domingo, 9 de octubre de 2011

0 La guerra del fútbol (II)

       La afición hondureña recibió hostilmente al equipo salvadoreño, no dejando dormir a los jugadores en el hotel donde se hospedaban. Al día siguiente, Honduras venció al equipo de El Salvador por 1 a 0. En El Salvador, la derrota se vivió como una tremenda injustica, y cuando una semana después se celebró el partido de vuelta la tensión era muy elevada. Esta vez fue el equipo hondureño la victima del hostigamiento de los hinchas. En el estadio el ambiente estaba al rojo vivo, y tanto los jugadores como los aficionados hondureños que asistieron al encuentro sufrieron todo tipo de humillaciones y vejaciones. Todo ello, juntamente con la importancia dada al partido –que ganó el equipo local-, fue incrementando la excitación de los aficionados locales. Al finalizar el partido, los aficionados hondureños fueron agredidos, muriendo dos de ellos y otros tuvieron que ser hospitalizados. Pocas horas después, la frontera entre los dos países fue cerrada.
   
      Los mass media con mensajes sensacionalistas y hostiles contribuyeron decisivamente a aunmentar la tensión antes, durante y después del partido. Sus mensajes rezumaban odio, calumnias e insultos hacia el adversario, atribuyéndole toda la culpa por lo sucedido. Simultaneamente, se proclamaban víctimas de una gran injusticia que trascendia la cuestión meramente deportiva para convertirse en una cuestión de “orgullo nacional”; así, la humillación a la patria. Ambas naciones se sintieron maltratadas y surgió un fuerte sentimiento de injusticia en ambos contendientes. Se sentía víctimas de una ofensa que exigía reparación.


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