Bretaña, tierra de grandes batallas históricas, sería la segunda parada del Atlético en la Europa League. Allí le esperaba el Stade Rennais (le llamaremos Rennes) miembro histórico de la "Generación Ni-ni" de la Ligue 1, ni pelean por el título, ni temen por el descenso. Se esperaba un rival incómodo, aguerrido en la presión y con cierta velocidad en ataque, un prototipo perfecto de lo que es el fútbol francés de hoy en día, tan apoyado en el continente africano. Todo esto se comprobó en la tarde del jueves, con la inestimable colaboración del Atlético, espeso, lento e incapaz en todo momento de sobrepasar la terrible presión francesa.
Gran culpa de la espesura rojiblanca la tiene Gregorio Manzano, errático por segundo partido consecutivo en su planteamiento. Confió en los desaparecidos Gabi y Mario Suárez, renunciando a las bandas, dejando a Falcao huérfano de balones, y si Radamel no está en posición de gol, es un jugador vulgar.
Comenzaba el partido con el guión muy claro, el Atlético amasaría el balón de forma plomiza mientras el Rennes aguardaba la contra apoyados en la velocidad de Kembo y el trabajo de Montaño.
Con este escenario pasaron prácticamente veinticinco minutos hasta ver la primera acción peligrosa del choque, la protagonizó Adrián, tras un gran recorte a Danzé, disparó a las piernas de Costil.
Se desperezaba el Atlético, que pareció encontrar una autopista en la espalda de los defensas, algo que no supo aprovechar en lo que restaba de primer tiempo debido al abuso y explotación del toque inofensivo. No pareció afectar al conjunto bretón el primer aviso del Atlético, pues cinco minutos después se produjeron dos acercamientos muy peligrosos, un disparo de Kembo y un cabezazo de Montaño tras ganar el salto a Domínguez que pasó cerca del arco de Courtois. Amagaba el Rennes y se lo empezaba creer, gracias en gran parte a la desastrosa defensa rojiblanca, con Perea rizando el rizo (y ya es decir...) protagonizando un partido extremadamente deficiente, con Filipe superado en todo momento por Kembo, con Domínguez incapaz de parar a Montaño y con Miranda como único defensor rescatable. Antes del descanso el Atlético estuvo cerca de adelantarse en el marcador tras un gran centro de Filipe que no encontró remate ni en Falcao, ni en Adrián.
Acababa el primer acto con una sensación agridulce para los colchoneros, con muy poco estaban empatando, pero se intuía en el horizonte la típica complicación "Made in Atleti".
Dicha complicación llegó, tras peligrosos acercamientos franceses capitaneados por Dalmat, el Rennes colocaba el 1-0, Victor Montaño con un fuerte disparo y cierta fortuna colocaba el balón en la escuadra. Inexplicable la soledad de Montaño en los 3/4 de cancha, bueno, se puede explicar diciendo que Mario Suárez hoy tenía el pelo más erizado de lo normal, debido a la velocidad con la que le sobrepasaban Doumbiá y Dalmat, cuando te enfrentas al poderío físico africano con la "poderosa" arma del trote cochinero suele pasar que no hueles el balón ni con buscador. ¿Assunçao? Nadie pareció echarle en falta. Al toque de alarma, el Atleti despertó, pero Costil lo tranquilizó. Primero sacando una mano acrobática a Falcao en boca de gol, después rechazando un disparo potente de Diego.
El Atlético comenzaba a volcarse hacia la portería francesa espoleados por un activo Salvio, sustituto de Adrián López. Enmendó la plana Manzano retirando a un Gabi que pierde fuerza por momentos y a un Arda del que no hemos hablado en toda la crónica, no hace falta decir nada más del partido del turco. En su lugar salieron Reyes y Juanfran, intuimos para buscar profundidad en banda.
La valentía de Manzano le salió cara, pero pudo haberle salido cruz perfectamente, el Rennes rozó el gol con una serie de disparos lejanos. Pero salió cara, en el minuto 87 la moneda decidió su suerte, tras un fallo en el remate de Falcao, Juanfran se aprovecha del despiste de la zaga francesa. Empate agónico y necesario para cortar la hemorragia abierta después del terremoto Messi.
Con el Atleti celebrando el punto, al tiempo que respiraba por salvar el naufragio, se llegó al final del partido. Mal partido de los colchoneros, generando muchas dudas en el juego, llevándose solo el punto cosechado en el Route de Lorient como aspecto positivo.
Cuatro puntos, tras dos partidos, para el Atlético cuyo próximo rival será el peligroso Udinese de Di Natale. Atento todo el mundo, porque la clasificación no está ni mucho menos hecha.
A.Briega
Otra buena cronica, felicitaciones por el blog en general.
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