¿Quién asesinó a Laura Palmer?
Series habíamos visto muchas, demasiadas. En común tenían la risa y el misterio. Bill Cosby y Colombo. Eran series agradables, bien hechas, que también podían apuntar a la lágrima —Hombre rico, hombre pobre— o al culebrón petrolero —Dallas, Dinastía, Falcon Crest—. En esas estábamos cuando apareció David Lynch y su narración de la vida y asesinato de la joven Laura Palmer, más la consiguiente investigación: su cuerpo en una playa con los labios ya casi azules y el gesto inexpresivo.
Aquella serie, más que una diversión era un reto. ¡Había que entenderla! El asesinato de Laura Palmer se hizo casi tan famoso como la infidelidad del Rey de las Camas, con ese entusiasmo propio del que no comprende nada de lo que le están contando. En mi adolescencia, Twin Peaks era la representación de la falsa pedantería. Tenía un punto incluso agónico, toda esa gente intentando hablar de una serie que no veían o no les gustaba, pero, ¡cómo reconocer lo contrario!
Como siempre, Telecinco jugó sus bazas. A veces daba la sensación de que su parrilla la elegía un mono y a veces parecía que la eligiera un genio. Tuttifrutti y David Lynch, así estaban las cosas, con ese hombre tan oscuro dictando notas a su grabadora, la era pre-móvil, la era pre-Internet, y aquel pueblo enigmático que iba dejando pistas para que nosotros siguiéramos más perdidos que nunca.
Guillermo Ortiz/Jot Down
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