Las futbolecciones de Jorge Valdano
Todo había empezado mucho antes, en la SER, con su “cátedra”. Después se hizo un lugar entre los comentaristas del Mundial de Italia de 1990 y en las primeras retransmisiones de la liga en Canal Plus, co-presentando El Día Después con Nacho Lewin antes incluso de la llegada de Michael Robinson, que popularizaría el formato. El reino de Valdano no era de este mundo y eso le ayudaba muchísimo para calmar los instintos básicos del futbolero. Valdano hablaba lento, cuidado, matizando, utilizando conceptos y palabras que se escapaban de la “furia”.
Como Oliver y Benji, pero al revés, vaya.
Como entrenador llevó al Tenerife del descenso a la UEFA en dos temporadas y fue la bestia negra de “su” Real Madrid. El éxito de su dupla con Ángel Cappa, otro argentino con pose de filósofo, le llevó al club blanco en el verano de 1994, justo cuando la selección española lucía sus perillas por Estados Unidos. En los descansos de aquel campeonato del mundo aparecían Jorge y Ángel jugando con niños en Tenerife y explicándonos lo que era el fútbol de verdad, los conceptos de Cruyff y Menotti, el tiqui-taca de salón y pizarra.
Aprendimos cómo debía desmarcarse un delantero, la situación correcta del portero, escuchamos la palabra “toque” doscientas cincuenta veces en apenas tres semanas y nos pareció que aquel tipo tenía que tener razón sí o sí. Que acabara ganando la liga en su primera temporada en Madrid solo ayudó a confirmar nuestras certezas. Aquello parecía el principio y, caramba, no era sino el final.
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