Acudí el sábado al
concierto de Semana Santa y el guardia de la entrada me paró antes de lo
habitual:
-¿Viene al concierto de la Escolanía? Es mañana.
Obvié de preguntar. La
prensa del progreso –erre que erre Relaño,
erre que erre Roncero- se había
encargado de anunciar a los cuatro vientos que la Liga se jugaba en el Reino de
Navarra. Si la Liga se juega en Pamplona podemos decir que la Liga ha sido la
más breve desde la era Pep: 6
minutos. Fueron los que tardó Benzemá
en mandar la bola a donde se crean telarañas. Seis minutos dan no solo para
ganar una liga. Es lo que puede tardar usted en preparar un café y sentarse, o
si es español en echar un polvo. Tras el segundo de Ronaldo pudimos creer que las porterías navarras solo tenían
escuadras.
La segunda parte
comenzó como suelen comenzar las segundas partes: el Madrid bajó el pistón y
Osasuna mandó un cabezazo a la escuadra (claro) de Casillas, que viene a ser como una barrera de entrenamiento vestida
de amarillo en las salidas. Y aquí los pecados de Cristiano. Tras un recorte de Higuaín
en luso que venía como el AVE, con pasajeros, se apartó para que no le llamaran
egoísta. El balón se fue fuera en un gag propio de Benny Hill. O de Fernando
Torres. Poco después Cristiano
marcó de falta y empezó a disipar esos fantasmas de la crítica en los que se ha
visto embotado por el piperío madridista.
Una cuestión esta la
del piperío –del Pipa y de pipas-
que no solo ha tomado tierra en el Bernabéu. Algo huele a podrido y no precisamente
en Dinamarca. Por eso en el Calderón el piperío, harto de Manzano, se dedicó a criticar a Falcao. El colombiano volvió a marcar y ya son 27 las dianas que
consigue en su primera temporada como cuestionado. Y surge la crítica porque
las comparaciones, si las hay, deben ser en su justa medida. El pasado verano
el Atlético de Madrid se hizo de un jugador tan desequilibrante como
mundialmente insustituible: Sergio
Agüero. Se ha dicho por activa y por
pasiva- erre que erre- que cualquier equipo del mundo hubiera echado en falta
al Kun. Y más un Atlético desmontado
y sin cabeza. Pues bien, comparemos bien. Y veamos que el jugador parejo y a
comparar con Falcao no es Kun, sino Forlán, a quien los números del colombiano en su primera temporada
están dejando más a la sombra que Izquierda Unida a Llamazares.
Cosas del destino, la
semana pasada se disputaron al unísono los partidos de Europa League en los que
el cuestionado Raúl y el cuestionado
Falcao marcaron. El primero, de
ambos, llegaría temporalmente parejo y pondría el 1-0 para los colchoneros y el
1-1 para los alemanes. Raúl volvería
a marcar para poner en evidencia a los que siempre criticaron al que fue, es y
será uno de los grandes del fútbol español. En ese partido, por cierto,
marcaron 2 goles él y dos goles Llorente
para seguir cuestionándonos quienes son los delanteros más en forma para la
Euro 2012. Y Del Bosque con esos
pelos.
-El que nunca hace nada, el muerto, el que había que quitar.
Grita por activa y
pasiva Manolo Lama a quien Clemente deseó la muerte tras su
accidente con Robinson a finales de
los 90. Ayer Clemente volvió por sus fueros para demonizar a un periodista que
no es santo de su devoción y a quien aseguró que dentro de 15 años diría a su
hijo lo sinvergüenza que es su padre. Y puestos a criticar, futbolísticamente
hablando, ¿nadie dice que Clemente
nunca hizo nada?
Darío Novo
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