Ajaccio-Calvi (145 km)
Jesús Rubio / AS |
Entregar un folio en blanco como crónica no suele estar bien
visto en las redacciones que,a la postre, son los que pagan para poner lentejas
en el plato. Aunque nada mejor que un folio en blanco para contar lo sucedido
en la tercera del Tour de Francia: el blanco, el vacío, la nada. La mejor
noticia del día de ayer y de los últimos tres, es que la ronda gala abandona
Córcega y se vuelve al continente. Las prometían tan felices desde la
organización de la carrera, que llegaron a decir que estos tres días marcarían
las primeras diferencias entre los favoritos. La dinamización de carrera quedó
en un petardo de medio pelo. Baste para ello un dato: 71 corredores, entre los
que se encuentran todos los favoritos, están a un segundo del líder.
Con este panorama, podemos rescatar de ayer que la llegada
al sprint nos dejó una nueva sorpresa como sucediera en días anteriores. Gerrans
(Orica) se impuso a Peter Sagan por foto finish literal. El eslovaco tiró de
riñones tras una salida por el lado malo y por segundo día consecutivo, la
rubia fuera para otro. De la jornada se puede destacar que Bakelants mantiene
el amarillo y Rolland consolidó su jersey de puntos que hasta estos tres días
era destinado a la montaña y no a los repechos sprintables planteados por la
organización gala.
En Niza todo será de otro color. Probablemente porque el
amarillo hoy cambie de manos al líder del equipo que gane la contrarreloj por
equipos de 25 kilómetros con salida y llegada en Niza. Omega es favorito en las
quinielas, seguido de cerca por el Sky aunque, por las características de la
crono y salvo tragedia griega, no habrá grandes diferencias en la llegada al
continente. Llegada esta que, por cierto, supone para los ciclistas un alivio
mayor que el de Willy Fog al bajar del barco. Un alivio para ellos y para
nuestros malabares con el sueño.
Darío Novo
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