jueves, 14 de junio de 2012

0 Quince momentos estelares de la televisión noventera española (VIII)

El baile de Carlton Banks


Queda ridículo hablar de estas cosas en los tiempos de The WireThe OfficeGame of Thrones y ese largo etcétera de maravillas de la ficción comprimidas en capítulos y temporadas, pero es bueno recordar que las cosas no siempre fueron así y que los adolescentes no se bajaban temporadas de Gossip Girl ni de las Chicas Gilmore sino que esperaban a las 2 para ver el doblete Los SimpsonEl príncipe de Bel Air , chocando las manos al saludarse mientras decían “Qué pasa, Jazzzz” como si realmente fueran raperos de Philadelphia.
Aunque vivieran en el Barrio de Salamanca.
Nadie podía sentirse realmente identificado con Will Smith porque nadie medía 1,90, vestía gorras al revés y era negro. Bueno, puede que alguien fuera así, pero digamos que no abundaba el prototipo. Sí podíamos sentir su arrogancia, su desprecio hacia el pringadete de su primo y la pija de su prima. Pringados y pijos, los enemigos naturales de todo adolescente grunge, aunque el grunge no fuera otra cosa que una mezcla de pringado y pijo con camisa de leñador. Carlton era un ricachón bajito y amanerado, sin suerte para las chicas y con poco talento para triunfar. Carlton, en realidad, era cualquiera de nosotros, o bailaba como cualquiera de nosotros: tan hortera que el propio Tom Jones —¡Tom Jones!— le tenía que acabar echando la bronca.
Por lo demás, Will Smith salió de la serie con un Grammy, una mujer, un montón de enemigos y una carrera por delante haciendo continuamente de sí mismo, hay que reconocer que con cierta gracia.
Guillermo Ortiz/Jot Down

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