La misma, por cierto, que ahora ansía frenar los tanques de Gadafi con bellos mensajes en Twitter a propósito de la libertad y conmovedores alegatos en Facebook sobre las innúmeras virtudes de la tolerancia volteriana. Y es que adolescente alguno comprende que solo porque los adultos no conceden imitarlo le cabe creerse moralmente superior. Tras abandonar esa edad de la gozosa ceguera, reparan en que les fue posible jugar a saltar sin red porque otros, más responsables, se preocuparon de que sí la hubiera. Aunque ya será tarde. Al respecto, el desarme tanto militar como, sobre todo, psicológico de Europa frente a los riesgos del mundo posterior a la Guerra Fría arrastra mucho de esa mentalidad pueril. (...)
José García Domínguez
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