Emulando a Don Pelayo
Juanjo Cobo se viste de rojo tras una espectacular subida a un Angliru plagado de espectadores.
Cuando sufrimos un desengaño ya sea amoroso o al descubrir que dentro de los Teletubbies hay personas, necesitamos sacar el clavo con otro clavo. Hace no mucho, terminada la era Indurain que no nos permitía más que pensar en Francia, nos dimos cuenta de que aquí también había una carrera. Era la fea del grupo. Fue maquillándose de modo que acabó en un recorrido diferente, inquietante; abróchense que vienen curvas. Surgió entonces un alto al que poder comparar con otras misses: a saber el Mortirolo italiano o el Alpe d`Huez francés. Hubo de llamarse Angliru, situarse al norte en tierra de recios y para finalizar acordarnos de quien ganaba cada vez que se atacaba para subirse al carro de las más bellas y así fue.
El domingo le pusimos los cuernos en el término literal de la palabra. Mandamos al enviado Cobo que en esa particular forma suya de celebrar el triunfo como un bisonte, dicen, llegó el primero a la línea de meta para vestirse de rojo y confirmarse, ahora ya sí, como la verdadera opción de la Vuelta. Para darle un poco más de miticismo al asunto, es justo recordar que Juanjo estuvo en mayo a punto de dejar la bicicleta colgada. Aquí como en la lotería, fue un calvo quien le devolvió la ilusión de las dos ruedas. De ahí el beso sincero final, cuando Juanjo era literalmente acosado por las cámaras en la llegada al alto del Angliru.
Descanso y última semana.
Tras el ataque del bisonte a 6 de meta, daremos el título de valiente a Froome. La carrera la situamos ahora con Cobo sacándole 20 segundos a Froome y 46 a Wiggins. Por debajo Nibali y Purito, a quien no podemos descartar por el empeño que pusimos en ellos, por lo que han sido y lo que pueden ser. Quedan entonces 4 etapas de montaña de hoy al final. Quizá no sea un abismo de cuestas y espectadores como el Angliru pero nos aseguran espectáculo. Del bueno.
Darío Novo
@Dario_Novo
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