Noche con sabor a histórica en el Vicente Calderón, el Atlético de Madrid en una sublime segunda parte puso tierra de por medio en la semifinal de la Europa League. El Valencia, desaparecido y en principio de descomposición, tomó aire con el gol sobre la campana de Ricardo Costa, cuyo gol trae como consecuencia una resolución de la eliminatoria en Mestalla.
El inicio del partido fue un aperitivo de lo que iba a ocurrir posteriormente. Salió el Atlético muy enchufado, con Arda escorado a la derecha en principio más proclive a tapar las subidas de Jordi Alba o Mathieu, el Atlético entró como cuchillo en mantequilla por ese perfil. Pronto llegó la primera ocasión, una jugada personal del turco no fue aprovechada por Juanfran. Comenzaba a hervir el Calderón al ritmo que el Atleti se lo creía. No perdonó en la siguiente ocasión el Atleti. Otra vez Arda luchó un balón hasta la línea de fondo, esta vez con la colaboración de la defensa valencianista el turco encontró al Tigre Falcao. No perdonó el colombiano en el minuto 18 para poner el 1-0 en el marcador. Golpeaba primero el Atlético poniendo de cara la eliminatoria, mientras, el Valencia parecía seguir escuchando las directrices de Emery en el vestuario. Durante los minutos después del gol se produjo el enésimo error de Simeone en esta faceta. Si bien el Atlético seguía siendo superior al Valencia sencillamente porque no había rival, el vendaval de los primeros minutos fue amainando poco a poco hasta llegar a una fase de cierta igualdad en el juego. En esta fase de igualdad el Valencia descubrió cual sería su mina de oro durante el partido, el balón parado. Primero avisó Ramí con un cabezazo que se marchó lamiendo el palo. El cabezazo instaló el miedo en la defensa rojiblanca ya que Courtois dibujó sus intenciones de no salir a buscar un balón por arriba. Pasaron los minutos con un Atlético al ralentí y un Valencia noqueado en el juego pero peligroso en el balón parado. Fue en las postrimerías de la primera parte cuando llegó el lío, un enredo tal que merece ser diseccionado por partes. Lo primero destacable es que el gol se produjo en el 48 cuando el árbitro había añadido solo un minuto en la prolongación, lo segundo a destacar es que la jugada viene lanzada por un codazo de Feghouli que si bien puede ser fortuito no se saldó ni siquiera con falta, podía haber sido su expulsión. La tercera polémica es que en la falta que da paso al córner hay una falta de Ramí a Courtois. La cuarta ya la hemos señalado, el gol de Jonas está flagrantemente fuera de tiempo. Con todo este lío el Valencia pescaba en río revuelto, empataba Jonas poniendo de cara la elminatoria para el conjunto che. El mazazo para el Atlético fue duro, tras una gran primera parte, el equipo de Simeone veía como la eliminatoria empezaba a darle la espalda. La respuesta que daría el Atleti era una incógnita.
Pronto despejó la incógnita el Atlético, la segunda parte fue un canto al fútbol rojiblanco. Abrió el fuego Miranda poniendo el 2-1 tras una falta botada por Diego. Error del Valencia en la marca y de nuevo ventaja para el Atlético. Después de ponerse otra vez por delante el Atlético decidió no repetir errores del pasado. Los chicos de Simeone olieron sangre y se lanzaron a degüello a por un Valencia aturdido y en descomposición. Pronto llegó el 3-1, llegados al minuto 54 un error en la salida del balón de Topal entregó el balón a Adrián, el asturiano se zafó de Víctor Ruiz como si una moto pasara a un patinete y batió a Diego Alves de disparo cruzado. Estallaba el Calderón al tiempo que las agencias de viajes comenzaban a contactar con el aeropuerto de Bucarest. El destino empezaba a escribirse. Era Bucarest.
Con 3-1 y el Calderón encendido el Atlético realizó una maravillosa exhibición destrozando al Valencia tanto en juego, actitud y esfuerzo. Diego y Arda se echaron el equipo a la espalda bailando al Valencia al son que ellos querían. Pronto se sucedieron más ocasiones, Adrián, Arda y Diego encontraron al mejor Diego Alves. Sin embargo la puntilla la pareció dar Falcao. Después de una contra lanzada por Diego el colombiano se encontraba en posición de encontrarse con Alves en el mano a mano, pero el colombiano, el cual adolece de punta de velocidad, decidió recortar a Víctor Ruiz y Mathieu para poner un zurdazo tremendo en la escuadra. El rugido del Calderón y el Tigre fue unísono. El gol era presumiblemente el pasaporte a la final. Trigésimo tercer gol en la temporada para el colombiano, si hace una semana tocaba hablar de Cristiano Ronaldo y sus 93 millones, hoy toca hablar de los 45 del Tigre. Ante las críticas (ruidosas y a destiempo) de cierto sector de la afición colchonera, el Tigre responde con goles decisivos. Todo un acierto el fichaje de Radamel Falcao.
Después del gol con el Valencia muerto y el Atlético tocado por los ángeles el partido sufrió un frenazo. Frenó el Atlético porque el esfuerzo había sido extenuante mientras el Valencia ni quería, ni podía dar más ofreciendo una imagen bochornosa a los aficionados valencianistas ayer desplazados. Sin embargo, cuando el Calderón estaba dispuesto a entonar el canto de la final, el excesivo descuento y el maldito despiste llevó a poner el 4-2 en el marcador. Ricardo Costa tras resbalón de Courtois puso picante (veremos si mucho o poco) en la eliminatoria. Por su parte, el Atlético pasó de mirar frente a frente la final a mirarla de reojo. No diremos que la toca porque el dicho popular dice que da mala suerte, pero el Atlético tiene una oportunidad franca de llegar a Bucarest, sin embargo, en la memoria colectiva quedará la exhibición de anoche en el Calderón. Durante 90 minutos volvió el Atleti, el Atleti de toda la vida.
A.Briega
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