Y es que la partida toda giraría en torno a una heterogénea izquierda errática que, aun repugnándole el Partido Popular, solo concedería votar a los socialistas tras protegerse la nariz con unas pinzas. Fue norma en tiempos de la República, cuando la abstención o no de los anarquistas inclinaba la suerte hacia uno de los dos bloques. E igual había venido sucediendo hasta ahora. De ahí lo anti-intuitivo del análisis empírico de Wert. Pues, contra lo que ordena el prejuicio al uso, la gran sangría del PSOE se estaría produciendo por el flanco derecho de sus antiguos votantes, no por el izquierdo, mucho más fiel a la marca. Una novedad llamada a poner punto y final a la última rémora del Spain is different de Fraga. Y, de paso, a toda esperanza para los socialistas, sea quien sea el candidato. Sic transit gloria mundi.
José García Domínguez
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