Según algunos historiadores, su nacimiento se remonta a miles de años atrás, al nacimiento de la nación Tailandesa. Hoy, estos luchadores son muy respetados en el país, aunque no gozan del mismo nivel social de los de Sumo en Japón, a pesar de ser el deporte nacional de Tailandia.
“Sí gozaron de privilegios similares en el pasado, durante los siglos XIII al XV, cuando estos peleadores fueron una especie de caballeros que resolvían sus desacuerdos en duelo para mantener su honor”, explica Brian Walker, fotógrafo responsable de este reportaje, que hace dos meses realizó una corta pero intensa inmersión en este deporte.
Dice Walker que la pasión que se transmite cuando compites, aunque sea contigo mismo, es maravillosa. “Ese fervor suele quitarle la máscara a la gente y mostrarla tal cual es, no como quieren que los veas”. Por eso cuando viaja intenta buscar temas que representen el lugar donde está y le ayuden a capturar la esencia de su gente. Y eso es lo que ha hecho en esta ocasión.
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