ocuparía
con más relevancia el carril central pasando Ronaldo a banda izquierda, Callejón
se situaría en el lateral.
Los blancos cada vez tenían más tiempo para pensar cerca del
balcón del área, el Depor bajó su intensidad defensiva en zona y lo pagó caro
con un excepcional disparo de Kaká,
colocando el balón abierto a la izquierda de Aranzubía.
Vázquez gastaba
su última bala sacando a Nelson Oliveira
por Riki.
Cristiano
comenzaba a meter miedo al portero vasco con dos ocasiones consecutivas y Özil le dio más protagonismo al juego
de bandas, los gallegos estaban siendo atacados por varios flancos. El Madrid apretaba al Depor con mayor seriedad
y estos ya apenas hacían daño, la labor de Khedira
taponando a Valerón tuvo su efecto, los
de arriba estaban ya algo desgastados y el canario no lograba conectar con
ellos con claridad.
Oliveira y Pizzi se encontraban demasiado campo
para ellos solos mientras que el resto del equipo se mantenía replegado, los
principales movimientos en bloque los guiaba un Abel Aguilar que hacía ya rato que no se plantaba en tres cuartos
de campo.
Llegó el minuto 87 en el que una gran asistencia de Kaká, destrozando la defensa
blanquiazul, tras combinación con Cristiano
Ronaldo, permitía al portugués ceder muy generosamente el balón a Higuaín para que este solo tuviera que
empujarlo con Aranzubía ya batido.
Di María vio la
roja en la jugada más estúpida del partido, el colegiado le mostró doble amarilla
en cuestión de 30 segundos por no respetar la distancia en una falta. El
argentino, salvo recurso, se perderá el clásico del próximo sábado.
No se esperaba una óptima reacción del Deportivo de la
Coruña que llevaba un rato ya superado por la situación. El Madrid finalmente
se vio obligado a recurrir a los cambios para llevarse el partido. A un Cristiano Ronaldo que asusta rivales y
genera muchísimo arriba y a un Kaká
que se marcó un buen partido y fue el jugador más decisivo del mismo, gol y el
pase más importante de los 90 minutos. Ricardo sonríe. Mourinho se ilusiona. El madrismo cree. El Barcelona espera.
Alberto Fernández
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