Finalmente se ha consumado, el caos se ha instalado en el Atleti. Han bastado tres derrotas sonrojantes, incluida una casi segura eliminación europea, para dejar muy tocado al Atleti y de paso a su entrenador. Lo realmente preocupante del conjunto rojiblanco no son los tres desastres consecutivos, es la sensación de eterno déjà vu en el que subsiste, de que otra vez más en diciembre se escapan objetivos, de que otra vez más hay 10 jugadores que no dan la talla en el equipo, de que otra vez más jugadores que brillaban en sus antiguos clubes, en el Atleti son engullidos por una espesa capa de mediocridad y por último de que otra vez el técnico de turno, esta vez le toca al venerado Quique, ha perdido el norte y el liderazgo en el vestuario, antes le tocó a Manzano, Abel, Aguirre etc...Pero donde se genera este caos nada cambia, la institución sestea en proyectos inmobiliarios fallidos o quiméricos, en tratados absurdos con equipos de otros paises y el oasis de los 2 títulos comienza a desaparecer consiguiendo el Atleti un record, el de volver a la rutinaria depresión en sólo 5 meses, pero en el Atleti no pasa nada, nadie levanta una voz ni siquiera se queja, son milagros de la Sra Rushmore.
Con todo esto el Atleti se presentaba en Valencia, como aquel boxeador, antaño glorioso, que sabe que no está para grandes combates, pero que espera que el rival que tiene enfrente le de una inmerecida tregua.
Pero el Levante no sabía de treguas, de hecho golpeó primero y duro, minuto 2 de partido, un córner fue aprovechado por Nano, que fue asistido por Xavi Torres con una práctica media chilena tras un clamoroso fallo del joven De Gea en la salida. 1-0 y otra vez más, por cuarta vez consecutiva, el Atleti debía remontar. Esta vez no iba a ser el partido propicio para heroicidades, el Levante con unas ganas tremendas se comió al Atleti a base de intensidad. La primera parte fue un monólogo valenciano, lo inició Caicedo perdonando al Atleti tras una gran jugada personal en la que volvió locos a los centrales rojiblancos, continuó el monólogo Ballesteros rematando fuera a la salida de un córner y lo finalizó Juanlu que tras una jugada en la que Xisco Nadal aireó las vergüenzas a Simao, no supo batir a De Gea. ¿Y el Atleti? Pues nada, absolutamente nada, un ni querer, ni poder, ni saber, dado que el juego del Atleti se ha monotonizado gravemente, los rivales saben que la jugada "made in Atleti" es una apertura sobre la banda de Reyes, y que el utrerano invente, un utrerano que cada vez está más y mejor cubierto.
A tener en cuenta en esta primera parte, es el Expediente Assunçao, un jugador que pasó de ser titularísimo e indiscutible, a ser el señalado y sustituido por Mario Suárez a los 30 minutos tras una entrada bordeando la expulsión. Lo último que le quedaba a Quique, certificar que su pareja fetiche, Raúl García-Assunçao, también naufraga.
Así pasaban los minutos y bordeando el descanso, el Atleti asomó con timidez, la única jugada ofensiva de la primera parte finalizó con disparos de Agüero y Forlán tras un fallo de Reina (el malo) que posteriormente supo enmendar.
Esta fue la producción ofensiva rojiblanca ofrecida por el Atleti en el Ciudad de Valencia, que cada uno saque sus conclusiones...
La reanudación nada cambió, es más, se acentuó el dominio valenciano, Caicedo siguió amargando la tarde a la frágil pareja formada por Godín y Perea, pero se encontró con la mejor versión de David de Gea, Juanlu se hizo "internacional" a costa de un desquiciado Ujfalusi y Xisco Nadal demostró a Quique y el mundo, que Antonio López es un jugador pésimo. Con estos argumentos era de esperar lo que ocurrió, el segundo gol del Levante, obra de Caicedo, redondeando un magnífico partido por parte del ecuatoriano. Lo que no era de esperar, o sí, era cómo sucedió. Una falta en el campo rojiblanco, fue ejecutada por Simao que asistió a Juanlu (si, al jugador del Levante) que posteriormente dejó sólo a Caicedo, ver para creer. 2-0, minuto 60, y rídiculo consumado.
Los 30 minutos siguientes, serían más que nunca de la basura, con alguna jugada del Kun y con internadas peligrosas de un Levante que jamás imaginó jugar tan cómodo ante el Atlético de Madrid. Los 2 equipos comprendieron que la batalla había finalizado, que había un justo ganador y un triste perdedor, el boxeador del que hablábamos había pedido a gritos tirar la toalla 30 minutos antes, no quedaban fuerzas ni siquiera para levantarse y menos aún para intentar hacer algo de daño.
Con 2-0 finalizó el partido, un partido horrible, que dejará secuelas en el Atleti y que sobretodo deja tocada, muy tocada, la figura de Quique.
¿Qué le queda al Atleti? Le toca recordar como se sale de una situación así, de la que ya salió hace un año, estando aún peor, pero contando este año con un gran problema: El tufillo de que este año, muchos pesos pesados van a salir por la puerta de atrás del Atleti con la incógnita de las ganas que le quedarán por remar a contracorriente. De momento no se vislumbra ni un atisbo de ganas, es labor de Quique tomar decisiones, y deber de la afición exigir consecuencias.
El próximo partido, frente al Deportivo, será un termómetro para calibrar la tensión en la entidad. Quique, empiezas a jugar match-balls...
A.Briega
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