El viajero tendrá hambre. La buena literatura da hambre. Vaya a comer al Motel Empordà, que celebra ahora su medio siglo. Pla pasó sus últimos meses en su restaurante, discreto. Bebía mucho y era el primer productor de collonades de la comarca. Cuando no tenían nada mejor que hacer, los periodistas de entonces se acercaban a ver qué soltaba el viejo. Fue triste. Pero corto e irrelevante.
«Cuando se llega a una masía y se pide por alguien, muchas veces responden: la persona que busca ha ido a dar de comer a las gallinas… ¡Magnífico! ¡Es la mejor noticia que puede darse!».
Al atardecer busque el viajero el paisaje de estas líneas, que fue lo último que escribió. En algún lugar deben de estar esa masía y esas gallinas. Hay que encontrarlas.
Arcadi Espada
El Mundo, sábado 6 de agosto de 2011
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