martes, 19 de junio de 2012

0 Quince momentos estelares de la televisión noventera española (XI)


Los Soprano

Bien, aquí puedo equivocarme. Me equivoco muy a menudo. Diría que la primera serie “de culto”, la primera de engancharse y comprar DVDs y reconocer algo parecido a una película y no simples artificios de media hora fue Los Soprano, y, por supuesto, la trajo Canal Plus, convertida en un “club” selecto, muy Grupo PRISA todo: el dinero, en el porno y el fútbol; el prestigio, en las series estadounidenses.
Canal Plus había traído Friends mucho antes y el éxito fue sensacional, pero no era lo mismo, claro. Apostar porLos Soprano cuando los demás estaban apostando por el padre Apeles tenía su mérito. A diferencia de Twin Peaks, la serie que abre la década, Los Soprano era muy fácil de entender porque seguía una línea de mafiosos con rostro humano que nos remitía a Coppola e incluso a las patochadas de Billy Cristal y Robert de Niro.
El mafioso y su psicoanalista, qué mejor representación de lo que era Nueva York (Nueva Jersey) en su postmodernidad. Alrededor, el negocio habitual: las muertes, el respeto, la familia, los pactos quebrados, la inmoralidad descontrolada con envoltorio de guante blanco. Tony Soprano no era Vito Corleone. Tony Soprano era Sonny, el impulsivo Santino. No hacía prisioneros entre ataque al corazón y depresión amatoria. Lo que no le mataba le hacía aún si cabe más fuerte. Un mafioso nietzscheano, ahí queda eso. Los expertos dirán que Los Soprano no marcó un antes y un después en la ficción mundial. Yo, que no soy un experto, digo que al menos cambió la percepción del espectador español y la posibilidad misma de hacer algo de calidad y no fracasar en el intento.

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