sábado, 1 de diciembre de 2012

0 En apenas un mes...(y II)


Y no es esta la primera vez que se relaciona al ahora vicealcalde con este promotor nocturno. En noviembre de 2005, Miguel Ángel Villanueva y el citado Pedro Calvo salieron en defensa de Flores cuando este quiso reabrir la tristemente famosa discoteca Alcalá 20 –donde perecieron 82 personas el 17 de diciembre de 1983– y el entonces concejal de Centro, Luis Asúa, se negó a concederle la licencia de funcionamiento por no cumplir las preceptivas medidas de seguridad. En la trifulca tuvo que intervenir el entonces alcalde Alberto Ruiz-Gallardón quien en un primer momento se puso del lado de Asúa y bloqueó la reapertura. Flores no conseguiría abrir Alcalá 20, con el nombre de Adraba, hasta 2010, –de ahí vienen la demanda interpuesta contra el Ayuntamiento al que culpa del retraso y de las consiguientes pérdidas–, pero en la siguiente legislatura (2007) Luis Asúa sería trasladado de Centro a Retiro y ya en las elecciones municipales de 2011 se cayó de las listas de Ruiz-Gallardón sin explicación alguna.
En apenas un mes la tragedia del Madrid Arena ha dejado también en el filo de la sospecha la actuación de la Policía Municipal durante la noche de autos. No la de sus agentes, que simplemente cumplieron las órdenes que les fueron dadas, pero sí la de sus responsables políticos y policiales. La dejadez y laxitud de la que hicieron gala en la madrugada del 1 de noviembre –no los agentes que allí estaban, insisto, sino aquellos que teniendo la capacidad, obligación y responsabilidad de haber ejercido un control mucho más férreo sobre lo que allí podía suceder hicieron una evidente dejación de sus funciones y prefirieron mirar para otro lado– lleva a preguntarse el porqué de esta actitud tan benévola con quien había vendido al menos el doble de las entradas que decía. ¿Acaso no resultaba evidente y hasta bien visible que allí había al menos el doble, sí, el doble del número de personas de las que deberían haber podido entrar en el Madrid Arena sin que se viera afectada su seguridad?
Pasará también a la historia más negra del Ayuntamiento de la capital la sonrojante comisión de investigación que arrancó el pasado martes y que desde su nacimiento ha buscado justo lo contrario de lo que su nombre indica. Ha sido el remate bochornoso: una comisión cuya única misión ha sido la de blanquear sin pudor alguno la actuación de los personajes clave del Consistorio de Ana Botella, y de la que desapareció, incluso antes de empezar, Izquierda Unida que vio como, en aras a la transparencia, le eran rechazadas las 15 últimas comparecencias "irrenunciables" que había solicitado. Pero no sólo IU se ha negado a formar parte en este simulacro: algunos altos cargos del PP han rehusado amablemente la oferta de participar tras recomendárseles "una cierta sensibilidad" hacia el Ayuntamiento a la hora de testificar. "A ver si matamos (sic) la comisión en tres días y nos empezamos a olvidar todos del Madrid Arena", fue lo que confesó tras la primera jornada un miembro del equipo de Gobierno de Ana Botella, ante el estupor de algunos presentes.
El Ayuntamiento no ha tenido mejor idea para defenderse de lo que le caía encima por su mala cabeza, su peor gestión y su nula/inexistente política de comunicación que poner en marcha el viejo y manido ventilador, repartir responsabilidades a diestro y siniestro y sacarse de la manga antiguas peleas y mediocres excusas. Ignorando que el camino más corto y más fácil siempre es la verdad y la asunción de responsabilidades si ha lugar, y que la autocrítica no sólo hace bien sino que resulta justa y necesaria, han preferido sacar del trastero para la ocasión las trasnochadas rencillas Aguirre-Gallardón.
Han explicado a quien quisiera escucharles, de redacción en redacción y de plató en plató, que todos los ataques recibidos desde algunos medios -especialmente desde este- no son sino una cortina de humo para llevar a la ex presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, al Ayuntamiento de Madrid en detrimento de Ana Botella. Incluso han querido ver en las críticas a la gestión del vicealcalde Villanueva no se sabe bien qué prejuicios que la vergüenza y el decoro impiden poner negro sobre blanco no por vergonzosos sino por estúpidos. Análisis tan someros vienen a confirmar, una vez más, que la estulticia es infinita y la inteligencia escasa.
En apenas un mes... Ana Botella se ha diluido como azucarillo en un vaso de agua a las primeras de cambio. Villanueva y Calvo han quedado en evidencia por su relación con un empresario ambicioso y sin escrúpulos que posiblemente no era la primera vez que vendía el doble de entradas de las permitidas en eventos que se celebraban en instalaciones municipales. Miguel Ángel Flores ha confirmado ser ese empresario ambicioso y sin escrúpulos que todos, excepto el Ayuntamiento de Madrid, pensaban. La Policía Municipal, sus jefes políticos y policiales, no han estado a la altura de lo que la ciudadanía espera de sus fuerzas de seguridad. Y mientras unos y otros juegan al terrible divertimento de quitarse estos muertos de encima, cinco familias desgarradas y destrozadas por el dolor no dejan de sufrir ni un instante desde el pasado 1 de noviembre.

Fernando Baeta
ElMundo.es

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