
Bretaña, tierra de grandes batallas históricas, sería la segunda parada del Atlético en la Europa League. Allí le esperaba el Stade Rennais (le llamaremos Rennes) miembro histórico de la "Generación Ni-ni" de la Ligue 1, ni pelean por el título, ni temen por el descenso. Se esperaba un rival incómodo, aguerrido en la presión y con cierta velocidad en ataque, un prototipo perfecto de lo que es el fútbol francés de hoy en día, tan apoyado en el continente africano. Todo esto se comprobó en la tarde del jueves, con la inestimable colaboración del Atlético, espeso, lento e incapaz en todo momento de sobrepasar la terrible presión francesa.Gran culpa...