viernes, 7 de octubre de 2011

0 El libro de Willy

Hegel,Marx, Willy Toledo y el resto


El signo visible de que asistimos al fin de la era de Gutenberg no es la siempre anunciada muerte del libro, sino la sustitución del intelectual por la figura del espectáculo. No hay materia política y social, por compleja que sea, sobre la que no se pronuncien los actores, cantantes y comparsas que han usurpado el papel del "intelectual comprometido". Pues así como es norma comúnmente aceptada que para hablar, pongamos, de biología, es preciso disponer de conocimientos al respecto, se admite con igual carácter genérico, que no hace falta ningún saber especial para dictaminar sobre la res publica. [...].
El pobre Willy Toledo, por ejemplo. Después de haber sido objeto de atención de los telediarios, creyó que tenía algo que decir y creyó que muchos querrían escucharle. En consecuencia, publica un libro con sus reflexiones y experiencias políticas, pero en lugar de la admiración acostumbrada, encuentra el vacío. ¡Como si fuera un cualquiera! Dado que es imposible que el pueblo no estuviera en vilo a la espera de sus cogitaciones, el actor ha acusado a la prensa de ignorarle con el propósito de conseguir que se calle. O sea, el poder que encumbró a este miembro del club de la comedia a la categoría de un Sartre sin lecturas ni cigarrillo, ahora querría silenciarle para evitar que llegue a las masas su mensaje fieramente revolucionario. Acabáramos. Unos creen ser Napoleón y otros, cuando se miran al espejo, ven a Lenin. Se dejan llevar por el narcisismo, que casi es connatural al progre, y se acaba por hacer el ridículo.
[...] En tiempos, los peregrinos políticos que cantaban loas a las dictaduras de izquierdas del planeta eran conocidos como tontos útiles. Hoy, visto en quiénes ha recaído la continuidad de esa estirpe, mucho me temo que además son inútiles.
Cristina Losada

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